La increíble prohibición en la Argentina de “Último tango en París”
Si fue difícil verlo a Bertolucci recibir, en silla de ruedas, la Palma de Oro honorífica en mayo de 2011 en Cannes, más difícil fue para los argentinos ver Ultimo tango en París en los cines.
De hecho, tardó casi un año desde que tuvo su première mundial en el Festival de Nueva York (14 de octubre de 1972) hasta que se estrenó en Buenos Aires el 4 de octubre de 1973.
La película, sobre los encuentros de un adulto -Marlon Brando- y una joven -María Schneider- había sido prohibida por el Ente de Calificación, que era el órgano del Instituto de Cine por aquellos años. Con Ramiro de la Fuente o Néstor Pauli- no Tato al frente del mismo, las películas podían prohibirse o cortarse. De hecho, La naranja mecánica iba a estrenarse si Stanley Kubrick aprobaba sacarle 45 minutos.
Esa película y Ultimo tango en París pasaron a ser las películas que todo argentino quería ver si cruzaba el Río de la Plata, porque aquí estaban prohibidas.
El caso de Ultimo tango en París fue curioso, porque una vez que asumió al frente del Ente Octavio Getino (codirector con Pino Solanas de La hora de los hornos, otra que estuvo prohibida) aprobó su estreno sin cortes. Con la escena de la violación anal de Paul (Brando, de 48 años cuando la rodó) a Jeanne (Schneider, 19), y la música del Gato Barbieri.
Y -no menos curioso- el filme se estrenó en una sola sala (el Cinema Uno, en Suipacha entre Lavalle y Corrientes, un cine que acostumbraba a ser “de cruce”. Esto es: allí llegaban los filmes una vez que se habían estrenado en salas importantes de Lavalle o la avenida Corrientes y luego terminaban su carrera comercial allí.
El 4 de octubre del ‘73 se estrenó con sus 129 minutos originales, y estuvo en esa sala, con una capacidad de espectadores ciertamente reducida, durante 13 días. Fue hasta que “un particular” hizo una denuncia. Y la copia fue secuestrada por una orden judicial.
Contra lo que se cree, el estreno no sucedió durante el tercer gobierno de Perón, que arrancó el 12 de octubre, con la película y la escena de la manteca ya en pantalla. El secuestro, sí.
Hubo que esperar que llegara la democracia y el gobierno de Raúl Alfonsín eliminara al Ente de Calificación y se creara la Comisión de Asesora de Exhibición Cinematográfica, que desde entonces sólo califica por edades, no pide cortes ni prohíbe películas para que el filme pudiera volver a las salas.