Prohíben a los trapitos y habrá penas más duras en las canchas
Será un agravante si los encuentran en los alrededores de las canchas los días de partido, o si responden a una barra brava. Tampoco permitirán a los limpiavidrios.
El oficialismo, con el apoyo de parte de la oposición, concretó en la Legislatura una reforma al Código Contravencional que venía impulsando desde hace varios años: quedó prohibida la actividad de los cuidacoches. Y también, de los limpiavidrios. Por el solo hecho de ofrecer ese servicio, re- cibirán multas de hasta $ 5.355. Y los castigos serán mayores si son barrabravas o si están alrededor de los estadios, en los días de partidos o recitales. La reforma se votó en la última sesión del año, donde también se aprobó la legalización de las polémicas apuestas online.
La Legislatura porteña alcanzó un objetivo que el macrismo venía persiguiendo sin éxito hace años. Con votos propios y de parte de la oposición, sancionó una ley que también reclamaba la Justicia. Ya no podrá haber cuidacoches en las calles porteñas: los que sean detectados recibirán sanciones, que serán más graves si el trapito está vinculado a una organización, como una barra brava.
Así lo decidieron 39 diputados que votaron a favor, contra 20 en contra. Con una particularidad: por primera vez en el año, los cuatro legisladores de la Coalición Cívica no votaron en conjunto con los otros integrantes del bloque de Vamos Juntos, los del Pro y los de Confianza Cívica (el partido de Graciela Ocaña). Se opusieron, al igual que el kirchnerismo, el peronismo y la izquierda. Pero el oficialismo sumó al Partido Socialista y a los diputados de Evolución, y así superó los 31 votos mínimos necesarios para sacar la ley.
En rigor, se trató de una reforma integral del Código de Contravenciones, que no se revisaba a fondo desde 2004, cuando de hecho provocó serios incidentes y destrozos en los alrededores de la Legislatura, cuando la Policía se enfrentó con vendedores ambulantes y activistas políticos.
Lo que se modificó es el artículo N° 79. Hasta ahora, sólo se podía castigar a los cuidacoches si se probaba que habían exigido el dinero, no si pedían una propina sin agredir. Pero pa- ra probar esa extorsión había que conseguir declaraciones de testigos u otras pruebas, y así ninguna causa avanzaba. Por eso, jueces y fiscales porteños reclamaban un cambio en la norma.
En este sentido, a partir de ahora el solo hecho de ofrecerse para cuidar el coche será punible. Sólo podrán hacerlo aquellos que cuenten con la “tarjeta azul” que otorga la Ciudad a discapacitados, jubilados y otros, a quienes sí autoriza.
La multa a partir de ahora será de entre $ 892,5 y $ 5.355. Pero a futuro podría encarecerse, porque las sanciones económicas se establecen en base a Unidades Fijas, cuyo valor se actualiza semestralmente de acuerdo al precio de la nafta.
El otro cambio relevante es que los castigos serán más duros si se prueba que detrás del cuidacoches hay una organización, por ejemplo una barra brava. También, si el trapito es detectado en los alrededores de un estadio de fútbol, un predio donde se realice un recital o alguno de los parques porteños.
Este punto fue central para que parte de la oposición apoyara la iniciativa. Roy Cortina, del Partido Socialista, había presentado un proyecto en este sentido, que fue tomado para el texto final, en la discusión que se llevó a cabo en la Comisión de Justiciade la Legislatura.
Es que en la Legislatura existían dos posturas. La de la oposición y la Coalición Cívica era que no se debía “criminalizar” a personas que cuidan coches porque no tienen otro medio de ingreso, sobre todo en la crisis económica actual. Pero los que apoyaron la ley hicieron foco en la necesidad de combatir a las organizaciones que lucran en el espacio público.
Y esas diferencias por primera vez rompieron la unidad en el bloque oficialista. “No se puede castigar a una persona por lo que no hizo, por la posible comisión del delito. La lucha contra las mafias se aborda desde la