La situación del principal grupo empresarial
De todas las empresas involucradas en la causa de los cuadernos, Techint es la única que no participó del club de la obra pública desbaratado por el juez Bonadio. El funcionamiento de esa red de sobornos durante el kirchnerismo fue revelado en detalle por dos hombres clave del ex ministro Julio De Vido: el arrepentido expresidente de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner y el también arrepentido financista Ernesto Clarens.
A diferencia de esas empresas que se distribuían contratos y cotizaban con sobreprecios para pagar coimas a los funcionarios, Techint fue excluida de la obra pública y mantuvo una relación conflictiva con los gobiernos del matrimonio Kirchner, sobre todo luego de denunciar la existencia de sobornos que derivó en la formación del caso Skanska. Bonadio incluyó entre los procesados a Paolo Rocca, CEO y presi- dente de Tenaris, líder global en la producción de tubos de acero y presidente de Ternium, que lidera en América Latina la producción de chapa. La razón: los pagos que Luis Betnazza, director institucional del Grupo Techint, efectuó a Roberto Baratta, mano derecha de De Vido, para que el gobierno kirchnerista los ayudara luego de la expropiación en 2008 de la siderúrgica Sidor por el presidente venezolano Hugo Chávez.
Betnazza explicó que Rocca por sus funciones en Tenaris y Ternium pasaba la mayor parte del tiempo fuera del país y no participó de esa decisión. De Vido le exigió dinero para interceder ante Chávez y negociar la situación de los empleados argentinos y la indemnización de la compañía. Dijo que el chavismo amenazaba con impedir la salida de Venezuela a gerentes y técnicos que eran víctimas de presiones y acciones violentas. ■