Entre el tango y la danza contemporánea
La coreógrafa estrena “Todos hablamos de amor”, obra de la que se vio un fragmento en el Festival de Danza.
“Para la gente del tango soy contemporánea y para los contemporáneos soy del tango”, dice la coreógrafa Cecilia Troncoso, que sin embargo descu- brió con el tiempo un punto de encuentro entre ambos lenguajes. De hecho, estrenó Todos hablamos de amor, de la que se vio un fragmento en marzo en el ciclo “Hotel Tango” y también en el Festival de Danza Contemporánea de Buenos Aires. Pero su trabajo como coreógrafa corre paralelo al de organizadora de milongas: desde hace veintitrés años, junto con Horacio Godoy, está al frente de La Viruta, una de las milongas más famosas de Buenos Aires. -¿Comenzaste por la danza o por el tango?
-Por la danza contemporánea; en algún momento fui a tomar clases a Nueva York, donde solían preguntarme por el tango… con el que yo no tenía contacto. Al volver a Buenos Aires me propuse tomar clases y quedé, como ocurre casi siempre, prendada. Estaba entre esos dos mundos, pero a los veintisiete me quedé sólo con el tango. Tres años antes habíamos creado La Viruta con Horacio Godoy y Luis Solanas, que tuvo mucho éxito desde el principio. No había en esa época gente tan joven que organizara milongas: se nos armó una mezcla muy buena. De mi lado venían bailarinas contemporáneas, por el de Luis, actores, y Horacio traía a los milongueros. Empezó a venir gente muy conocida de paso por Buenos Aires: Kusturica, Björk, Pablo Milanés. -¿Y te dedicaste sólo a La Viruta? -Sí, durante mucho tiempo, porque además me llegó la maternidad. Pero en 2009 me convocaron para el primer Festival Ciudanza, me entusiasmé y reingresé a “la escena” mezclando los dos lenguajes. En marzo pasado armamos “Hotel tango”, en el formato de Microteatro, pero con obras breves de tango. -¿Allí presentaste una versión de “Todos hablamos de amor”?
-Sí, solo quince minutos que fueron el embrión de la obra actual. Tuve la colaboración de Silvia Gómez Giusto en la dramaturgia, porque me interesaba contar los diferentes estadios: la primera ilusión, las decepciones, los reencuentros. Me parece importante revalorizar el amor. Y en este momento, mucho más no tenemos. ■