El Brexit amargo para un mayorista argentino de frutas en Londres
Casos. Se llama Franco Fubini. Afirma que el “divorcio” de la UE será una calamidad porque muchos de los productos que vende hay que traerlos del Continente.
El argentino Franco Fubini, mayorista de frutas y verduras en Londres, conoce perfectamente la importancia de que la mercadería llegue a tiempo. Por eso teme los efectos negativos que puede acarrear el Brexit en su empresa.
En un esfuerzo por prepararse para la eventualidad de un Brexit brutal que imponga controles de aduanas inmediatamente después de que el país salga de la Unión Europea el próximo 29 de marzo, las empresas británicas empezaron a realizar reservas de mercadería.
Para algunos sectores, como el del automóvil o los alimentos no perecederos, esto es bastante fácil, pero en el caso de la empresa de Fubini, Natoora, principalmente mayorista pero también productor, hacer acopio de fruta y verdura fresca es imposible. “Para nosotros, la frescura del producto es esencial”, dice en la sede central de Natoora, ubicada en la primera terminal ferroviaria de Londres.
“Somos un negocio que depende mucho de las estaciones y hay una enorme cantidad de productos que no crecen en Reino Unido, principalmente mucha fruta, así que nos vemos obligados a traer esos productos del continente”, afirma Fubini, de 44 años, que fundó la empresa hace 14.
Como parte de su negocio, Natoora abastece a más de mil restaurantes en Londres, Nueva York y París, con productos frescos procedentes de granjas en Reino Unido, España, Francia e Italia. “Como promedio de todas las regiones, tardamos entre 36 y 48 horas” desde la cosecha de los productos hasta que llegan a los restaurantes, explica Fubini, cuyo negocio implica a unos 300 empleados y un volumen anual de 30 millones de libras (38 millones de dólares).
Junto a las cajas repletas de limas y limones importados, y mientras las coles de Bruselas que tanto aprecian los ingleses en Navidad se cargan en los camiones, Fubini reconoce: “Nos preocupa evidentemente una posible interrupción en la cadena de suministro” tras el Brexit. “Tengo la esperanza de que el sentido común, especialmente en algo tan crítico como la comida fresca, nos ayude a superar esto”, agrega.
Actualmente, los productos de Natoora procedentes de la Europa conti- nental llegan a Reino Unido en camiones refrigerados a través del túnel bajo el Canal de la Mancha. “Tenemos cuatro entregas que llegan semanalmente de Milán, cinco entregas semanales de París, dos desde España y entregas diarias procedentes de nuestra cadena de abastecimiento en Reino Unido”, explica.
“Hay pocas cosas que podamos hacer para prepararnos: no podemos almacenar ni acelerar las entregas a menos que utilicemos un helicópte- ro. Solo podemos esperar a ver qué pasa”, se lamenta. Fubini señala, sin embargo, que una quinta parte de su volumen de ventas se puede almacenar, como las carnes curadas, algunos quesos y los aceites de oliva. “Afortunadamente hemos adquirido un nuevo almacén así que tenemos bastante más capacidad” para hacer acopio de estos productos, explica.
Otros grupos, como el británico Premier Foods ya han anunciado que planea almacenar ingredientes crudos en previsión de que haya retrasos en los puertos. Y el mayor gran distribuidor del país, el gigante de los supermercados Tesco, afirmó que podría empezar a acumular comida enlatada desde enero. Otra empresa, el vendedor de vinos Majestic Wines, aseguró que incrementará su inventario de botellas por un valor total de 8 millones de libras.
Más allá de la industria alimentaria, los sectores automovilísticos y farmacéuticos británicos también están estudiando la posibilidad de acumular reservas, al igual que el fabricante de motores Rolls-Royce.
A parte del acopio de existencias, Fubini también está preocupado por el impacto económico más amplio del Brexit en su empresa y sus trabajadores, muchos de los cuales proceden de Europa del Este. “Nuestro negocio está muy expuesto al impacto económico porque tratamos con cuestiones muy cercanas a los sentimientos del consumidor”, afirma.
Así, “el consumo en los restaurantes y en las tiendas al por menor, en particular cuando la gente come fuera de casa, es muy sensible a las preocupaciones inmediatas”, dice. ■
“Hay una cantidad de productos que no crecen en el Reino, frutas principalmente”