Cuando Perón y Ava Gardner eran vecinos
Rodada en blanco y negro, esta ágil comedia española pone el foco en los excesos de la estrella de Hollywood durante su vida en España. En los ‘60, la diva compartía edificio con Perón e Isabelita. Sus peleas, en formato de gags, son desopilantes.
Comedia Protagonistas: Inma cuesta y Paco León Creadores: Paco León y Anna Costa Origen: España Emisión: Movistar TV (son 8 capítulos de media hora).
Siempre, pero aún más en tiempos en los que la oferta supera la demanda: las buenas ideas se celebran. En esta época afiebrada por las series, con títulos que ni en el fondo del colectivo encontrarían lugar de tanta sobreabundancia que hay, una perlita gestada en España levanta la mano en blanco y negro. Anclada en el franquismo, no habla de Franco. O sí, pero en un segundo plano. Arde Madrid habla, curiosamente, de la vecindad entre Ava Gardner y Juan Domingo Perón. Si eso no es una novedad entre tanto lugar común de los guiones...
Así y todo, no son ellos los protagonistas de esta historia producida por Movistar+, que llegó a la Argentina a través de Movistar TV. Las dos figuras, recreadas con atractivas pinceladas en pantalla, son el gancho narrativo de esta ficción que utiliza el humor fino, la ironía y la irreverencia para contar, en realidad, esas vidas desde la óptica de dos de sus empleados.
Ana Mari, como una asistente doméstica que debe responder a las necesidades -con formato de capricho estelar- de la actriz de Hollywood, y Manolo, como su chofer, llevan al espectador de la mano para sumergirlo en el lado B de Gardner y Perón.
Y, mientras esos dos personajes cumplen con esa premisa, Inma Cuesta y Paco León -quien además es el creador de la historia- se sacan chispas.
Actores con amplio recorrido en cine y TV -a ella la vimos aquí en El accidente y en la película Kóblic, y a él, por Netflix, en La casa de las Floresconstruyen dos criaturas antagónicas, pero con más puntos en común de lo que creen: Manolo quiere sacar tajada de todo, va al frente y su viveza española lo para siempre al borde del riesgo, y Ana Mari se reprime … en todos los frentes.
El guión de esta serie que en su país se estrenó el mes pasado, coqueteando de maravillas con la audiencia, los hace llegar a la casa de Gardner en plan secreto: fingen ser marido y mujer, para justificar la presencia de ella en ese hogar en el que oficia de espía para el franquismo.
A pesar de todos sus temores, Ana Mari acata la orden de su superiora - la gran Carmen Machi, una de las actrices favoritas en la obra de Pedro Almodóvar- para ventilar desde adentro cómo es la vida de excesos de “la Gardner”, quien se terminó refugiando en Madrid para dejar las penas en su tierra. En los ‘60, época en la que hace foco este ágil relato, su tormentosa relación con Frank Sinatra ya es pasado.
Interpretada por la estadouniden- se Debi Mazar, a esta Ava se la ve algo deteriorada, siempre bella, diezmada por las trasnochadas festivas y los descontroles. Dos tópicos que hacen entrar en escena a Juan Domingo Perón y su mujer de entonces, María Estela Martínez.
Exiliado de la Argentina, él e Isabelita vivían en el mismo edificio que Gardner y la convivencia urbana se les volvía imposible. Con gags deliciosos y muy buenas caracterizaciones a cargo de Osmar Núñez y Fabiana García Lago, los encuentros entre vecinos -quiénes, ademas, acuerdan que sus perros crucen sus propias vi- das- le aportan el toque desopilante a esta trama que provoca desde donde se la mire.
Porque, más allá de que haya un carísimo collar en juego -no vale la pena correr más el velo- y un pintoresco retrato de las vidas privadas de dos personajes públicos, el tema de fondo es la resistencia o la obediencia al franquismo, depende de cada quién, en épocas oscuras de España. Y para entrar en esa conocida historia, Paco León y su mujer, la guionista Anna Costa, decidieron hacerlo desde una hendija. Y con su fórmula “Gardner & Perón” ganaron por goleada. ■