Clarín

Mario Quintana volvió a verse con Macri y da señales de que seguirá en la política

El ex vicejefe de Gabinete estuvo en la Rosada y en Olivos. Reuniones con Peña, Carrió y Stanley.

- Guido Carelli Lynch gcarelli@clarin.com

Mario Quintana está de vuelta. Se acabaron los meses de paz del hombre que empezó el año como el tercer funcionari­o más poderoso de la Casa Rosada, solo detrás de Mauricio Macri y de Marcos Peña.

Elisa Carrió pateó el tablero y arrastró al ex vicejefe de Gabinete otra vez al barro de la política, luego de que saliera eyectado del Ejecutivo tras el fin de semana del 1 y 2 de septiembre, cuando Macri suprimió de un tirón 12 ministerio­s.

La jefa de la Coalición Cívica lo sentó en la mesa principal de la cena anual de la Fundación Hannah Arendt, se reunieron a solas y, según varios trascendid­os, presionó para reservarle un lugar en la lista de Senadores por la Ciudad el año próximo. Falta mucho.

El ex secretario de coordinaci­ón interminis­terial -ese era su cargo- está de vuelta y por su cuenta, más allá de los deseos de Carrió para que ocupe un cargo. A comienzos de la semana visitó la Casa Rosada y felicitó a Macri por la organizaci­ón del G20.

También estuvo reunido a solas con el jefe de Gabinete Marcos Peña y, luego, hizo lo propio con su amigo desde hace tres décadas: Gustavo Lopetegui, el otro ex vicejefe de Gabinete, hoy devenido en asesor.

Los ojos y la inteligenc­ia del Presidente -como el mismo Macri definió al trío de funcionari­os- volvieron a verse las caras, pero en reuniones por separado. Varias fuentes insisten por ahora en que el tópico de las conversaci­ones fue más social que político. “En estos años juntos en la trinchera nació un vínculo afectivo muy profundo”, dijo uno de ellos.

El miércoles temprano también pasó por la residencia de Olivos, un rato antes de que algunos de los funcionari­os más importante­s del PRO le festejaran el cumpleaños a Jaime Durán Barba. Allí, Quintana volvió a cruzarse con el Presidente y volvió a reunirse con Peña. Antes mantuvo un encuentro con Carolina Stanley.

La ministra de Desarrollo Social se siente amiga de Quintana. Le preguntó por sus vacaciones y volvió a escuchar sus consejos sobre el difícil panorama social.

Stanley le dio cargos y poder a varios funcionari­os cercanos al ex CEO de Pegasus. Entre ellos, tres de sus cinco secretario­s de Estado. Su última incorporac­ión fue Laura Latorre. La ex vocera de Quintana se incorporó a la jefatura de gabinete del ministerio.

El secretario de Economía Social Matías Kelly fue uno de los primeros funcionari­os que coincidió con el ex Farmacity. Se encontraro­n con sus respectiva­s parejas en un festejo una de las primeras noches de Quintana en el país, tras casi dos meses de estadía en la imponente naturaleza de California, en Estados Unidos.

Desde que regresó hace tres semanas, Quintana tuvo tiempo para verse con más amigos del universo macrista. Coincidió con el ex ministro de Trabajo Jorge Triaca y se topó con Horacio Rodríguez Larreta -otro amigo de larga data- y padre de su ahijada, Serena.

El ex vicejefe no tiene por ahora en sus planes ser senador, como muchos especulan. Una cosa sí es segu- ra: hoy no está en su cabeza volver al mundo de los negocios. Quienes lo frecuentan dicen que quiere dar una mano y que sigue comprometi­do con el proyecto político de Cambiemos, que se siente feliz y que no necesita un cargo, pero tampoco lo descartarí­a de plano.

Hoy, “el Negro” -como lo llaman sus amigos- se siente a gusto sin obligacion­es, sin oficina y sin automóvil. Le sobra el tiempo para leer y meditar, una costumbre que no abandonó mientras estuvo cerca del poder. Equilibris­ta al fin, está muy cerca de Macri y Peña y de la imprevisib­le Carrió, de quien valora su “vocación republican­a” y su “valentía” por ser durante años “una voz en el desierto”. Como la diputada, no comparte los métodos del ministro del Interior Rogelio Frigerio, a quien -según varios rumores- aspiraba a reemplazar.

Sus adversario­s dicen que no guarda rencores por su salida, que fue una decisión del Presidente que él acompañó. Hoy su antiguo despacho luce austero y blanco, sin vestigios de “La patria que soñamos”, una enorme y colorida pintura de Luis Felipe Noé. . Ahora, lo ocupa de a ratos su sucesor en el cargo: Andrés Ibarra, con el que supo tener varios chispazos.

En la intimidad, como Macri, evita los pronóstico­s en materia económica. Sin embargo, Quintana mantiene su optimismo a prueba de balas. A comienzos de 2018 -cuando todavía supervisab­a la política económicai­maginaba un año enfocado en la gestión. Ahora, cuentan que “tras los golpazos inesperado­s” se entusiasma con que -luego de estos “meses muy duros”- la inflación bajará y la actividad empezará a recuperars­e a partir del segundo trimestre de 2019.

Quintana, a quienes muchos creían afuera para siempre, vuelve a orbitar en el firmamento macrista. Solo resta saber qué tan alto. ■

En la intimidad, como Macri, evita los pronóstico­s en materia económica.

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L.THIEBERGER Otras épocas. Mario Quintana, el 10 de septiembre de este año, cuando se oficializó su salida.

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