Clarín

Los “desconocid­os” frente a los que Argentina buscará la clasificac­ión al Mundial de China

Estados Unidos trajo 12 jugadores casi ignotos para el gran público, pero la Selección no se confía para el duelo.

- Mauricio Codocea mcodocea@clarin.com

Desde que un grupo de 12 atrevidos con la mente más clara que otro se autoconven­ció de cambiar la historia de un deporte y le ganó al Dream Team, todo Argentina-Estados Unidos en el básquetbol cobró un valor simbólico especial. Si antes tenía un gustito distinto medirse con la potencia, desde la victoria en el Mundial de Indianápol­is 2002, con el refuerzo de otro triunfo y del oro olímpico en Atenas 2004 es más particular.

Aunque en esta ocasión, como ocurrió en la Americup, la cuestión será distinta. ¿Quiénes son los estadounid­enses que llegaron a La Rioja para enfrentar hoy a las 21.30 (televisa TyC Sports) a la Argentina en un partido que depositará al ganador en el Mundial de China 2019?

Con los torneos FIBA Américas en el pasado, aquellas concentrac­iones de poco menos de un mes en las que algunas de las estrellas de la NBA podían decir presente quedaron en el olvido. Hoy el selecciona­do top del planeta presenta jugadores casi ignotos para el público extranjero.

Si del calibre de los basquetbol­istas debe hablarse, habrá que mencionar que 8 de los 12 que conforman el plantel tienen alguna experienci­a en la NBA. Al hilar más fino, se puede determinar que casi ninguno lo ha hecho con demasiado éxito, pero de más está decir que no cualquiera llega a la mejor liga del mundo.

“Generalmen­te no se sabe tanto de ellos, pero cualquier equipo que armen siempre es competitiv­o y está a la altura”, evalúa Sergio Hernández, entrenador argentino, que no se detiene en una frase de ocasión.

“Son medio difíciles de scoutear, porque pese a que son muy buenos jugadores, no están en competenci­as que uno usualmente siga. Por lo que vi y lo que me informó el staff, son versátiles, tienen mucho tiro de 3, con algunos especialis­tas. Lo mejor que tienen es que gracias a su rotación tienen una dinámica que mantienen durante los 40 minutos y que lógicament­e te llevan a un desgaste. Entonces, pese a que a nosotros nos gusta mucho el vértigo y correr la cancha, tendremos que manejar los tiempos”.

El estadounid­ense con más trayectori­a es Tyler Zeller, de 28 años, quien vistió cuatro camisetas (Brooklyn, Milwaukee, Cleveland y Boston) en 406 partidos. En los Cavaliers y en los Celtics fue donde el pivote tuvo sus mejores momentos, con casi 120 noches de fase regular como titular en dos de las temporadas que jugó. Y en su año debut fue elegido como uno de los mejores novatos (logro que también consiguió, por ejemplo, Luis Scola). Hoy está sin equipo. Y en la misma situación se encuentran Jarnell Stokes (28 partidos en Memphis, Miami y Denver) y Eric Moreland (78 entre Sacramento y Detroit).

Zeller le saca una amplia diferencia a sus compañeros en términos de su experienci­a en la NBA. Pero también está DeAndre Liggins (escolta o alero), con tres décadas en el documento. A lo largo de cinco campañas, nunca pudo asentarse definitiva­mente. De hecho, pasó por nada menos que 7 equipos y en Dallas y Mia- mi, por caso, sólo jugó un encuentro.

El escolta John Jenkins disputó 145 partidos con Dallas, Phoenix y Atlanta, pero nunca llegó a promediar siquiera 15 minutos. El resto de los que disfrutaro­n las mieles de ese universo único que es la NBA son Chasson Randle (26 partidos), Reggie Hearn y Scotty Hopson (3 cada uno).

En cambio, Joel Berry, Richard Solomon, Travis Trice y Cameron Reynolds todavía no pasaron por la gran pantalla del básquetbol mundial. A favor de Berry, recién salió de la universida­d y aunque firmó contrato con Los Angeles Lakers luego de las Ligas de Verano, luego lo cortaron y arregló con la filial.

Pero no es un jugador cualquiera: en la NCAA, donde dominan los futuros cracks del básquetbol top del planeta, lideró a la Universida­d de North Carolina (sí, en la que jugó un tal Michael Jordan) a dos finales consecutiv­as, ganando la segunda y siendo el Jugador Más Valioso. En dicho torneo, por ejemplo, jugaron De´Aaron Fox, que hoy la rompe en Sacramento Kings; Jordan Bell, incorporad­o por Golden State; o Frank Mason III, otro pibe con futuro en los Kings.

Hearn es uno de los que más recorrido hizo en este nuevo formato de clasificac­ión de la FIBA: estuvo presente en tres de las cuatro “ventanas”. Juega, al igual que los demás, con excepción de los libres, en la Liga de Desarrollo de Estados Unidos, una especie de segunda marca de la NBA donde casi todas las franquicia­s tienen una filial. Ahí hicieron sus armas Patricio Garino cuando no tenía minutos en San Antonio o Nicolás Brussino cuando estaba en Dallas.

Son desconocid­os, pero serán de cuidado. En la final de la Americup, otro selecciona­do estadounid­ense de jugadores ignotos no se rindió ante una desventaja de 20 puntos como visitante y le dio un golpe durísimo a la Selección. Hoy la revancha tiene forma de pasaje al Mundial de China. ■

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Entrenamie­nto. Travis Trice y Richard Solomon, en plena práctica, seguidos por el entrenador Van Gundy.

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