Sinfonía pop para estadios
Origins Imagine Dragons Voz principal: Dan Reynolds. Voz y guitarra: Wayne Sermon. Guitarra: Daniel Platzman. Bajo: Ben McKee. Productores: Alex de Kid, Mattman & Robin, Imagine Dragons y John Hill. Discogáfica: Universal. Un dato fresquito: Imagine Dragons es la banda más escuchada de 2018 en la plataforma digital Spotify. Un par más: el tema Natural, lanzado en julio de este año, lleva 217 millones de reproducciones en la misma plataforma, y 122 millones en YouTube.
Una sensación: con su flamante álbum, Origins, Imagine Dragons seguramente mantendrá su lugar en unos cuantos podios de los distintos ran- kings globales.
Un presentimiento: si el grupo liderado por Dan Reynolds, que hace gala de un audio impecable, pasa a la historia como uno de los grandes acontecimientos del pop y el rock de la segunda década del siglo XXI, difícilmente lo haga por este disco.
La pregunta es, entonces, cómo llegó Imagine Dragons a ser lo que es. Y la respuesta está ahí, en el parlante que ahora amplifica la voz de Reynolds cantando en Bad Liar el tercer estribillo -y van sólo cuatro temas-, con destino de coro masivo de estadios, al compás de brazos moviéndose de un lado a otro; o de arriba hacia abajo, lo mismo da.
Porque la cosa empieza desde el mismísimo principio. O casi: es cierto que Natural, el “hit” que abre la lista de 12 temas que componen la versión física del álbum -la “deluxe” incluye tres títulos más-, esquiva el gesto canchero, y golpea duro con un beat demoledor. Pero enseguida, para Boomerang lo recuperan, y lo repiten en Machine.
El comienzo de Cool Out parece abrir una puerta a algo distinto, pero el sonido es tan pero tan Coldplay, que de escucharla a imaginarse miles de pulseritas luminosas agitándose en las tribunas media casi nada. Algo no muy distinto a lo que sucede con Bad Liar, una canción de perdedores en el amor. Y para eso, con Chris Martin y compañía alcanza y sobra.
Pero cuando todo en Origins parece apuntar a sonar en tono épico, siempre en torno a alguna melodía pegadiza -o bien pegajosa-, con su guitarra acústica al frente West Coast ofrece un bienvenido respiro de tanto sintetizador superpuesto. Y habilita un área en la que el formato “para estadios” le cede espacio a la canción pop lisa y llana, que emerge en Stuck y en Love (hasta que las texturas del final rompen el hechizo), después de atravesar el muro de sonido que imponen Bullet in A Gun y Digital.
Un capítulo aparte merece Zero, tema que pertenece a la banda de sonido del filme Wifi Ralph, en el que la los Imagen Dragons suenan como si se hubieran tomado un recreo de tanta impostación. Y dan ganas de que se tomen otro pronto. ■