Cómo es el bunker donde se reúnen los más poderosos
Agenda. Primero estarán a solas y luego deliberarán. Catering y veedores.
Pese a que el cronograma es estricto en horarios, puede ocurrir que la Cumbre de los líderes que arranca el viernes, se atrase por la reunión previa en el Hotel Alvear de los BRICS, es decir entre los mandatarios de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Aún se ignora quién será el primer mandatario en ingresar ese día al encuentro número 13 del G20 (supersticiosos abstenerse) por la avenida Costanera. Los presidentes van por la puerta grande y sus asesores, por el costado y tras atravesar un control de seguridad. En los paneles de gran altura hay gigantografías con imágenes de la Patagonia y los cerros de Humahuaca y slogans acerca de la necesidad de construir consensos, poner como prioridad a la gente y sobre el crecimiento sustentable.
Luego del saludo protocolar a Maurcio Macri, los mandatarios irán a la sala de retiro en la que unos 22 cómodos sillones los esperan para que puedan charlar en la intimidad. Está previsto incluso un micrófono especial para que Enrique Peña Nieto que en pocas hora deja la presidencia de México se despida de sus pares. Luego de esa conversación sin técnicos ni testigos, los presidentes se encaminan al gran salón para la foto de familia. A ellos se unen representantes de organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial y otras organizaciones e invitados especiales para una postal con 38 protagonistas.
Tras esa foto llegan las deliberaciones. Un salón de inmensas proporciones con una mesa oval en cuyo centro y casi con forma de mandala está el logo del G20. Allí cada presidente tiene su sombra, es decir los asistentes. A Mauricio Macri, en su rol de Presidente del G20, le corresponden ocho. A su lado se sentarán Angela Merkel, por ser la ex presidenta del G20 y Shinzo Abe, el futuro titular. Y muy cerca estarán sentados Donald Trump y Theresa May.
La comida se sirve allí mismo y el cattering corresponde a Eat. Algunos traen veedores para cada plato. No habrá libre circulación en ese amplio espacio. A cada presidente le corresponde un pin y los miembros de la comitiva de ocho personas que lo acompañan tendrán una credencial dorada, casi de libre acceso. Asi, se idearon tres zonas. La amarilla, para la prensa y conferencias que incluye varias salas de reuniones y traducción simultánea de los 15 idiomas de la Cumbre con capacidades que van de los 300, 120, 90 y 50 personas. ■