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Una familia galesa asegura ser la dueña de la isla Borbón.
En la Argentina no sólo hay gente que se hace preguntas fuera de serie sino que además logra responderlas: “Quisimos dilucidar cómo las bacterias sintetizan lípidos, o sea grasas. Y nos hicimos preguntas muy triviales. Mi favorita fue esta: ¿por qué las bacterias no son gordas ni flacas? Fuimos los primeros en encontrar el mecanismo que regula ese aspecto, usando una bacteria modelo que sintetiza lí- pidos cuando los necesita, y cuando no los necesita no los sintetiza, todo mediado por una proteína que descubrimos en el laboratorio”.
Las palabras son de Diego de Mendoza, investigador jujeño que vive en Rosario hace 33 años, donde dirige el laboratorio de “Fisiología microbiana” del Instituto de Biología Molecular y Celular. Cuando ayer fue distinguido por el Gobierno como Investi- gador de la Nación Argentina 2017 y tuvo la chance de decir unas palabras en la Casa Rosada, se refirió a la política científica. Pidió “por un aumento del presupuesto de ciencia y tecnología, volver a elevar el área a ministerio y evitar que los jóvenes que quieren ingresar al sistema científico se sientan desalentados por la falta de presupuesto y de posibilidades ".
El presidente Mauricio Macri le ha- bía dado en mano el galardón como “investigador del año”.
En la charla con Clarín, De Mendoza, consciente de la desconfianza que se tiene tiene sobre el rol de la investigación científica, remarcó las aplicaciones de su trabajo. “Obtuvimos bacterias que superproducen lípidos y que pueden ser usadas biotecnológicamente para producir desde biodiesel hasta plásticos biodegradables. Más allá del aspecto, lo más importante es que el polietileno no se degrada, pero este plástico sí es biodegradable, desaparece sin dejar residuos, lo que puede tener implicaciones de todo tipo. Incluso, fundamos una empresa de ingeniería metabólica con la que nos estamos enfocando en estos temas”. ■