Clarín

El club de las vitales Tiene 93 años y buscó en mujeres de su edad el secreto de la longevidad

Marion Kaufmann charló a fondo con 18 mayores de 80 años y publicó todo en un libro. “Escribí porque nadie se ocupa de nosotras”, dice. Y revela que a todas les queda mucho por hacer.

- Emilia Vexler evexler@clarin.com

-Hace más de 80 años que vivís en Argentina y no perdiste para nada el acento.

-Es exactament­e al revés. Es muy extraño, pero el acento alemán volvió a mí. Hace unos años.

Quien habla español con el acento de su idioma natal es Marion Kaufmann. Nació en Berlín en 1926 y llegó a Buenos Aires cuando tenía 11 años. De jogging y zapatillas -recién llegada de su caminata diaria por Olivos-, no sólo se acuerda de que huyó de la persecució­n a los judíos. Con precisión germana detalla a Clarín lo que aprendió de las 18 mujeres que entrevistó para “Nosotras, las de 80 para arriba” , su primer libro. Acaba de publicarlo a los 93 años.

En 200 páginas no se habla de vejez. Al menos, no con el cliché de los bastones y las cataratas. Tampoco de jubilacion­es indignas -algo que rechaza y compara con Alemania- ni de la soledad, “la peor compañía de un anciano”. Marion eligió a mujeres mayores de 80 que por sus acciones en el mundo de la ciencia, del arte, la ayuda social o el espectácul­o, conforman una suerte de club de las vita- les. Ella incluida. “No es el yogur, el deporte o que como sano. Es que soy curiosa. En mi propio barrio y entre ‘las mías’. La curiosidad es una caracterís­tica inherente a este grupo de vitalistas”

En Argentina la expectativ­a de vida crece: tiene un promedio de 76,6 años, según la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS). Lo que ubica a nuestro país en el puesto 50 a nivel mundial. Un reciente informe global de The Lancet, asegura que si continúan las tendencias recientes de salud, en 2040 la esperanza de vida de los argentinos podría llegar a los 78,8 años, es decir, un aumento de 2,1 años. Aunque podría aumentar 6,3 años en un escenario óptimo de salud o disminuir hasta 0,8 años en un peor escenario. Como sea, la población mayor crece cada vez más y también el segmento de los que pasaron los 80 y gozan de jovialidad y buena salud.

Entre un escenario y otro, Marion - que con su edad escapa a cualquier estadístic­a- dice que decidió escribir un libro porque se enojó. “Enojo de ver que nadie se ocupa de las que tenemos más de ochenta. Ni en las noticias ni en la televisión, ni en las reuniones familiares. Por algo el filósofo Santiago Kovadloff dijo una vez que ‘se vive más, pero se significa menos’. Y yo agrego que ‘ya nadie nos pide una opinión, ni siquiera una receta”, cuenta.

Lo de la receta es literal. Hace unas galletitas especiales. “Me las festejaron. Pero cuando dije ‘te digo cómo hacerlas’, un adolescent­e me respon-

No es el yogur, el deporte o comer sano. Es que soy curiosa. En mi propio barrio y entre ‘las mías’. La curiosidad es una caracterís­tica inherente a este grupo de vitalistas”

dió: ‘No te preocupes, lo busco en YouTube’.” Pero más allá de la anécdota, Marion dice que en todas las vitales descubrió otra caracterís­tica distintiva: son mujeres que no pararon de hacer. Desde los 30 años, Marion publica columnas en alemán sobre temas de actualidad, reseñas de libros o crónicas de viajes en el diario local Argentinis­ches Tageblatt.

Además de volver a Berlin, donde

se crió, por ser periodista -también publicó en Clarín y en La Prensa- viajó por el mundo. En Sudáfrica entrevistó a Nadine Gordiner (Premio Nobel de Literatura 1997) y al carcelero de Mandela en la prisión de Robben Island. En París, a Patricia Highsmith y Beate Klarsfeld, más conocida como “la cazadora de nazis”. Y la lista sigue. Pero, insiste, lo que importa “somos nosotras, las de más de 80, que no nos ven”.

Para su libro quiso esquivar a las mediáticas, “como Mirtha Legran - aclara-, para ellas están las revistas.” Le interesó hablar con mujeres “comunes” que comparten algo: “están

contentas a pesar de ser viejas”. Le dijeron que están “en el mejor momento de la vida”. Una sola le susurró “que la vejez es muy fea”, pero en realidad, dice, se la veía feliz.

“Si alguna estaba enferma, no me enteré”. Y da el ejemplo de que, sólo al pasar, para explicarle por qué camina con bastón, la escritora Angélica Gorodische­r (90) uso tres palabras: “Dolor de espalda”. Y ahí terminó. O que Beatriz Chomnalez, la abuela de Lola Luna Chomnalez, asesinada en fin de año de 2014 en Uruguay, “nunca habló de ese tema. No se puso ella en víctima”.

Graciela Fernández Meijide le contó cómo cambió su vida desde que le mataron al hijo: a todos, dicen, algún episodio trascenden­tal de la vida las revitalizó.

“Algo más que tenían en común es que la mayoría eran solas, viudas o separadas. Y tenían el leit motiv del deseo de vivir la vida a pesar de ser ancianas. No existe en ellas la sensación de que se arribo a un estadío final y de que todo ya está hecho. Más bien, muestran que todavía existimos, que queda mucho por hacer y que seguimos significan­do”, explica. Marion no las entrevistó por teléfono. Viajó a la casa de cada una. De Rosario a Quilmes, barrio en el que visitó a la renombrada dramaturga Griselda Gambaro. Con 90 años, le detalló proyectos a futuro: “Quiero publicar recetas de cocina, anécdotas, humor”, le dijo.

Helga Marguiles, una de las anónimas, sólo le dijo que tuvo cáncer para explicar cómo lo superó. A los 89, todos los viernes, a las 7 de la mañana, viaja desde Nuñez hasta el Hogar Hirsch de San Miguel donde es voluntaria desde hace 21 años. Vuelve a las 18. “Es que ahí trataron muy bien a mi papá cuando estuvo internado”, le contó.

Es que Marion también tiene ese hilo rojo. Durante muchos años fue parte de Las Damas Rosadas, las mujeres que con ambo rosa que ayudan ad honorem en el viejo hospital de

San Isidrio. Ella, en el consultori­o de ginecologí­a. “Venían chicas con un embarazo por año. Muchas no sabían cómo cuidarse, no había nada de informació­n”, detalla.

Actual y curiosa, como dice en su libro, es la eterna “espía de gestos y actitudes” que transformó el ríspido tema de la vejez en un diálogo de experienci­as, siempre vivas. Como su alemán.

 ?? CONSTANZA NISCOVOLOS ?? .“Nosotras, las de 80 para arriba”. Así se llama el libro de Kaufmann, en el que entrevistó a Beatriz Chomnalez, Graciela Fernández Meijide y varias anónimas.
CONSTANZA NISCOVOLOS .“Nosotras, las de 80 para arriba”. Así se llama el libro de Kaufmann, en el que entrevistó a Beatriz Chomnalez, Graciela Fernández Meijide y varias anónimas.

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