Una fiesta de la cultura pop con superhéroes
En el mismo predio de Costa Salguero donde se reunieron líderes del mundo, es el turno de las figuras de series e historietas. Charlas y concurso de trajes de ficción.
Una semana después del G-20, el Comic Con se apoderó del complejo Costa Salguero. Miles de fanáticos estuvieron ayer y seguirán el fin de semana junto a figuras de series e historietas. “Stranger Things” y “Expedientes X”, entre los invitados.
Bienvenidos a la Comic Con, un peculiar espacio donde se puede enloquecer sin prejuicio ni culpa, sin temor a la mirada del otro o al qué dirán. La décima edición de la convención más importante de la cultura pop y geek en la Argentina se realiza hasta mañana en el predio de Costa Salguero, el mismo que hace una semana se encontraba restringido y megacustodiado por la visita de los presidentes más importantes en la hipermediatizada Cumbre G-20.
Siete días después, las reuniones bilaterales de Merkel, Putin y Trump mutaron por una hermosa fauna de miles de personas disfrazadas de Sherlock Holmes, Loki, Vat Woman, Harry Potter, Doctor Strange, entre cientos de ídolos de los comic, series, historietas y películas.
Hasta mañana, los cinco pabellones asignados en Costa Salguero, unos 3.500 m2, recibirán alrededor de 90.000 personas, de edades heterogéneas, quienes, por sobre todas las cosas vienen “a divertirse y liberarse”, como lo explicita Marina, de 47 años, y profesora de Historia en una secundaria de Villa Fiorito. “Acá todos hablamos el mismo idioma, estamos en sintonía y enamorados de nuestras obsesiones. La timidez queda del otro lado”, expresa esta mujer declarada una auténtica fanática del comic, presente en nueve de las diez ediciones. Marina lleva un bolso y está por ir a cambiarse y convertirse en Vat Woman, un personaje que aparecerá en las series de Warner “SuperGirl”, “Arrow” y “Flash”.
Parece una adolescente Marina, que pide perdón, pero ya no quiere perder el tiempo hablando, quiere viajar por este “submundo sólo apto para corazones aniñados”, se despide con una felicidad indescriptible.
Impresiona la cola de más de mil metros que al mediodía de ayer se extendía por la Avenida Costanera Rafael Obligado. La impresión era por la cantidad de gente y por los cosplayer, está palabra comunacha en este sitio y que alude a los que ya están disfrazados, con los accesorios y trajes de sus superhéroes.
Este cronista se vio atraído por un señor que está dentro de la figura de Pegaso, de “Los caballeros del Zodíaco”, un impresionante traje de cartón dorado. “Está pesado, no doy más”, dice Ricardo, de 42 años, abogado. “Hoy me escapé del laburo, algunos compañeros saben por qué, pero otros ni se imaginan. Ojo, no soy un nerd, pero necesito este tipo de distracciones para que mi vida rutinaria no me aplaste”, dice Ricardo, que estuvo tres meses haciendo a mano su llamativo traje, que mereció decenas de pedidos de selfies.
María Inés (37) y Paula (20) son pareja a partir de la devoción que les despertó la creación de Arthur Conan Doyle, “Sherlock Holmes”. Se conocieron en un foro del famoso detective y pegaron tanta onda que se vinieron a la Comic Con disfrazada de Sherlock y su infatigable ayudante Watson. “No te das una idea la sensación placentera que resulta disfrazarse, olvidarse por unas horas el quilombo de la vida”, dice María Inés, profesora de Cultura.
Recorrer los stands, apreciar los puestos de comics e historietas, las colas para jugar a los videojuegos, todo entra por los ojos y los oídos, y hacia allí va la multitud. “Yo soy Popee The Performer, el personaje de una serie de animé japonesa”, se presente la sexy Ornella (20), que no se perdió ninguna de las diez ediciones. “Si pudiera vivir en un lugar como éste, donde nadie te mira mal, ni te prejuzga, firmo con los ojos cerrados”, sorprende esta diseñadora freelance, que se tomó dos colectivos loqueada con una capelina blanca con lunares negro, y dos orejas tipo conejo no aptas para vacilantes. Amante del animé, reconoce que se envició con los videojuegos, que practica sin falta entre medianoche y las cuatro de la mañana, “para no joder a la familia”, se mata de risa. Como ella, todos sueñan con quedarse con el concurso de cosplay, que premia al mejor traje.
Leandro (26) liquida sueldos en una oficina del Ministerio de Economía. Sin dudar, dice que se pidió el día para venir a lucir su capa y varita de “Harry Potter”, por las que pagó $ 2.700. “Vengo de Moreno, pero no me animé a llevar el disfraz porque no tenía ganas que me gastaran. Pero una vez aquí, me relajé, porque me siento libre como en pocos lugares”.
Todos los consultados por Clarín definen a la Comic Con como “la meca del mundo freaky” y lo postulan con orgullo. “Yo soy una nerd y lo digo con una mano en el corazón”, afirma Michele (37), quien llamó a su oficina justificando su ausencia por enfermedad. “No me importa, este día lo vengo esperando hace mucho. Y aquí tengo la ropa para cambiarme y transformarme en Pinhead, de Hellraiser”. Michele se reconoce compulsiva a la hora de los gastos y no le importa, por eso se trajo su Visa sin límite. ■