Los pibes de Lanús le arruinaron la noche a un Independiente desteñido
El juvenil Lodico marcó el único tanto en la Fortaleza. Así los de Avellaneda cayeron después de 3 victorias consecutivas y quedaron a ocho puntos del líder Racing.
La marcha ascendente de Independiente, que venía de tres victorias al hilo, se frenó en La Fortaleza. Los dirigidos por Ariel Holan jamás se sintieron cómodos ante un Lanús ordenado y perseverante, que mereció el 1-0 en la noche del Sur bonaerense. El Rojo tenía la posibilidad de quedar a cinco puntos del líder Racing, pero la desperdició jugando mal y quedó a ocho; el Granate revivió después de tres fechas sin sonrisas y tomó algo de oxígeno de la mano de sus pibes.
La postura del local desde el arranque fue la de un equipo que no quiere perder más. Luis Zubeldia busca parar la hemorragia de un plantel que necesita una transfusión urgente para no correr riesgo de perder la categoría. El 4-4-2 de Lanús fue digno de un orden inalterable que hizo que, más allá de no manejar la pelota, dominara los tiempos. En varios lapsos sucedió que la visita dispuso del control del balón, pero sin encontrar -ni saber generarse- los espacios para penetrarle a un rival bien plantado.
Intentó armarse desde la paciencia el Rojo. Buscó avanzar a través del toque corto, de mover de un lado al otro la pelota para forzar alguna desatención. Pero le faltó profundidad, verticalidad, más dinámica. Sin Maximiliano Meza (suspendido) ni Martín Benítez (aún no está para 90 minutos) desde el arranque, sintió la falta de jugadores decisivos. Y no lo halló esta vez en Fernando Gaibor ni en Pablo Hernández, sus volantes internos. Ninguno tomó el manubrio con firmeza. Y así los de Holan no tuvie- ron un conductor designado.
El Granate, entonces, se animó. Tomás Belmonte, el más suelto del medio, lo probó a Martín Campaña desde lejos. Leonel Di Plácido vio luz y se mandó por la derecha, se la sirvió a Sebastián Ribas, que se nubló y quedó bloqueado por Nicolás Figal. Y Lautaro Acosta tuvo también otra tras una mala salida del capitán rojo. Independiente apenas pudo llegar con un centro de Sánchez Miño y un frentazo de Emmanuel Gigliotti que se quedó Matías Ibáñez.
El Diablo no metía miedo con su tridente de ataque y sufría atrás. Lo
mal que la estaba pasando Independiente que su técnico mandó a hacer los tres cambios seguidos: adentro Benítez, Ezequiel Cerutti y Francisco Silva; afuera Gaibor, Silvio Romero (no gravitó) y Nicolás Domingo.
Barajó y dio de nuevo Holan. Modificó también el esquema para invocar una reacción: del 4-3-3 al 4-2-3-1 con Benítez por el medio. El manotazo del entrenador hizo efecto. El visitante apretó un poco más en terreno ajeno. De un córner llegó la más clara: otro cabezazo del Puma que pegó en el palo derecho de Ibáñez luego de un desvío. De todos modos, Lanús, que tuvo en Facundo Quignón a su tiempista en el centro del campo, no se resignó. Quería quedarse con lo que le merecía por esfuerzo y situaciones.
Y tuvo recompensa. Los chicos que entraron en el segundo tiempo armaron el gol: Pedro De La Vega apareció por la derecha y le dio la asistencia a Gastón Lodico para quebrar al fin a Campaña, recuperar la alegría en su casa y amargar a un Independiente que nunca fue más y dejó pasar una chance para arrimarse a la cima. ■