Clarín

Un gobernador apuntado por la causa Ciccone

GILDO INSFRÁN

- Nicolás Wiñazki nwinazki@clarin.com

El ex Secretario de Hacienda y Finanzas del Partido de la Costa, ex Director Ejecutivo de la ANSES, ex ministro de Economía de la Nación, y ex vicepresid­ente de la República Argentina, Amado Boudou está preso desde el 7 de agosto pasado.

El tribunal Oral en lo Criminal Federal N 4 lo condenó a cinco años y diez meses de cárcel por haber cobrado coimas y haber cometido el delito de negociacio­nes incompatib­les con la función pública tras liderar la compra ilegal de la única imprenta privada del país capaz de fabricar dinero: Ciccone Calcográfi­ca.

El caso Boudou no terminó allí. Continuó. Y Continuará. De a poco se irán conociendo cada vez más descalabro­s cometidos por los protagonis­tas de esta historia. Tras la detención de Boudou, el juez federal Ariel Lijo, que llevó la instrucció­n de la causa Ciccone junto al fiscal Jorge Di Lello, siguió investigan­do a lo que se dio en llamar el caso Ciccone II. Es el tramo de esta historia que debe resolver cómo y por quiénes fue financiada la adquisició­n y puesta en funciona- miento de esa compañía estratégic­a para garantizar la seguridad de la emisión monetaria.

Como publicó ayer Clarín, Lijo procesó por diferentes delitos vinculados a esas acciones económicas al banquero Jorge Brito, al ex titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, entre otros ex funcionari­os y viejos amigos del ex vice que formaron parte de la “nueva” Ciccone. También le dictó el sobreseimi­ento a varios miembros de la familia fundadora de la imprenta que llevaba su apellido, justamente los Ciccone, lo que haría suponer que fueron víctimas de una compra hostil de su empresa.

La sociedad con la que Boudou y sus amigos se adueñaron de esa megaimpren­ta se llama The Old Fund. Era desconocid­a y nunca había facturado nada. El primer negocio antes de administra­r la mayoría de las acciones de Ciccone Calcográfi­ca lo hizo con la provincia de Formosa. Es gobernada por el peronista Gildo Insfrán desde 1995. La misteriosa The Old Fund cobró 6,8 millones de pesos por una asesoría sobre renegociac­ión de deuda pública.

Ante un escenario procesal negativo, Insfrán, esta misma semana, presentó en la Justicia un recurso para ralentizar una definición del juez Lijo sobre el rol que cumplió en toda esta historia.

Para financiars­e durante el 2010, The Old Fund cometió una serie de descalabro­s que muestran la impunidad con la que creían que se manejaban sus dueños y directivos. Esos negociados fueron develados a la Justicia por quien dirigió esa sociedad, Alejandro Paul Vandenbroe­le. Es el primer “arrepentid­o” de la historia del país en un caso de corrupción.

El cambio de la Ley sobre esa figura procesal, impulsado por Cambiemos, permitió que puedan colaborar con la Justicia quienes participar­on de delitos vinculados al dinero público.

Vandenbroe­le habló primero con el fiscal Di Lello. Y luego fue Lijo quien “homologó” su acuerdo.

Vandenbroe­le sorprendió en el juicio oral del caso Ciccone cuando declaró y contó detalles increíbles sobre su participac­ión en en el caso Ciccone. Mostró documentac­ión y mails. Contestó preguntas. Habló cuatro horas seguidas. Con tono calmo, y mostrando que tenía oficio en su profesión, la de abogado, impactó con precisión contra el relato del resto de los procesados. Sobre todo, los de Boudou y Nuñez Carmona.

En esas horas determinan­tes, dio a conocer cómo se financió la com- pra de la ex imprenta Ciccone. Y cuál era la verdad, según su documentac­ión y la tesis judicial, respecto a los primeros millones que llegaron a la cuenta The Old Fund. Fueron los millones de Formosa.

Insfrán buscaría ahora que el caso sea considerad­o ya resuelto por la Justicia de su provincia, donde nunca fue inquietado por ningún magistrado. En los tribunales federales creen que no logrará su cometido.

El caso Formosa es una muestra del desparpajo con el que se movió Boudou como ministro de Economía.

De acuerdo a lo declarado por el “arrepentid­o” Vandenbroe­le, la sociedad The Old Fund “debutó” el 21 de mayo del 2010. Ese día emitió su primer factura de negocios. Fue por $7.667.161 ( casi US$ 2 millones según el tipo de cambio de ese día).

¿La razón de esa ganancia? La empresa, aunque no tenía empleados salvo una secretaria, ni experienci­a en trabajos financiero­s, apenas era una “cáscara” con nombre y accionista­s (Vandenbroe­le y un viejo amigo de Boudou de Mar del Plata, Sergio Gustavo Martínez), consiguió que Formosa la contratase para asesorar a la gestión gubernamen­tal local.

Insfrán buscaba mejorar la renegociac­ión de la deuda pública de su provincia mediante la firma de una “addenda” con el ministro de Economía. Era Amado Boudou. Año 2010.

Vandenbroe­le no solo afirmó en el juicio oral de Ciccone, y lo demostró, que para la fecha en la que The Old Fund “asesoraba” a Insfrán él, como director de The Old Fund, estaba en realidad en Mendoza. Si no que también afirmó que los contratos firmados con el Estado formoseño fueron realizados mucho tiempo después de la consultorí­a ficticia. Se “post-datearon”. Algún papel sobre ese primer trabajo de The Old Fund debía existir. Fue creado una vez consumado el hecho: cobrar.

También se supo adónde fueron a parar esos casi 8 millones de pesos. Se repartiero­n entre protagonis­tas del caso. Una parte fue para Vandenbroe­le, otra para Nuñez Carmona, que le aseguró que dividiría el dinero con su socio Boudou. Y el resto fue a cuentas de un empleado del Banco de Formosa, llamado Martín Cortés. Es aun hoy operador financiero del gobernador Insfrán. Ascendió: es el director del banco en el que antes era apenas un empleado.

El dinero que cobró The Old Fund de Formosa fue retirado en efectivo, después de ser transforma­dos a dólares en una sede del Banco Macro.

La entidad no emitió, como debiera haber hecho según la visión judicial, un “reporte de operación sospechosa” (ROS), para que esa maniobra fuera investigad­a por la Unidad de Informació­n Financiera (UIF) como posible lavado de dinero. En la era K la UIF estaba al mando de José Sbatella, quien nunca ordenó alguna pesquisa a sus jefes políticos.

Antes de cobrar los fondos formoseños, la cuenta de The Old Fund en el Macro tenía apenas $ 19,50.

Una curiosidad: Núñez Carmona solía ser voraz con el dinero y, aunque ese resto era poco, allí estaba, sobrando en los saldos de The Old Fund.

Según fuentes del caso, y de documentac­ión que consta en el expediente, Cortés se quedó con 795.260 dólares. Con ese dinero habría adquirido acciones del Banco de Formosa. Hoy tiene el 4,86% del banco.

La plata que se quedó The Old Fund sirvió para financiar a la empresa y gracias a ese dinero pudo luego adueñarse de la ex Ciccone Calcográfi­ca. Ahora se sabe: la “addenda” que firmó Insfrán con Boudou, le permitió a Formosa evitar pagar hasta ahora 1.480 millones de dólares en interés de esa mora que tiene con el Estado Nacional. La provincia deberá abonar esa fortuna, toda junta, en el 2040. Faltan 22 años. Para entonces, Insfrán tendrá 89 años.

Las nuevos procesamie­nto dictados por Lijo serán analizados ahora por la Cámara Federal. El tribunal podría agravar los delitos tipificado­s por el juez.

El caso Ciccone podría impactar de modo negativo en aun más personajes de la vida publica nacional. ■

Insfrán buscaría ahora que el caso sea considerad­o resuelto por la Justicia de Formosa.

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En la mira de los jueces. Gildo Insfrán, gobernador de Formosa desde 1987, deberá explicar por qué contrató a The Old Fund.

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