Procesan a anarquistas que pusieron bombas a Bonadio y en la Recoleta
El juez Ercolini los acusó de intimidación pública, uso de explosivos y asociación ilícita. Siguen presos.
El juez Julián Ercolini procesó ayer a los detenidos en la investigación de los explosivos colocados en el cementerio de la Recoleta y en la casa del juez Claudio Bonadio.
Después de analizar una gran can- tidad de fotografías, y la pericia de 50 teléfonos celulares, junto al informe que confirma que los explosivos tienen similitudes en su armado y materiales, encontró a los acusados responsables de los delitos de intimidación pública , tenencia de explosivos y materiales para su fabricación , y el artículo 213 bis del Código Penal que refiere a una asociación ilícita especial.
Ercolini también mantuvo la prisión preventiva de diez de las personas detenidas en la causa. Se les trabó un embargo de un millón de pesos y se dictó la falta de mérito para los únicos dos excarcelados en la investigación.
Los investigadores avanzaron en una serie de medidas de prueba que permitieron que Ercolini resuelva la situación procesal de los acusados. Los más comprometidos son Anahí Salcedo y Hugo Rodríguez -quienes quisieron poner la bomba que finalmente explotó en la tumba del coronel Ramón Falcón- y Marco Viola, el anarquista que arrojó un explosivo a la casa del juez Bonadio.
Para el juez Ercolini se corroboró que Hugo Alberto Rodríguez, Gastón Cárdenas, Julieta Fernández, Clarisa Cárdenas, Juan Manuel Rodríguez, Ernesto Marinageli, Roberto Omar Medina, Álvaro Gonzalo Godoy, Marcelo Oscar Medina y Marco Nicolás Viola "formaron parte de una organización -también integrada por Anahí Esperanza Salcedo-, la cual dispusiera de distintos objetos, entre ellos material explosivo y elementos para su fabricación e instrumentación, con el fin de utilizarlos para la comisión de delitos contra la seguridad común; ello con el objeto de infundir temor público como modo de imponer sus ideas y combatir las ajenas, así como para generar conmoción social, tumultos y desórdenes", indica la resolución a la que accedió Clarín.
Al referirse al incidente en el cementerio de la Recoleta, Ercolini indicó que la organización, representada por Anahí Esperanza Salcedo y Hugo Alberto Rodríguez, entre las 17.10 y las 17.24, "colocaron un artefacto explosivo que detonó y provocó daños en el lugar y en sectores adyacentes, así como lesiones a la primera de las personas mencionadas, lo que motivó que fuera trasladada en una ambulancia del SAME al Hospital Fernández, donde se encuentra internada".
En este contexto, para el magistrado con dicho accionar "se puso en peligro la integridad física de personas indeterminadas".
En relación al artefacto en la casa de Bonadio, el juez indicó que fue perpetrado por la misma organización. El mismo 14 de noviembre de 2018, a las 19.20 horas, "Marco Nicolás Viola arrojó desde la vereda un artefacto explosivo de fabricación casera al interior del perímetro del domicilio particular" de Bonadio "poniendo de tal modo en peligro la vida del magistrado, de sus familiares y de toda persona que pudiere transitar por el lugar".
Ese artefacto fue arrojado por Viola hacia el sector de un vehículo que estaba estacionado en el garage semicubierto del interior de su vivienda.
Según la resolución del juez, se detalló que el aparato casero "contaba no sólo con poder explosivo, sino también incendiario, al estar unido a garrafas de gas butano".
Asimismo, tenía adosada a su superficie una "serpentina de caño de cobre, cuya fractura, de producirse la detonación, tenía aptitud para generar fragmentos ( esquirlas metálicas) que al desprenderse con la explosión potenciarían su capacidad de daño y lesiones". El artefacto fue individualizado por la Brigada de Explosivos que actuó en el lugar y detonado en forma controlada, "habiéndose determinado que era apto para producir daños y lesiones".
La semana pasada la Justicia recibió de las autoridades policiales los registros fílmicos de los sucesos, tanto los correspondientes a la bomba casera detonada en la tumba de Ramón Falcón y el explosivo que no logró activarse y que tenía como destino el domicilio de Bonadio. De los registros de las cámaras de seguridad, se extrajeron fotografías clave. ■