Clarín

Tras la final, algunos levantaron los brazos y otros besaron la lona

- Daniel Lagares dlagares@clarin.com

Terminaron los fastos de este exotismo que fue traer la final de la Libertador­es a España. Dentro del resultado deportivo hubo quien levantó los brazos y quien besó la lona. Y en los escritorio­s, también hubo ganadores y perdedores. Y quien salió hecho.

Alejandro Domínguez: El estropicio que impulsó en Núñez forzando a que el partido suspendido se jugara lo antes posible, quedó empatado. Hizo un negocio económico para la Conmebol y no dejó fuera a River y a Boca. La final salió bien y ensanchó la espalda ante la FIFA.

Florentino Pérez: Magnifico anfitrión, a la altura de la historia del Real Madrid que preside. Colgó una medalla en las vitrinas de su club y quedó como embajador del fútbol español. No se sabe si tuvo influencia económica y si el Madrid obtuvo rédito.

La Liga: Co-organizó el partido con la Conmebol. Y salió redondo. No hubo una mancha en lo deportivo. Ganó en imagen y le sirve para expandirse como referente en el mundo. Tiene proyectado jugar Girona-Barcelona en Miami el 6 de enero, aún en litigio con la Federación. Tiene un buen argumento con el impacto publicitar­io del River-Boca.

España y Madrid: Como país reforzó los vínculos históricos con Argen- tina. La capital dio muestra de su capacidad para garantizar seguridad a un evento que venía precedido de tambores de guerra. Y Madrid recogió unos 20 millones de euros por la llegada de público el fin de semana.

Marcelo Gallardo: Segunda Libertador­es en cuatro años. Esta, nada menos que ante Boca. Incuestion­able para el hincha de River. No haber ganado un torneo local no es una deuda sino un próximo objetivo. Ahora es más apetecible para clubes del exterior.

Rodolfo D'Onofrio: Puede jactarse de que lleva la Copa a los hinchas, aún en las peores condicione­s. No tuvo margen para negociar la localía y debió aceptar la mudanza. El triunfo borra todo. Y es un espaldaraz­o si quiere lanzarse a la política.

Guillermo Barros Schelotto: Le tocó perder en la apuesta más importante. Puede pasar. No debería ser evaluado por la final del Bernabéu, solamente, pero seguro que pesará en forma adversa.

Daniel Angelici: Perdió por nocaut. Se le rebeló el plantel. Declaró una cosa con firmeza y debió aceptar otra, superado por la relación de fuerzas con la Conmebol. Esas circunstan­cias previas, el 1-3 y el crecimient­o de un río paralelo a su gestión en la boca del gobierno político para el año que le queda por mandato.

Chiqui Tapia: Presidente de la AFA. En la cena de gala en el restaurant­e del Real Madrid dijo que se abstuvo en la votación que decidió traer la final a España. Por lo bajo, las dirigencia­s de River y de Boca lo acusan de haberle dejado servido el negocio a Domínguez, Pérez y a los intereses de la TV que emitía la final.

Lucas Pratto: Costó 14 millones de dólares, una fortuna para el mercado argentino. Lo que se acaba de hacer en las dos finales con las palabras clave en la Bombonera y el Bernabéu.

Leonardo Ponzio: Cierra un ciclo estupendo en River, club al que regresó cuando el equipo jugaba en la B Nacional. Se corona como capitán del campeón de la Libertador­es.

Esteban Andrada: Símbolo de una situación que terminó en derrota. No confiaban en Rossi y lo trajeron para la Copa. Por su lesión ante Cruzeiro no pudo jugar la ida en la que Rossi anduvo muy bien. En el Bernabéu tuvo un fallo clave que derivó en el gol de Quintero. No perdió él la Copa, pero es el reflejo del momento de Boca.

Nahitan Nandez: Cuestionad­o porque juega menos de lo que pone, en la final dejó la vida y fue ejemplo para un grupo que en algunos pasajes dio muestras de flaqueza anímica. Si alguien no tiene nada que reprochars­e, es el uruguayo.

Mauro Zárate: Dejó al club que lo formó y en el que era muy querido, seducido por jugar (y ganar) la Copa. No pudo ser campeón, responsabi­lidad repartida con todo el grupo. De las dos finales solo jugó unos minutos en la ida, en el Bernabéu no fue tenido en cuenta. ■

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina