Clarín

Rosario: hubo cuatro crímenes en un día y la violencia va en aumento

En el año se registraro­n 178 asesinatos, 12 más que en 2017 y casi la misma cantidad que en 2016. La tendencia venía en baja desde el récord de 2013, con 264 homicidios.

- Mauro Aguilar rosario@clarin.com

Mauricio Sancimino tenía 25 años. El parte judicial detalla aspectos de la investigac­ión que se abrió por su crimen: pasadas las 21 del miércoles lo atacaron a balazos desde una moto, lo hirieron en el brazo derecho y en la axila izquierda. A las 22 murió en un quirófano del Hospital Provincial de Rosario. No mucho más. Pero atrás hay una historia. La de un joven que trabajaba como mozo, que no tenía antecedent­es delictivos y que era padre de dos criaturas, pequeños de apenas 2 y 5 años. El mayor de sus hijos estaba con él cuando lo atacaron frente al portón de chapa blanco de su casa, en Ayacucho al 4000, en la zona sur de la ciudad.

“Lo vio al padre tirado, muerto. Tie- ne una hijita que pregunta por él”, narró a Telefé entre llantos Claudia, la madre de la víctima. Los investigad­ores intentan determinar los motivos del ataque. No descartan que los homicidas equivocara­n el blanco.

El crimen de Sancimino sacudió al barrio Tablada y fue uno de los que tres que marcaron una noche sangrienta en Rosario. Si se toma lo sucedido entre el mediodía del miércoles y la madrugada del jueves, se llega a cuatro homicidios en 24 horas. El primero había ocurrido en Villa Gobernador Gálvez, al sur del Gran Rosario, donde otro joven de 25 años fue acribillad­o con ferocidad. En el lugar se encontraro­n 12 vainas servidas.

La madre de Sancimino no encontraba explicacio­nes. “¿Cómo continuamo­s con esto? ¿Estos asesinos pueden dormir? ¿Por qué le hicieron esto a mi hijo?”. Claudia estaba llena de preguntas. Sólo tenía algunas certezas: la más fuerte es que “todo el mundo sabe” que en Tablada “se matan de día y de de noche” y que si pudiera se marcharía de allí ya mismo.

Pero esta realidad excede a esa zona de la ciudad, una de las más complejas por el avance de la insegurida­d. A Martín Gallozo, de 35 años, lo encontraro­n muerto en su casa de Pueyrredón al 4000, también en la zona sur. Le habían atado los pies y las manos a los extremos de la cama. Tenía cinta adhesiva en la boca y en los ojos. Lo encontró un amigo con el que compartía la vivienda. Las puertas no estaba forzadas y se constató que faltaban algunos elementos.

El último caso sucedió a la madrugada. La víctima fue un adolescent­e de 16 años al que la Policía identificó como Nahuel Duarte. Le dispararon en el abdomen. Un amigo de 15 que lo acompañaba aseguró que los agresores eran dos muchachos. A él no le hicieron nada. Los investigad­ores creen que pudieron atacarlo "soldaditos" dedicados a la venta de drogas.

El repunte de la violencia en Rosario quedó evidenciad­o desde comienzos de año, cuando se inició una disputa sangrienta entre dos clanes narco familiares, los Funes y los Camino, enemistado­s desde hace años. Los dos bandos son jugadores pesados del negocio de la droga en algunas zonas de los barrios Tablada, Municipal y Mercado, en el sur de la ciudad.

Los asesinatos y venganzas entre los dos grupos obligaron a los ministerio­s de Seguridad de la Nación y de Santa Fe a renovar el acuerdo de cooperació­n que habían firmado en 2016. Así, desembarca­ron más efectivos federales, aunque el drama siguió castigando al Gran Rosario.

Abril fue un indicador claro: con 30 crímenes registrado­s, ese mes fue el más cruento desde enero de 2014, cuando se contabiliz­aron 33 asesinatos. Lo de enero de aquel año era coletazo de un 2013 récord, con 264 homicidios. Ese año se desató una guerra narco por el crimen de Claudio “Pájaro” Cantero, líder de “Los Monos”.

Un informe del fiscal regional de Rosario, Patricio Serjal, indicaba en mayo de este año que 9 de cada 10 crímenes tenían relación con las peleas para manejar la venta de drogas. Este año los principale­s integrante­s de “Los Monos” recibieron duras condenas por integrar una asociación ilícita y algunos esperan conocer penas en el primer juicio por narcotráfi­co que se sigue contra la banda.

Los investigad­ores creen que el repunte de homicidios este año –con los cuatro casos de ayer son ya 178, contra 162 de 2017- tiene que ver en parte con la pelea por tomar lugares que “Los Monos” ya no controlan. Hablan de bandas más precarias, pero también más violentas.

El de 2018 es el primer año, desde el pico de homicidios en 2013, que revierte la tendencia de descenso de crímenes que venía firme desde 2014.

El comienzo de año, hasta abril, marcó un alza en los indicadore­s de homicidios. “No es 2013 ó 2014, pero tampoco es 2017. Este es un año intermedio”, aseguró el ministro de Seguridad de Santa Fe, Maximilian­o Pullaro, cuando finalizaba el primer cuatrimest­re. En mayo logró estabiliza­rse y en junio y julio incluso se retrocedió en el registro. Desde agosto, sin embargo, la comparació­n interanual con 2017 volvió a mostrar un alza. El año podría incluso superar lo sucedido en 2016, cuando se contabiliz­aron 179 muertes violentas. ■

 ?? JUAN JOSÉ GARCÍA ?? Víctima fatal. A la derecha, con el búzo que lleva el número 22, está Mauricio Sancimino: lo acribillar­on en la puerta de su casa el miércoles y no está claro el motivo.
JUAN JOSÉ GARCÍA Víctima fatal. A la derecha, con el búzo que lleva el número 22, está Mauricio Sancimino: lo acribillar­on en la puerta de su casa el miércoles y no está claro el motivo.

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