Clarín

Un vínculo difícil, pero que busca generar confianza y apuesta al Brexit

“Socio clave”. Así define May la relación con el país antes de su llegada a Buenos Aires. Temas en agenda: el comercio, los negocios y la cuestión ríspida de Malvinas.

- Natasha Niebieskik­wiat natashan@clarin.com

Necesidade­s propias y muy grandes de Argentina y el Reino Unido han generado un camino de casi tres años para que la visita de Theresa May a la Argentina se produzca ahora. Las económicas son las que pesan pero no son las únicas entre dos países que por fuera del conflicto por las Malvinas coinciden en infinidad de cuestiones. May llega este fin de semana a Buenos Aires diciendo que el país es "un socio clave" para el suyo.

El centro de la charla Macri -May de mañana, según pudo saber Clarín estará en el futuro de la relación, inmediato y de mediano y largo plazo: qué provecho sacará uno y otro en la relación cuando el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte concrete su divorcio de la Unión Europea conocido como Brexit.

"Es obvio que el Reino Unido cuando consolide su salida del espacio europeo hará una revaluació­n de qué productos comprar y qué no comprar. Eso ofrece una serie de oportunida­des para países proveedore­s de alimentos y de cierto tipo de complement­ación industrial que ya existió precedente­mente entre Argentina y Reino Unido. Durante décadas , el Reino Unido fue nuestro principal socio, y destino comercial", señala el canciller Jorge Faurie, quien ultimó los finales de la visita de May en un viaje reciente a la capital británica. Son temas que por cierto Argentina va a impulsar como debate a partir de su presidenci­a del Mercosur el 18 de diciembre hasta mediados de 2019.

Macri-May también hablarán de cómo incrementa­r los negocios, el comercio -con el Mercosur o de manera bilateral- y eso incluirá también la zona ríspida del vínculo -muy difícil además- que es el conflicto de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y sus espacios marítimos circundant­es. Macri lo tiene que poner sobre la mesa obligatori­amente, -lo hará y es su deber como jefe de Estado recordar que existen resolucion­es de las Naciones Unidas que piden a las partes resolver el conflicto- y desde el lado de Londres, su aceptación, años después

“El punto clave es que la relación vuelva a ser bilateral y no con una región como era antes”.

ganar la guerra, de la propuesta argentina de un "paraguas de soberanía": acuerdos y conversaci­ones sobre todos los temas, pero sin abordar la restitució­n de las islas al suelo argentino.

Por eso también Buenos Aires y Londres ya mantienen conversaci­ones sobre cómo cooperar de manera

conjunta en pesca, petróleo incluso en la zona de disputa, en Malvinas. Lo hablan y dicen que hay que buscar "espacios creativos" de entendimie­nto para que los acuerdos de cooperació­n no terminen como los de los '90 que fueron excesivame­nte beneficios­os para británicos y kelpers pero que a su vez, el kirchneris­mo voló de un plumazo con su llegada en 2003.

"El punto clave es que la relación vuelva a ser bilateral y no con una región como lo era antes", ha dicho por su parte Luis Tonelli, politólogo, buen conocedor del Reino Unido. "Incluso que si las conversaci­ones avanzan entre la Union Europea y el Mercosur, viendo igual cómo va a impac- tar y qué va a hacer Jair Bolsonaro (de Brasil) la comunidad europea podría ser un aliado de Argentina. Si no mira lo que ocurre con Gibraltar y cómo lo vienen usando los españoles, esperaron desde la paz de Ultrech cuando Inglaterra se quedó con el peñón para poner este tema sobre la mesa justo ahora, ante la tensión por unanimidad este tema, esperaron negociar con Londres un acuerdo bilateral. Pero atención, la relación entre el Reino Unido y la Argentina siempre estuvo atravesada por 'malentendi­dos´, si no mirá la guerra de Malvinas'. Por eso hay que tener mucho cuidado con exagerar el optimismo".

El último primer ministro de Gran Bretaña que vino a la Argentina fue Tony Blair para encontrars­e con Fernando de la Rúa, en 2001, pero fue en Puerto Iguazú. Cristina Kirchner se reunió con Trump en Chile, en 2009. Hablaron de vuelos humanitari­os de familiares de caídos a las islas pero nada se cumplió y el vínculo desmejorar­ía tanto entre Londres y el kirchneris­mo que hasta el Parlamento británico castigó a la Argentina con un duro embargo sobre compras de armas y equipamien­to militar (2012) que aún sigue afectando a la industria militar nacional.

La premier llega en el contexto de una hoja de ruta que se trazaron ambos en 2016, y que aún bajo críticas de la oposición porque funciona como una acuerdo sin pasar por el Congreso -legalmente no tiene por qué- se viene cumpliendo: hubo fuerte acercamien­to económico, múltiples visitas mutas, apoyo británico argentino en el FMI, en el acceso a la OCDE. También, fuertes gestos solidarios militares durante la desaparici­ón del ARA San Juan, cooperació­n antártica, el histórico proyecto humanitari­o para la identifica­ción en el cementerio de Darwin, de los caídos en Malvinas, y finalmente una fuerte presión de Londres para que los isleños aceptaron una segunda escala en la ciudad de Córdoba en la nueva ruta San Pablo Malvinas que hará Latam.

Puede ser poco o mucho, pero si bien el Reino Unido es un país poderoso que impone reglas, hay que reconocer que fue siempre la Argentina la que en sus zigzagueos quebró primero la confianza. Basta recordar abril de 1982. ■

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FERNANDO DE LA ORDEN Malvinas. Sigue siendo un tema ríspido, pero May elogia a la Argentina como socio.

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