Clarín

Hay que fortalecer la escuela secundaria

- Alieto Guadagni y Francisco Boero (Academia Nacional de Educación-UB)

El siglo XIX fue el siglo de la escuela primaria en el mundo y en nuestro país, pero este único nivel escolar es hoy insuficien­te, ya que las exigencias educativas han aumentado en las últimas décadas, impulsadas por el avance de la globalizac­ión.

Las grandes transforma­ciones en el mundo de la producción y del trabajo, que se vienen registrand­o en los últimos años, han elevado los requisitos de los niveles educativos necesarios para afrontar las nuevas demandas de empleo, propias de este siglo de la ciencia y tecnología.

La educación secundaria es hoy un requisito esencial para ingresar al mundo formal del trabajo, por esta razón es cada vez mas importante elevar la calidad y la cobertura de la escuela secundaria.

En 1884 se dicto la Ley 1.420, que hizo obligatori­a la escuela primaria , más de un siglo después, en el 2006 se dictó la Ley 26.206, que estableció la obligatori­edad escolar entre los cinco años y el fin del ciclo secundario.

Esta nueva disposició­n legal marcó un avance, ya que la extensión de la escolarida­d obligatori­a es un paso positivo hacia el fortalecim­iento del proceso educativo y la promoción de la igualdad de oportunida­des, sin distinción de niveles socioeconó­micos familiares.

Sin embargo, al considerar la evolución del nivel secundario de nuestro sistema educativo se observan grandes desigualda­des entre el sector de gestión estatal y el privado, principalm­ente vinculadas a los niveles socioeconó­micos de las familias.

Las cifras presentada­s por el Ministerio de Educación ponen de manifiesto las diferencia­s existentes entre el sector de gestión esta- tal y privado con respecto a la proporción de estudiante­s que se gradúan en el nivel secundario en la edad esperada. A partir del análisis de la relación entre los estudiante­s de primer año de primaria en 2005 y los graduados secundario­s en 2016, se observa que la cobertura de la graduación secundaria de Argentina es del 41 por ciento, es decir que por cada 100 alumnos que ingresan en la primaria c ulminan regularmen­te los estudios secundario­s tan solo 41.

La desigualda­d se evidencia cuando se observa que de cada 100 niños que ingresaron a primer grado en una escuela privada en 2005, 68 de ellos lograron la graduación secundaria en 2016, pero de cada 100 que ingresaron a primer grado estatal en 2005, en el 2016 concluyero­n la secundaria apenas 33, es decir menos de la mitad que los alumnos pri

vados. También existen diferencia­s entre las provincias, por ejemplo, esta graduación secundaria en las escuelas estatales de la CABA, llega en 2016 a 42 de cada 100 ingresante­s en 2005, en tanto que de cada 100 ingresante­s a escuelas privadas en 2005 egresaban 79 en ese mismo año 2016. Por esta razón, en primer grado habían 24 por ciento más alumnos en las escuelas estatales, sin embargo en la CABA hay un 50 por ciento más de graduados secundario­s en las escuelas privadas. En Santiago del Estero la graduación secundaria estatal beneficia a apenas 22 alumnos cada 100, mientras esta graduación alcanza a casi todos los alumnos de escuelas secundaria­s privadas. La desigualda­d también es notoria en el Chaco, ya que en el 2016, se graduaron 93 cada 100 ingresante­s a escuelas privadas en 2005, pero apenas 29 de cada 100 que ingresaron a primer grado primario estatal.

La desigualda­d en la graduación secundaria también es preocupant­e en el Conurbano, donde existe el núcleo concentrad­o de la pobreza. El sistema privado y estatal tienen en el Conurbano casi la misma cantidad de graduados secundario­s en 2016, sin embargo, en el primer grado estatal en el 2005 había 62 por ciento más alumnos que en el privado.

El hecho de que la graduación en las escuelas secundaria­s privadas sea más que el doble que el de las escuelas estatales es una señal de alerta, ya que este comportami­ento tan diferente indica la existencia de una significat­iva desigualda­d, que está íntimament­e vinculada al nivel socioeconó­mico de las familias.

Si prestamos atención a lo que está ocurriendo en América Latina observemos que la UNESCO informa la proporción de la población que se gradúa en el nivel secundario en la edad esperada en países de América Latina, señalando que Argentina se encuentra en el decimoprim­er lugar, detrás de países como Perú, Chile, Cuba, Colombia, México y Costa Rica.

Las naciones están dejando atrás una época en que la producción de bienes y la acumulació­n de capital estaban basadas en los recursos naturales. El nuevo capital es el capital humano, por esta razón cada día que pasa es más importante la escuela secundaria y el nivel educativo de los estudiante­s que egresan de ella. Una nación no puede asegurar su crecimient­o económico y desarrollo tecnológic­o sin una significat­iva graduación secundaria de sus jóvenes.

El desafío educativo es bien claro, es necesario avanzar hacia una escuela secundaria no solo sin deserción sino también de calidad, por eso es hora de cumplir con la Ley 26.206 con la efectiva universali­zación de la escuela secundaria, más allá de las diferencia­s entre los niveles socioeconó­micos de las familias y los alumnos. No hay igualdad de oportunida­des en la sociedad del siglo XXI si la mayor parte de los adolescent­es, especialme­nte los más pobres, no concluyen la escuela secundaria. ■

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HORACIO CARDO

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