Clarín

Carrió criticó que la Policía pueda tirar sin dar el alto: “Viola derechos humanos”

La diputada apuntó contra la ministra Bullrich por el nuevo reglamento, habló de “fascismo” y violación de los derechos humanos. Recibió críticas en las redes. La UCR se diferenció.

- Santiago Fioriti sfioriti@clarin.com

En otra de sus habituales incursione­s polémicas, la titular de la Coalición Cívica salió a cruzar la medida impulsada por la ministra Patricia Bullrich. “No vamos a ir al fascismo”, dijo Carrió, oponiéndos­e a que las fuerzas de seguridad puedan dispararle­s a los delincuent­es sin esperar a que los ataquen antes. En tanto, la Ciudad alineó su postura con el Gobierno nacional mientras que la provincia de Buenos Aires tiene una posición más cauta.

Elisa Carrió amenaza con opacar el verano político con el que se ilusionaba el Gobierno después de la exitosa Cumbre del G-20. La diputada acaba de abrir una nueva grieta en Cambiemos y con un tema por demás sensible. Apenas horas después del anuncio oficial del nuevo Reglamento General para el Empleo de Armas de Fuego por el que se regirá la Policía, Carrió lanzó críticas con un tono más duro -y sin duda más trascenden­te- que el que emplearon los opositores formales a la Casa Rosada.

“A mí me parece que esta reglamenta­ción firmada por la ministra Bullrich viola los derechos humanos fundamenta­les. Nosotros no vamos a ir al fascismo”, dijo este martes en diálogo con Clarín. Luego agregaría en Twitter: “A la ministro se le va la mano”. Sus dichos produjeron un tembladera­l político en el oficialism­o. Aunque Carrió no mencionó a Macri, sus dardos lo rozaron: se sabe que detrás de la decisión de la ministra está el mandatario, que viene de elogiar su desempeño en la estadía de los líderes mundiales en el G-20.

Media hora después de que el sitio web de este diario publicó los dichos de la aliada más temida de Cambiemos, un importante funcionari­o del Ejecutivo -nexo clave con la legislador­a y visitante asiduo de su casa de Exaltación de la Cruz- recibió una llamada de Marcos Peña, para reunirse. El propio jefe de Gabinete, dicen, tenía prevista una comunicaci­ón con Carrió. ¿Buscarían persuadirl­a? ¿Le pedirían que baje el tono? ¿O evaluarían la posibilida­d de un paso atrás como han hecho en otras cuestiones ? Parece difícil esta vez.

El oficialism­o defiende a capa y espada la iniciativa de darle más poder de fuego a la Policía. “Vamos a ser más duros con la delincuenc­ia y esta medida apunta en ese sentido. No vamos a retroceder”, confiaba en las últimas horas un vocero del Ministerio de Seguridad. El combate contra el delito y el narcotráfi­co será uno de los ejes de la campaña del Gobierno para el año que viene. En la cima del poder ya habría encuestas que avalarían la estrategia adoptada, aunque también consta que un sector se opone tenazmente. La grieta ahora se refleja en materia de seguridad.

Los dichos de Carrió generaron revuelo en las redes sociales -y en algunos casos rechazo- entre los propios votantes de Cambiemos. Hasta el diputado Fernando Iglesias, que suele acompañar todas las posiciones de la líder de la Coalición tomó distancia. “Esta cuenta banca fuerte a Bullrich, una de las mejores gestiones de Cambiemos y de la historia nacional”, dijo.

Por su parte el radical Luis Petri, vicepresid­ente primero de Diputados, muy por el contrario que Carrió, dijo del nuevo reglamento que “aporta claridad al comportami­ento policial”.

También hubo sectores opositores que parecieron aprovechar­la para cuestionar al Presidente. En el entorno de Carrió no tienen reparos en asumir, como dicen algunos bloques opositores del Congreso, que la nueva política para las fuerzas de seguridad parece un espejo “tomado del Brasil de Jair Bolsonaro" y creen que eso implicaría “parecerse más a un populismo de derecha que a otra cosa”.

Quienes conviven con esta versión más dura de la diputada -alejada ya del diálogo frecuente con Macri, con quien lleva dos meses sin hablar- ase-

Desde el radicalism­o apoyaron a Bullrich, sobre quien Carrio dijo que “se le va la mano”.

guran que no está furiosa porque dejaron de consultarl­a. “Ahora tampoco la tuvieron en cuenta, pero para ella eso pasó a ser una regla y lo acepta. Si no, les hubiera anticipado su postura, como ha hecho siempre. Lilita dice las cosas de frente”, afirman.

En la Casa Rosada monitorear­on el impacto, pero las declaracio­nes de su socia política terminaron de modificar el escenario. Los llamados a los asesores de Carrió, al parecer, no surtieron efecto.

Anoche, enterada del enojo, Carrió redobló la apuesta. En Twitter escribió: “A los que se enojan conmigo por mi posición en seguridad les digo que el día que maten a un hijo sólo por tener el pelo largo o ser morocho se van a acordar de mí”. ■

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Caminos separados. Un nuevo capítulo de los cruces de Elisa Carrió con algún funcionari­o del gobierno de Mauricio Macri, a quien hasta hace poco aseguraba defender.

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