Acusan a Clarens y a socios de Báez de lavar otros US$ 160 millones
El fiscal pide indagar al financista K por maniobras con los pagos del Estado a otra firma del empresario K.
El fiscal Gerardo Pollicita pidió ayer que el financista Ernesto Clarens, Sergio, Fausto y Fabiana Gotti, entre otros imputados, sean llamados a indagatoria bajo el convencimiento de que utilizaron una estructura societaria y financiera para el lavado de activos por más de U$S 160 millones.
El pedido se presentó ante el juez Julián Ercolini en una causa conexa a la corrupción en la obra pública a favor de Báez donde la ex presidenta Cristina Kirchner y Lázaro Báez están procesados por asociación ilícita y fraude al Estado.
La fiscalía a cargo de Gerardo Pollicita avanzó en la investigación sobre el movimiento de fondos de Ernesto Clarens, el financista que supo ser dueño de Invernes SA firma que tuvo autorización para el cobro de certificaciones de obra que provenían del Estado a nombre de Gotti SA. Estas firmas fueron absorbidas por Lázaro Báez a través del Grupo Austral, el holding al que Cristina Kirchner -según el procesamiento del juez Ercolini-, favoreció con 52 contratos via- les por $ 46.000 millones.
De esta investigación se desprende una nueva ruta de dinero millonaria que busca reconstruir el fiscal Pollicita. “Se ha podido corroborar una nueva operatoria criminal por medio de la cual la asociación ilícita ya investigada desplegó un proyecto delictivo, bajo la conducción de Lázaro Báez y Ernesto Clarens —con la colaboración de una gran cantidad de individuos”, expresa el dictamen al que accedió Clarín.
Así se puso en marcha fue un “mecanismo de reciclaje basado en la ficción de costos inexistentes, con el objetivo de dar a dichos fondos apariencia de licitud, alejándolos de su origen espurio y convirtiéndolos en efectivo, lo que obstruyó para siem- pre su seguimiento”.
La maniobra criminal fue implementada entre los años 2005 y 2009 “por medio de la cual se llevó adelante un mecanismo de reciclaje de una parte importante de ese dinero a través de la ficción de costos inexistentes, con el fin de otorgar a dichos fondos apariencia de licitud”.
Así, Báez y Clarens -este último aceptado como “arrepentido” en la causa de los cuadernos de las coimas, junto a un grupo de colaboradores, “desarrollaron un complejo mecanismo de reciclaje de activos”. Lo que hacían era realizar sucesivas intermediaciones comerciales y financieras bajo apariencia de costos inherentes a las obras públicas pero carentes de propósito comercial real,
destinadas a otorgar ropaje de licitud a $ 502 millones”.
Es decir: fingían gastos y servicios entre empresas vinculadas entre sí que, según especificó Pollicita, no se realizaron efectivamente. Esta estructura en menos de cuatro años puso en circulación U$S 160 millones a la cotización oficial de entonces, como si fuera dinero lícito.
Dicho dinero fueron finalmente convertidos en dinero en efectivo, “impidiendo definitivamente su trazabilidad”. El requerimiento del fiscal se basa, entre otras pruebas, en un escrito de la AFIP, que maneja Leandro Cuccioli, preparado por Jaime Mecikovsky.
El fiscal determinó que la empresa Gotti fue escogida por los “conductores de esta maniobra criminal -Báez y Clarens- como la columna vertebral de la operatoria, para constituirla como la sociedad puente “entre la verdadera usuaria de la facturación apócrifa -Austral- y los “proveedores”; ello en función de que se encontraba menos expuesta que Austral, no se la relacionaba directamente con Lázaro Báez, era más fácil esconder entre sus gastos los correspondientes a servicios inexistentes”. ■