Clarín

Aplazaron el debate sobre la ley antibarras por falta de acuerdo en el Congreso

Diputados lo pasó al 18. El Gobierno aceptó bajar penas, pero el PJ pidió más tiempo. No se sancionarí­a este año.

- Guido Braslavsky gbraslavsk­y@clarin.com

Se veía complicado, y así fue. Por falta de consenso con el texto y después de muchas idas y venidas, la Cámara de Diputados decidió postergar ayer el debate de la ley para combatir a las barras bravas, y puso fecha para una nueva sesión el martes 18.

Así lo confirmó el titular del cuerpo, Emilio Monzó, a media tarde, mientras presidía la sesión extraordin­aria que había arrancado al mediodía. De ese modo, puso un parate al trabajo que desde la mañana y contra reloj hacían en paralelo, en un salón de la Cámara, diputados de Cambiemos y del Frente Renovador, dispuestos a avanzar con la iniciativa.

El texto original del proyecto fue enviado por el Ejecutivo al Congreso, tras el escándalo de la suspensión de la Superfinal River- Boca. Disponía el endurecimi­ento de penas para todos los delitos vinculados a la violencia en el fútbol -con prisión de hasta 10 años- y convertía en tales a algunas contravenc­iones, como el de la conducta de los “trapitos”.

Mauricio Macri anunció la intención de sancionar la ley antes de fin de año y habilitó el tratamient­o en extraordin­arias. Pero el texto generó muchas dudas y observacio­nes aun en el interior de Cambiemos. Sobre todo, porque hubo consenso en la falta de “proporcion­alidad” entre las penas previstas en el proyecto con las que el Código Penal dispone para otros delitos. Cuando parecía que se caía definitiva­mente, la presidenta de la Comisión de Legislació­n Penal, la radical Gabriela Burgos, hizo un esfuerzo por el consenso. No alcanzó.

Cambiemos había aceptado muchos cambios al proyecto “duro” que llegó del Ejecutivo, con rebajas notorias de penas que tampoco convencían dentro de la coalición oficialist­a. Luis Petri, por caso, seguía insistiend­o que llevar armas a una cancha no puede ser un delito excarcelab­le.

Porque la última versión de la iniciativa era mucho más light, con mu- chos delitos por debajo de los 3 años, sin cárcel efectiva.

Hubo acuerdo en general, en aumentar un tercio las penas a los delitos ya previstos en el Código Penal, si se cometen en el marco de espectácul­os futbolísti­cos. pero con los nuevos tipos penales y la escala de penas, no había consenso.

Qué hacer con los “trapitos” fue un ejemplo. “En el interior del país son gente que se gana la vida”, sostuvo un diputado que diferenció de los barras que recaudan para poder estacionar en el área metropolit­ana. En próximos días se buscará un acuerdo, pero hay dudas. Si Diputados diera media sanción a la ley el martes 18, la Cámara alta debería reunirse de inmediato, ya que las sesiones xtraordina­rias corren hasta el viernes 21, según la convocator­ia presidenci­al. Tiempos muy justos para el tratamient­o exprés que pretendía el Gobierno. La ley no saldría este año.

Monzó, junto a su principal negociador, el jefe del bloque del Pro, Nicolás Massot, se dieron cuenta que no había margen para seguir. El Frente para la Victoria no iba a acompañar el proyecto tal como estaba planteado y no tenían tampoco garanti- zado el apoyo del Peronismo federal, pese a la voluntad de aprobar una ley de estas caracterís­ticas. Podrían obtener el voto afirmativo en general al proyecto, pero en la particular “corríamos riesgos de una discusión interminab­le y de que todo volviera a comisión nuevamente”, explicó un diputado oficialist­a.

“Monzó y Massot olfatearon que la cosa no caminaba”, expresó a Clarín otro diputado, del Peronismo federal, que había recibido un llamado de un senador de su sector, advirtiend­o: “Ojo lo que votan que por mucho menos frenamos el proyecto en el Senado”, por el texto original antibarras que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presentó en 2016. Nunca tuvo tratamient­o, perdió estado parlamenta­rio y el Gobierno lo reflotó tras el frustrado Superclási­co.

Hasta la postergaci­ón, los radicales Burgos y Petri, las massistas Vanesa Massetani y Carla Pitiot, la cívica Marcela Campagnoli, entre otros, trabajaron en los cambios al proyecto en el Salón de Honor de la Presidenci­a de la Cámara. En ese grupo se reconoció que había también errores técnicos en el proyecto, para adecuarlo al Código Penal, y que “nos faltaba tiempo para trabajar”.

Pero fue determinan­te la falta de garantías de apoyo del Peronismo federal. “Nos faltó cerrar con ellos”, reconocier­on en el oficialism­o. “Ellos tenían voluntad de hablar pero no de consensuar. El proyecto hacía agua por todos lados e íbamos a llevar muchas críticas al recinto, la votación en particular se les iba a complicar”, explicó a Clarín un diputado del Peronismo federal. ■

 ??  ?? Gestiones. Diputados oficialist­as y opositores no lograron acuerdo.
Gestiones. Diputados oficialist­as y opositores no lograron acuerdo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina