En busca del reemplazante, sobran apellidos pero faltan certezas
No parece haber demasiado apuro en Boca por encontrar al sucesor de Guillermo Barros Schelotto. Las horas que transcurren son un desfile de apellidos producto del deseo de algunos dirigentes y también de inevitables operaciones.
Se sabe, sí, que el presidente Daniel Angelici es quien encabeza las negociaciones. Y que envió un mensaje a los titulares de las diferentes agrupaciones: quiso escuchar sus gustos y pidió autorización para contratar un técnico por más de un año, lo que excedería su mandato. Se sabe, también, que escuchó tantos nombres como dirigentes consultó.
De los apellidos que circulan sólo hubo contacto, e indirecto, con dos de ellos: uno es José Pekerman, con cuyo apoderado se reunirán en las próximas horas dirigentes xeneizes en un hotel del norte de la Provincia. El ex entrenador de la selección Colombia sólo aceptaría hablar de un vínculo de dos años.
El otro DT con el que hubo un acercamiento es Miguel Angel Russo. El ex técnico de Millonarios de Bogotá, campeón de América con Boca en 2007, podría ser parte del armado que tendría a Nicolás Burdisso como director deportivo. Ya se sabrá si la idea de un manager es genuina o apenas un coletazo de la fórmula que eligió el rival campeón de América.
Los demás apellidos que circulan son apenas ilusiones de dirigentes o representantes. Se trata de una lista larga y heterogénea. Antonio Mohamed, Diego Cagna, Martín Palermo (ayer pasó por el club, pero para participar de una actividad benéfica), Gustavo Alfaro, Gustavo Costas, Gabriel Heinze. Estilos para todos los gustos, como se ve.
¿Falta algún apellido más? El de Diego Maradona, que encabezó una encuesta publicada en las redes sociales. Anoche trascendió que el mismísimo Diego se comunicó con Angelici para ofrecerse. Desde la presidencia eligieron el silencio.
Y no faltan quienes insisten que desde otra presidencia, la de la República, podría surgir algún apellido. Mauricio Macri se pronunció alguna vez por Jorge Almirón para la Selección nacional. La combinación parece poco creíble: Almirón desembarcó en San Lorenzo; Macri debe atender asuntos algo más urticantes. ■