Ahora, los animales: piden cambiar expresiones que son de uso popular
Nuevo debate lingüístico. Una ONG propone que la gente reemplace formulaciones como “matar dos pájaros de un tiro” por “alimentar dos aves con un scon”.
Hasta hace poco se los veía reclamando en contra del consumo carnes, el uso de pieles naturales y de cualquier forma de maltrato físico hacia los animales. Ahora, acaso en línea con la oleada del lenguaje inclusivo, la cosa se puso fina: los carteles de protesta de asociaciones ambientalistas como Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) -con sede en los EE.UU.- viraron su mirada hacia el uso de la lengua, bajo el lema de “Paren de usar lenguaje antianimales”.
Cuestionan puntualmente expresiones populares como “matar dos pájaros de un tiro” o“tomar el toro por las astas” -según difundió esa organización en las redes sociales-, sin contar otros refranes que en español carecen de una alusión a algún ser vivo, pero que en inglés de algún modo “violentan” o “humillan” cierta especie animal.
Por caso, la frase “bring home the bacon” ("traer a casa la panceta"), comparable, en el plano del sentido general, al clásico “parar la olla”.
Sin embargo, el castellano tiene otras frases típicas que, por carácter transitivo, también podrían estar bajo la lupa, ya que se refieren a animales, con connotaciones nega- tivas. Por ejemplo, “a cada chancho le llega su San Martín” o“muerto el perro, se acabó la rabia”.
Lo interesante es que, en su campaña, PETA propone frases alternativas que podrían mantener el sentido de la original, pero con una expresión, a los ojos de esa ONG, más aceptable.
Para “matar dos pájaros de un tiro” sugieren “alimentar dos pájaros con un scon”...
...y para el clásico “tomar el toro por las astas” ofrecen “agarrar la flor por las espinas”.
Para Santiago Kalinowski, director del departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la Academia Argentina de Letras, “cuando un grupo, por minoritario que sea, manifiesta que le parece ofensiva cierta expresión, hay que tomar esa declaración en serio”.
El fenómeno es complejo, pero muy usual en el uso de la lengua. “Ocurre que los animales de los refranes están lexicalizados, es decir que su sentido se cristalizó. Por eso, quien enuncia estas frases no está pensando realmente en un pájaro o en un toro”, explicó Kalinowski, y agregó: “El problema es que el término está ahí, presente, o sea que aunque el sentido se haya cristalizado, el animal no desaparece”.
¿Por qué atender estas inquietudes, que para muchos son extremistas? Según el experto, “esto ya lo vimos muchas veces… por ejemplo, con expresiones como ‘ trabajé como un negro’, una frase que ya no se escucha, pero que se usaba mucho y al principio sólo unos pocos se pronunciaban en contra de usarla". "El uso de ' negro', en ese caso, estaba lexicalizado, pero en cierto momento se entendió que era ofensivo, ya que traía aparejada la noción de que ciertas personas sólo están capacitadas para realizar trabajos rudimentarios, esforzados físicamente, por fuera del trabajo intelectual, destinado a otras etnias”, señaló Kalinowski.
En esa línea, en su posteo en Twitter, PETA expresó que “las palabras son importantes y, a medida que nuestra comprensión de la justicia social evoluciona, nuestro lenguaje evoluciona junto con ella”. Y en esa comprensión, el postulado contra del “especismo” -la concepción de que las especies animales son inferiores a los humanos- es claro.
Como concluyó Kalinowski, “modificando el lenguaje no cambiás la realidad. Dejando de usar frases sexistas no dejará de haber sexismo automáticamente. Pero, aunque la realidad crea la lengua, para tener un impacto en lo real configuramos discursos, es decir, usamos la lengua. Y tenemos derecho a querer configurar discursos que tengan algún impacto en los demás y en la realidad. No hay que desestimarlo”. ■
Proponen formas alternativas a frases como “muerto el perro, se acabó la rabia”.
Rechazan el “especismo”, la idea de que las especies animales son inferiores a los humanos.