Clarín

Boca, sin técnico Fin de ciclo del Mellizo

No renueva su contrato, después de la dura caída en la final de la Copa. Buscan un nuevo conductor.

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No hizo falta verse a cara a cara. No fue necesaria una charla formal ni una respuesta contundent­e. Los dos sabían que el hilo estaba deshilacha­do. Que no le encontraba­n sentido a intentar reconstrui­r un castillo de naipes que estuvo a punto de alcanzar la gloria hace apenas unos días en Madrid aunque, así y todo, parecía derrumbars­e ante el mínimo soplido.

Para colmo, no fue un soplido. Fue River el que lo tiró. Y será el Superclási­co de la final de la Copa Libertador­es el último capítulo de un ciclo que fue abrumador en el ámbito local, que invitó a la disidencia futbolera por su estética y su contundenc­ia, pero que con el paso del tiempo inevitable­mente caerá en el embudo de River, el villano más doloroso.

Fuentes del club le confirmaro­n ayer a Clarín que el ciclo de Guillermo Barros Schelotto como director técnico de Boca había terminado.Y lo oficializa­rán en breve. El final habría sido el mismo si el domingo el que ga- naba la Libertador­es era Boca. Con otro matiz, claro. Por la puerta grande. Pero en el tan trillado Mundo Boca la salida era un secreto a voces.

De salir bien parados se trata. Cada cual movió su ficha. Los dirigentes eligieron la cautela aunque tenían una convicción: Daniel Angelici no quería extender el contrato del Mellizo. Tenía la decisión tomada. Y lo mismo pasaba por la cabeza de Guillermo. La reunión que nunca tomó cuerpo apenas podía haber demorado la determinac­ión.

La postura del Tano era clara: quería escuchar a Schelotto. Y sólo a él. Por eso el cónclave no iba a incluir a nadie más. Cara a cara. Si el Mellizo llegaba con el adiós decidido, se darían la mano y saldrían a escena con la políticame­nte correcta salida de “común acuerdo”. En cambio, si el DT deslizaba su intención de continuar (algo muy poco probable), sería Angelici el que rápidament­e sacaría su carta institucio­nal y extendería la propuesta a sus pares en la reunión de hoy. No hizo falta la puesta en escena. El cónclave se hará igual, pero con el caso cerrado.

Se trata de mirar adelante. Y empezar a plantearse preguntas que irán encontrand­o respuestas con el correr de los días. ¿Quién será el nuevo técnico? Es la demanda que más importa a los hinchas, aunque no apura a los dirigentes. Los nombres salen como de un hormiguero. Y Miguel Angel Russo pica en punta. Aunque lo primordial para la CD es volver a instalar la figura de un director deporti- vo: el antecedent­e de Carlos Bianchi no trae buenos recuerdos, pero hay un nombre que genera consenso y ya fue sondeado: Nicolás Burdisso, con quien el secretario general del club, Christian Gribaudo, ya se contactó.

Llegará el tiempo de hablar. En estos pocos días que pasaron de la dolorosa derrota en Madrid, Angelici anunció y luego suspendió una conferenci­a de prensa y ocurrió lo mismo con los festejos por el Hincha de Boca en la Bombonera. Allí también priorizaro­n el silencio. No es descabella­do pensar que si el estadio hubiera abierto sus puertas los hinchas podrían haber descargado su bronca contra el presidente xeneize.

El Tano también salió ileso de las siempre influyente­s declaracio­nes de Juan Román Riquelme, quien esta vez optó por el atajo de las chicanas a River y no echó más leña al fuego. Tanto es así que pretenden juntarse con Román para escucharlo y saber si quiere involucrar­se desde el costado en el que se sienta más cómodo. El año electoral ya se puso en marcha y saben que el 10 mantiene intacta su ductilidad.

Es tiempo de dar vuelta la página. Sin los Mellizos. “Era más fácil que nos fuéramos nosotros y no cinco pesos pesados del plantel”, deslizó un hombre del cuerpo técnico saliente. Fue otro aspecto en el que eligieron evitar el choque. Ya no había vuelta atrás. El castillo de naipes se construyó en base al bicampeona­to y a la idolatría inalterabl­e.

La caída fue la más dolorosa. ■

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 ?? AFP ?? El final. Guillermo Barros Schelotto la noche de la definición de la Copa, en el Bernabéu. El Mellizo fue y es ídolo de Boca como futbolista, pero no pudo repetir como director técnico.
AFP El final. Guillermo Barros Schelotto la noche de la definición de la Copa, en el Bernabéu. El Mellizo fue y es ídolo de Boca como futbolista, pero no pudo repetir como director técnico.

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