El escándalo del hijo de la fiscal
RODRIGO EGUILLOR
Una joven lo denunció por violación y él se defendió agraviando a las mujeres. Su mamá es fiscal en Lomas.
“Un millennial fallado” o “el cheto violador”. Acusaciones de este tipo se pueden leer en las redes sociales de Rodrigo Eguillor, a quien también bautizaron “el cheto de Banfield”. Tiene 24 años y es hijo de una fiscal. Fue relacionista público de un boliche de Costanera y ayer una joven lo denunció por intento de violación. Pasó todo el día haciendo uso de su histrionismo para defenderse por TV. Más tarde se supo que tiene otras dos causas por abuso, y quedó detenido en la fiscalía de Esteban Echeverría cuando era notificado de una de ellas ( ver Las otras causas...).
Su madre es la fiscal de ejecución penal de Lomas de Zamora Paula Martínez Castro, una de las impulsoras de “Justicia Legítima”. Trabaja en el Poder Judicial hace unos 30 años y también se desempeñó como fiscal de instrucción y de juicio.
A Rodrigo Eguillor, antes de estar en el foco de los medios -y del video en el que se lo ve junto a una joven forcejeando, semidesnudos, en el balcón de su departamento de San Telmo- no le gustaba pasar desapercibido. En su cuenta de Instagram, @rorrrrrito, entre selfie y selfie, sube fotos de su vida como un verdadero “pi- chón” de bonvivant. Pero anteayer tuvo que hacer dos transmisiones en vivo en las que intentó defenderse: lo catapultaron a todos los noticieros.
La escena del balcón, a los gritos, los dos semidesnudos, fue a mediados de noviembre. Pero recién trascendió el lunes. La joven que lo denunció dijo que esa noche en ese balcón gritaba para evitar que él la violara. Otras chicas aseguran que “todo se tapó” porque es hijo de la fiscal.
El video muestra a Rodrigo tratando de dominar a la denunciante. La golpea contra la pared, en un intento por hacerla entrar al departamento. Desde abajo, alguien grabó la escena.
En la cuenta del acusado se ven autos de lujos y frases y fotos de Brad Pitt, su ídolo. “Si vos me decís que soy un pibe rarito que no tiene facha y necesito violarme minas, está bien, pero no soy eso y nunca violé en mi vida a una mina ni le pegué, aunque sí las maltraté verbalmente y emocionalmente”, dijo Rodrigo a Clarín. Se defendió del supuesto intento de abuso alegando que sólo se acuesta “con modelos”. Y también apuntó al barrio en el que vive la denunciante: “Es de Ituzaingó, cuando me mintió y me dijo que era de microcentro”, expresó.
La denuncia en su contra cayó en el Juzgado Nº 48 y la Fiscalía Nº 22. Él presentó otra contra la otra joven por “coacción”, que se tramita en el juzgado N° 24 y la fiscalía N° 47. Rodrigo habló con Clarín desde el Aeropuerto de Ezeiza y aclaró otro aspecto que le daba “mucha bronca”. “Ahora voy a hablar con Crónica que pusieron ‘El cheto de Bandfield’ cuando nada más nací y viví 3 años en Banfield. Soy de Canning” , sostuvo el estudiante de
Necesito que dejen de defender a las minas. Nadie sabe lo que pasó en ese departamento más que Dios, ella y yo”. Rodrigo Eguillor
abogacía. “Yo soy un chico que tiene muchos problemas y fui a un colegio para chicos especiales. (…) Por eso, cuando voy por la vida, me chapo modelos, me gar.. modelos, me co... travas. A mí todo me va bien, como tengo problemas mentales… La cuestión es que fui a este boliche, que en la puerta dice que es para chicos con problemas. Entro a Jet... empecé a laburar en negro y no me garpaban. Y yo le metía minas y de ahí salió esta chica que me g... tres veces”, había dicho Rodrigo frente a la cámara de su celular. Pero ante Clarín relativizó todo. “En Instagram es una cosa, en los móviles dije que era un chico complicado, no que tenía problemas”, afirmó.
Aunque acusó a la chica de “haberse drogado fuerte”, admitió que él esa noche, el 15 de noviembre, “había fumado un porrito”.
Quiso defender a su madre de la exposición. “Ella me dijo que no haga todo este show. Porque me perjudica. Pero necesito que dejen de defender a las minas los periodistas. Nadie sabe lo que pasó en ese departamento más que Dios, ella y yo”, dijo.
Rodrigo estaba en el aeropuerto a punto de tomar un vuelo a España. ”Me voy a ver a Boca”, dijo. Pero no pudo subirse al avión: justo antes de las 15, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) le notificó que no podría salir del país. “Llamen a mi vieja”, fue lo último que dijo a las cámaras. ■