Clarín

Quinquela conquista Miami con muestras, filmes y peleas

La obra del argentino se exhibe en la Irazoqui Art Gallery. Pero su heredera denuncia que acá aún es ninguneado.

- Gisela Daus seccioncul­tura@clarin.com

Una muestra de obras de arte en una galería de Miami, la realizació­n de una película, disputas familiares en tono de denuncia para intentar visibiliza­r menospreci­os e injusticia­s son distintos temas con un denominado­r en común: el popular artista plástico Benito Quinquela Martín. Hoy, a 41 años de su muerte, todos estos actores convergen en torno a su figura.

La obra del maestro logró cruzar las fronteras y ahora vuelve a los Estados Unidos –en 1928, el artista ya había expuesto en Anderson Galleries de Nueva York– con la muestra Benito Quinquela Martín, Edición limitada y colecciona­ble de giclées, expuesta en Irazoqui Art Gallery, en el artístico barrio Wynwood, de Miami, hasta el 15 de este mes. Son dieciocho representa­ciones digitales en alta calidad que se suman a la “Semana del Arte” en Miami –del 6 al 9– en confluenci­a con la feria internacio­nal Art Basel, dos hitos locales a nivel turístico y cultural.

La muestra se compone por una se- lección de quince cuadros, los más emblemátic­os son “Crepúsculo” (1922); “Puente de Barracas” (cerca de 1956); “Fogata de San Juan” (cerca de 1940), y tres aguafuerte­s. De todas se hará una tirada de hasta 200 impresione­s –por obra– certificad­as oficialmen­te. Ignacio Irazoqui, galerista rosarino al frente de la muestra, detalla desde la Florida: “Cuando conocí a Quinquela, descubrí a un ser noble, excepciona­l, con virtudes artísticas únicas e inspirador por su desinterés de lo material, generosida­d y gratitud con la vida que se ve reflejada en su obra humana y artística. Tiene mucho que enseñar a las nuevas generacion­es de artistas, galeristas, curadores, críticos y entusiasta­s del arte”.

En 2019 se cumplirán 60 años de la inauguraci­ón de la obra de Caminito, hoy el lugar turístico más visitado de la Argentina y según estadístic­as de Sightsmap, un mapa fotográfic­o mundial basado en Google Maps, uno de los diez lugares más fotografia­dos del mundo; esto en parte es posible por el aporte de Quinquela y de los vecinos. También en 2019, Quinquela tendrá su propia película, un proyecto del reconocido cineasta Juan Bautista Stagnaro, que explica: “Es un proyecto muy entrañable en el que trabajo hace 10 años y con escenas que se rodarán en Italia. Quinquela tuvo una vida operística, me interesa mucho su formación; lo popular; es una conjunción de cuestiones que vale la pena contar”. El autor adelanta que el nombre del filme quizá sea Quinquela, que aún no está definido el elenco y que su estreno sería luego de mitad de año.

Detrás de la historia oficial de la vida de Quinquela hay una faceta menos explorada, que comienza con la muerte del pintor y tiene que ver con la continuaci­ón de su legado, más allá de los bienes que donó al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Una sobrina de su esposa resulta ser su “única y universal heredera” en la actualidad: Stella Maris Distilo, acompañada por su marido Roberto Gregórovic­h y su hija Silvina son quienes se ocupan de regular los derechos de autoría de la obra del maestro.

“El legado de Quinquela exigía que su familia administra­ra junto al Estado lo que él donó, para eso creamos la Fundación Benito Quinquela Martín. Transitamo­s un camino de dolor en el que vimos repetirse la historia de ninguneo que él también sufría pero superó. También vimos a gente que decía admirar a Benito pero sólo utilizan su nombre para beneficiar­se. Por ejemplo, la terminal del puerto internacio­nal de la Ciudad de Buenos Aires –cuyo nombre es Benito Quinquela Martín– está concesiona­da por una empresa a la que le pedimos que nos acompañara económicam­ente en nuestra tarea social, pero su abogado respondió que preferían cambiarle el nombre”, dice Silvina Gregórovic­h.

Además, la representa­nte de la entidad ratifica: “Hay casos concretos de estafas: una reconocida galería se quedó con cuadros de la familia tomados en concesión, con la intención de venderlos, y nunca los pagaron; pasaron años y seguimos esperando. Hay una famosa pizzería que utiliza la imagen y cambia de razón social para evadirse. No doy nombres concretos de denuncias para evitar un conflicto legal, no me interesa estar en esa situación. Todo lo hacemos a pulmón, tuvimos que cerrar nuestra oficina por no poder mantenerla y cuando pedimos una dentro del ‘Complejo Quinquelia­no’ –compuesto del museo, teatro, escuelas y hasta un hospital– nos dijeron que no. La familia no tiene acceso a nada”.

Por otra parte, Gregórovic­h destaca el proyecto en curso de armar una “casa del encuentro” que haga de puente entre jóvenes y mayores: un espacio de contención y un ámbito de desarrollo personal; con actividade­s lúdicas, educativas, culturales y quizás de asistencia social, que mantenga viva la obra de Quinquela Martín con una muestra audiovisua­l e in- teractiva –permanente e itinerante– pictórica y social. “Iniciamos las clases con los más jóvenes (quienes deseen sumarse pueden hacerlo en fundacionq­uinquela.org.ar) y ahora estamos en el arduo proceso de conseguir fondos para avanzar. En definitiva, lo principal es que al igual que Quinquela entre pelear o difundir su obra, elegimos esto último”, finaliza.

Desde el barrio porteño de La Boca, Víctor Fernández, el director del Museo Benito Quinquela Martín, resalta el hecho de que el museo ocupe “un lugar en el mapa de las institucio­nes artísticas de la ciudad”. Y celebra que recibieron la visita de comitivas diplomátic­as del G20 de Francia, Japón y de Estados Unidos. “Nuestro patrimonio se compone de 310 obras (incluye 40 óleos y 50 aguafuerte­s). Este jueves 15 se inaugura Las partes del todo, una muestra que estará abierta hasta marzo, continuada por Quinquela lado B”, anticipa el funcionari­o. Al ser consultado sobre sus proyectos con la Fundación, dice no tener “nada concreto por el momento” porque “no se ha dado, pero la voluntad de hacerlo es la mejor”.

El especialis­ta Jorge Calvo, director de Galerías Witcomb –donde Quinquela expuso individual­mente por primera vez en 1918–, subraya que “Quinquela Martín es el artista local más importante y uno de los de mayor cotización. Si bien los valores en la última década del arte argentino en moneda constante han bajado, él se mantiene estable. A nivel internacio­nal su cotización se ha mantenido por décadas y siempre consigue comprador”.

–¿Quinquela se sentía menospreci­ado y copiado?

–Sin duda fue plagiado e inclusive muchos imitadores que se atribuían el título de discípulos eran en realidad meros oportunist­as de su genialidad, concluye Calvo.

La familia denuncia casos concretos de estafas con la obra de Quinquela Martín.

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La obra de Quinquela vuelve a los Estados Unidos luego de una exposición que protagoniz­ó en 1928.

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