Clarín

“Pensé en largar todo porque había dejado de disfrutar”

- Mauricio Codocea mcodocea@clarin.com

No más de 10 pasos lo separan de la puerta del restorán. Al lado se celebrará un cumpleaños y hay una hilera interminab­le de mesas agrupadas en el medio del salón. En un rincón, sentado frente a papá Juan Carlos y a la derecha de su mamá, Margarita Stolbizer, Nicolás Laprovítto­la termina de cenar. Se levanta y varios comensales se acercan a pedirle una foto, el autógrafo de estos tiempos de selfies y redes sociales. Los 10 pasos demorarán varios minutos en ser recorridos, pero su rostro no evidencia más que satisfacci­ón.

“No creas que pasa todos los días”, dice Nico a pura sonrisa. Será una de sus primeras frases en una entrevista con Clarín que se extenderá durante media hora. “Para nosotros no es normal. Cuando voy a Barcelona, esto no sucede. Y al resto de los chicos le pasa lo mismo. Pero estar en la Selección es estar en un lugar de privilegio y es tener este contacto con la gente, que nos cuida y nos mima. Es algo que valoramos”, dice.

El cielo hoy despejado estaba poblado de oscuros nubarrones hasta hace poco tiempo. Ese cenit basquetbol­ístico que Nicolás tocó en 2016, al llegar a la NBA como parte de San Antonio Spurs, duró apenas un puñado de meses. Al poco tiempo apareció Baskonia, tantas veces cobijo de los argentinos, para ofrecerle contrato por lo que restaba del primer semestre de 2017. Pero tampoco fue solución.

Y llegó la parte más dura a fines del año pasado. Rusia, con idioma, clima, cultura y vida distintas. La adaptación se hizo cuesta arriba cuando en la cancha los minutos en Zenit se achicaban, cuando no podía mostrar su talento, cuando quedaba completame­nte marginado del primer equipo y pasaba a entrenarse con juveniles pese a ser el extranjero más caro del plantel.

Su renacimien­to llegó a partir de esta temporada, de regreso en España con Joventut de Badalona, una pequeña ciudad catalana. Pero está claro que hubo varios tragos amargos hasta este dulce presente.

“Yo tomé mis decisiones y cada una me llevaron al lugar en el que estoy”, reflexiona Laprovítto­la. Y agrega: “Badalona es una ciudad muy linda y tranquila, donde me tratan muy bien y donde el básquetbol es el deporte de la ciudad. Disfruto y valoro mucho jugar ahí”. -¿Habías perdido eso en el camino? -Sí, había perdido el disfrute por el juego, por la profesión y un poco por todo. Especialme­nte en Rusia. Pero es algo que ya pasó. Capaz me tenía que tocar pasar por algo así para estar hoy en un lugar donde realmente la paso bien.

-¿Qué fue lo más difícil de ese trayecto para que no disfrutara­s?

-Yo creía en lo que podía hacer, pero al menos de la forma que soy yo. Me cuesta cuando no me dejan crear, cuando no me dejan jugar libremente y buscan encajarme en un rol. Me frustraba eso. Y ahí fui perdiendo confianza, dejé de competir y el entrenador empezó a dejar de contar conmigo. Se fue haciendo todo una bola y llegó un punto en que no pude disfrutar casi de nada.

-¿Fue puntualmen­te en Rusia o te pasó en otro lado?

-Más que nada ahí, sí. En Baskonia, un poco. Pero siempre intenté estar firme. Es difícil cuando no la pasás bien, pero trato de enfocarme y alimentarm­e de las cosas buenas. -¿Llegaste a pensar en largar todo? -( Se toma unos segundos) Sí, sí, lo pensé. Pero tenía mucha gente cercana apoyándome. Yo me apoyé en esa gente, busqué ayuda también y me recuperé. (Nico vuelve a hacer una pausa antes de continuar). Era muy exagerado pensar así y al fin y al cabo me di cuenta de que estaba equivocado. Hoy en día puedo jugar bien, puedo estar en una buena liga ypuedo jugar en la Selección... Hoy lo tengo todo. -¿Buscaste ayuda en la psicología? -Sí, en un psicólogo deportivo que me recomendar­on. Hoy sigo en contacto con él, pero no “trabajando”. Me ayudó a acomodar un poco mi cabeza. Yo había tenido experienci­as muy fuertes, venía de estar en los mejores lugares del mundo y al poco tiempo me tocó estar en Rusia en un segundo equipo. Me costó asimilar todo, pero hoy ya estoy muy bien. Nunca había visitado a un psicólogo y era bastante terco en ese sentido. Estaba bastante negado, porque creía que lo podía solucionar todo. -Por ahí tampoco la habías pasado así de mal como para pensar en necesitarl­o... -Puede ser, sí. Todo se me había ido dando solo y de repente las cosas se complicaro­n. Capaz necesitaba parar y empezar a pensar en buscar lo mejor para mí.

-¿En algún momento te planteaste algo del estilo :“No me puedo equivocare­n mi próxima decisión ”?

-Uno aprende qué cosas valorar y qué cosas dejar de lado. Hoy tengo 28 años y aunque no me siento viejo, sí pasé por muchas cosas. Las decisiones que uno toma como deportista son importante­s, porque es una carrera corta y vertiginos­a, así que era el momento de parar un poco y pensar bien a la hora de elegir. No me puse una presión de ese estilo, pero sin dudas necesitaba elegir un buen lugar.

Y ese lugar, el Joventut, permitió que Laprovítto­la se reencontra­ra con su mejor versión. Este fin de semana, en el 93-86 a Unicaja, aportó 28 puntos y 9 asistencia­s, segundas mejores marcas en la fecha de la ACB. Fue elegido como el mejor latinoamer­icano de la jornada y lidera esa votación, que involucra a la prensa especializ­ada y a jugadores, con amplitud. Y en 11 fechas promedia 15,5 tantos (está entre los 10 mejores) y es el mejor asistidor, con 7,9 pases gol por juego.

-¿Cómo llevás este momento?

-En Badalona a veces me cuidan de más (risas) o me dejan equivocarm­e de más. Aunque el contexto es otro, se parece a Lanús, donde me crié, era titular y todo lo que hacía me lo perdonaban. Me decían: “No pasa nada, Nico”. Yo sé cuándo me equivoco, pero ellos me cuidan mucho. -¿Cuánto vale eso para vos? -Después de sentirme totalmente desechado en Rusia, que ahora me cuiden, me valoren y confíen en mi manera de ser, de jugar y de liderar es importantí­simo y ayuda a que mi juego se potencie para estar cada vez mejor dentro de la cancha.

-¿Se puede decir que sos feliz de nuevo?

-Sí. Muy feliz. Valoro muchísimo las cosas que me pasan y tengo la compañía de mi novia, mi familia, mis hermanos y amigos. De mucha gente que me apoya y cree en mí. Me gusta mucho lo que hago y seguiré intentando hacerlo lo mejor posible la mayor cantidad de tiempo que pueda. ■

Un psicólogo me ayudó a acomodar mi cabeza, porque yo creía que lo podía solucionar todo”.

 ?? EFE ?? Tranquilid­ad. “En Rusia me sentía desechado y ahora en Badalona confían en mí”, dice Laprovítto­la.
EFE Tranquilid­ad. “En Rusia me sentía desechado y ahora en Badalona confían en mí”, dice Laprovítto­la.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina