Reapareció Carrió y aprovechó para volver a apuntar contra Angelici
“No se puede gobernar con las mafias del fútbol”, dijo. Fue en la cena de fin de año de su fundación.
Elisa Carrió volvió a escena. La diputada nacional de Cambiemos reapareció, después de más de un mes de silencio. Hizo un paso al costado tras pedir la renuncia del ministro de Justicia, Germán Garavano, incluso en presencia del presidente Mauricio Macri, durante un acto en beneficio de las pymes en el Centro Cultural Kirchner.
Fue para el cierre del año de su fundación, el Instituto Hannah Arendt, en una cena de sólo ocho mesas en el exquisito Club Sirio Libanés, en Barrio Norte. Desde las 21, lo que sucedió fue una reunión chica, sobria y tranquila, lo que es mucho decir para el carácter intenso de la líder de la Coalición Cívica-ARI.
Allí, entre el lomo y el mousse de maracuyá, Carrió se metió en la polémica por el escandaloso superclásico River-Boca, con un mensaje a su archienemigo político, Daniel Angelici, y varias frases políticas sobre las que los asistentes no llegaron a descifrar el destinatario exacto.
La diputada llamó a algunos para que vayan “sí o sí”. Entre los exclusivos estuvieron el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal; el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta -con su esposa Bárbara Diez; la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley -con Federico Salvai, su marido y mano derecha de Vidal-; además de los funcionarios nacionales Gustavo Lopetegui y José Torello.
Entre ellos se mezclaron el titular de la Sociedad Rural, Daniel Pellegrina, y el abogado macrista Fabián "Pepín" Rodríguez Simón, con quien comparte la enemistad con Angelici, el presidente de Boca e integrante de otra rama de íntimos de Mauricio Macri.
El Presidente no fue invitado: "No es un evento como para llevarlo a él y menos en la semana del G20", indicó uno de los organizadores.
En la mesa principal tuvieron silla
“Esto no es para tibios”, dijo sobre la situación del país. Pero nadie supo a quién se refería.
"los Marios", o sea el empresario Mario Quintana y el diputado radical Mario Negri, dos de los que gozan del "amor" de la diputada. En su discurso final, Carrió nombró a Quintana, lamentando su ausencia actual en la gestión de Macri.
La aparición serena de Carrió sucedió, casualmente, casi en simultáneo con dos noticias desde la Corte Suprema: el máximo tribunal le rechazó su presentación para auditar al administrador de ese cuerpo, Héctor De Marchi, y con la renuncia del director de la Morgue Judicial, objetado por la diputada de Cambiemos.
En su discurso corto, se enfocó en el futuro de la República y de Cambiemos. Y aseveró que "hay luz al final del camino, los argentinos vamos a salir de esta situación difícil".
Brindó para que "tengamos un buen año" y aseguró que "acá está la gente que más quiero" para luego afirmar, enigmática, que "hay que estar en una balsa y hay algunos que tienen la pata afuera, tenemos que estar firmes en medio de la balsa".
Y luego señaló sobre la situación del país: "Esto no es para tibios, es so- lo para los que somos honestos y queremos un país sin corrupción ni narcotráfico". Mientras los funcionarios se miraban, para entender a quién iba el mensaje, Carrió siguió: "Todos los que están con una pata afuera, si se quieren caer que se caigan; alguien quedará en el camino".
Luego sí el destino de su mensaje fue claro: "No se puede gobernar con las mafias del fútbol", en un obvio mensaje a Angelici, blanco habitual de la diputada quien lo señala como un operador judicial del macrismo.
Cerca de la medianoche comenzaron los funcionarios a retirarse y en los sillones se quedaron, junto a la anfitriona, los dirigentes más cercanos de la Coalición Cívica, como Marcela Campagnoli, Alicia Terada, Paula Oliveto, Marina Zuvic, Hernán Reyes, Sánchez, Maricel Etchecoin, el diputado Juan López y Fernando Sánchez, hoy en la Jefatura de Gabinete junto a Marcos Peña. ■