Otra condena a la banda que aterroriza a Rosario
Jorge Chamorro y Ariel Cantero, dos de los jefes de “Los Monos”, fueron sentenciados a 17 y 15 años respectivamente por venta de drogas. Siguieron la audiencia desde la cárcel de Ezeiza, donde cumplen penas por causas anteriores.
Los hombres daban órdenes desde la cárcel y las mujeres se encargaban de hacerlas cumplir en las calles. Así, con ese modus operandi, “Los Monos” comercializaron grandes cantidades de droga a través de una banda conformada por más de treinta personas entre rangos altos, medios y bajos. Ayer, la Justicia Federal de Rosario los condenó con penas de entre 3 y 17 años de prisión.
La sentencia marcó el primer cachetazo contra esta organización narcocriminal por el delito de tráfico de estupefacientes. Hasta ahora, solo habían sido enjuiciados por la violencia que durante años desataron en las calles del sur de Rosario.
Ariel “Guille” Cantero fue condenado 15 años de cárcel y Jorge Emanuel Chamorro, a 17. Ambos, considerados jefes de la banda, siguieron las audiencias desde la cárcel de Ezeiza, mediante videoconferencia. Las penas deberán ahora conmutarse con las que recibieron en abril por la Justicia santafesina. En ese proceso Cantero fue sentenciado a 22 años de prisión por encabezar una asociación ilícita junto a su hermano de crianza, Ramón “Monchi” Machuca, y ser considerado culpable de un homicidio. Chamorro, en tanto, recibió una pena menor: 9 años de cárcel.
En este nuevo juicio, las parejas de “Guille” y “Ema”, Jésica Lloan y Vanesa Barrios, recibieron una pena de 12 años, mientras que Celestina Contre- ras, mamá de los Cantero, fue condenada a 8 años de prisión. Para los jueces, las mujeres cumplieron un rol “medular” en el fin último del negocio: la venta de droga.
“Estamos conformes con las condenas. Fue una investigación muy compleja. Pudimos llegar a todos los eslabones de la organización”, afirmó el fiscal federal Federico Reynares Solar al salir de los Tribunales. De las 39 personas que se sentaron en los banquillos de los acusados, 35 fueron declaradas culpables.
El juicio “Los Patrones” demandó tres meses meses de audiencias en el Tribunal Oral Federal 3 de Rosario. En el proceso penal se ventiló con detalles la estructura de una banda que mantuvo el negocio narco a pesar de que sus líderes estaban detenidos.
La investigación se inició en noviembre de 2014, luego de detectarse un punto de venta de drogas en la zona sur de Rosario. En noviembre de 2015, en múltiples operativos realizados en Rosario, Corrientes y Chaco, la Justicia dio un golpe a la organización: se incautaron 665 kilos de marihuana, cinco de cocaína, precursores químicos, armas y vehículos. La detención de 22 personas, en aquel momento, permitió iniciar el expediente. Con el correr de la investigación otras 17 personas fueron imputadas.
Según se detalló en la causa, los condenados formaron parte de una red de comercio de drogas con distintos rangos: organizadores, abastecedores mayoristas, cocineros de cocaína, proveedores minoristas, embaladores de mercancía, vendedores en búnkeres y encargados de seguridad.
Fueron varios los jefes policiales que a lo largo del juicio detallaron la operatoria de esta banda criminal para comercializar enormes cantidades de estupefacientes. Raúl Hirch, a cargo de Drogas Peligrosas de la Policía Federal en Rosario, apuntó a la jerarquía y a la voz de mando de las mujeres. “El control, la comercialización y la venta estaba a cargo de las mujeres”, repitió en varias oportunidades Hirch, un testigo central del expediente por haber supervisado y coordinado la investigación de calle.
Del expediente se desprendió que este clan narco tenía “dos binomios” claramente definidos en la primera línea de mando. Cantero y Barrios conformaban uno de ellos. El otro lo integraban uno de sus principales lugartenientes, Chamorro, y su novia, Jésica Lloan.
Los hombres daban las órdenes desde la cárcel. Eran el nexo entre sus mujeres y los proveedores. Ellas exigían obediencia a los mandos inferiores, a los soldadtios de la banda.
La droga la abastecían y la distribuían otras cinco mujeres: Contreras, Gladys Barrios, tía de Venesa (condenada a 10 años de prisión), Norma Bulion, Patricia y Vilma Reina, amigas de plena confianza. Estas tres últimas fueron condenadas a 6 años y 6 meses de cárcel.
Entre los proveedores de cocaína estaba Diego Cuello, un narcotraficante con un amplio historial en el submundo de las drogas. Estuvo vinculado a Luis “El Pollo” Bassi, acérrimo oponente de “Los Monos”, fue detenido y luego absuelto por regentear una “narcochacra”, y terminó finalmente encolumnado detrás de los Cantero. La Justicia lo condenó ayer a 11 años de prisión. ■