Clarín

Un operativo de seguridad con 4.000 policías y tres controles

- Daniel Lagares dlagares@clarin.com

Las autoridade­s españolas también tienen algo en juego en la Superfinal entre River y Boca. Ofrecida como anfitriona, Madrid debe garantizar la seguridad de los asistentes al partido, sobre todo en la hora crítica luego de la final, cuando empiecen los festejos del club campeón.

El Bernabéu está en el Paseo de la Castellana que corre de norte a sur. La primera cabecera, para los hinchas de River es el Fondo Norte, sobre la calle Salgado. La de Boca será el Fondo Sur, sobre Concha Espina. Y la zona de autoridade­s, dirigentes, palcos y acceso de prensa sobre Padre Da- mián. Llegar hasta las puertas que correspond­an tienen su recorrido propio. Habrá que llevar los tickets y documentos.

Intervendr­ían 2054 hombres de la Policía Nacional, de los cuales alrededor de 1400 serán de la Unidad de Intervenci­ón, el equivalent­e a los "antidistur­bios" en nuestro país. Son esos que debían custodiar la llegada del micro de Boca al Monumental. Habrá otros 170 agentes de seguridad privada. Y Argentina trajo a los hombres de Tribuna Segura.

Habrá tres retenes. En el primero se pedirán las entradas, a unos 200 metros de la cancha. En el segundo anillo, a 40 metros del estadio, se pedirá otra vez el ticket esta vez acompañado de la documentac­ión personal. DNI para los locales y lo mismo o pasaporte para los no españoles. Por último, en las puertas entradas habrá cacheos.

Desde luego no se permitirá entrar con pirotecnia, envases de vidrio y elementos cortantes. No hubo especifica­ciones sobre banderas, que es un tema importante. Los hinchas españoles no suelen llevar más que las clásicas bufandas. Los argentinos, se sabe, llevan los "trapos".

Si River es campeón festejará en Puerta de Sol, el lugar turístico por excelencia. A pasos de Plaza Mayor y de Gran Vía y de las estaciones de metro. Si el campeón es Boca celebrará en Colón, la plaza al sur del Bernabéu camino al centro y antes de Cibeles.

Sin declaracio­nes oficiales, la policía confía en que podrá evitar choques entre grupos de hinchas en el camino al estadio. Y dentro de la cancha garantizan que nada pasará. En cambio les preocupa el después y sobre todo los episodios individual­es o de grupos pequeños y aislados. Ya se sabe: uno gana y otro pierde y en las celebracio­nes hay desborde de entusiasmo, alcohol y otras yerbas. ■

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