Clarín

Guaidó invita al Papa a “colaborar” para que haya elecciones libres en Venezuela

El designado presidente interino quiere que Francisco se involucre para lograr el llamado a comicios transparen­tes. Maduro ya le había pedido su “mediación”.

- Sergio Rubin srubin@clarin.com

La posibilida­d de una intervenci­ón del papa Francisco en la crisis venezolana se robusteció ayer luego de que el titular de la Asambela Nacional y autoprocla­mado presidente interino del país, Juan Guaidó, le pidió “ayuda” al pontífice. Así, se sumó a otra solicitud en la misma línea que había hecho días pasados Nicolás Maduro. Sin embargo, ambas peticiones tienen diferencia­s de fondo y de forma porque, mientras Maduro le envió una carta en la que le pide “ayu- de para un proceso de facilitaci­ón, de fortalecim­iento del diálogo”, Guaidó aprovechó una entrevista con la televisión italiana para hacer una apelación más específica e imperativa: “Naturalmen­te, hago un llamamient­o a todo aquel que pueda ayudar, como el Santo Padre, como el resto de la diplomacia, para colaborar y así poner fin a la usurpación, establecie­ndo un gobierno de transición y celebrando unas elecciones verdaderam­ente libres lo antes posible”, dijo a la cadena SkyTg24.

La contundent­e posición de Guaidó constituye una velada adverten- cia al régimen que encabeza Maduro para que no vuelva a aprovechar un eventual nuevo proceso de diálogo con el fin de ganar tiempo, desgastas a la oposición y continuar en el poder. De hecho, el miércoles, el dignatario eclesiásti­co católico de mayor rango en Venezuela, el cardenal Baltazar Porras, consideró “invidable” una gestión del Papa porque Maduro apela a ese tipo de recurso “cuando se ve con el agua al cuello” como en la actualidad por la presión internacio­nal y el cerco económico. Incluso, recordó que el Vaticano ya había intervenid­o hace dos años, pero que el es- fuerzo terminó en fracaso por la falta de disposició­n del régimen, actitud que consideró “una burla”.

Ayer, el propio Vaticano pareció querer curarse en salud al advertir implícitam­ente sobre el riesgo de volver a ser usado por Maduro. “El Santo Padre se reserva la posibilida­d de verificar la voluntad de ambas partes, determinan­do si existen las condicione­s para seguir este camino”, dijo el vocero papal interino, Alessando Gisotti, luego de que se conocieron las declaracio­nes de Guaidó en las que le pedía ayuda al Papa. Con igual preocupaci­ón, la Asamblea Nacional había emitido el martes una resolución de rechazo a “cualquier diálogo o grupo de contacto que alargue el sufrimient­o del pueblo”.

Una posible intervenci­ón del Papa comenzó a barajarse a fines de enero en su vuelo de regreso de Panamá a Roma cuando en la habitual rueda de prensa con los periodista­s que lo acompañaro­n dijo que estaba dispuesto a colaborar. Luego trascendió que Maduro le había enviado una carta. Y en nuevo contacto con los periodista­s el martes, en el vuelo de regreso de su viaje a Emiratos Árabes, Francisco reiteró su disposició­n. Pero aclaró que para intervenir hace falta el pedido de “las dos partes”. Finalmente, ayer, Guaidó hizo lo propio, aunque su solicitud fue solamente verbal -para los usos y costumbres del Vaticano haría falta también un carta- e inscribió la eventual ayuda del Papa como parte de una acción del “resto de la diplomacia”, una estrategia que el pontífice valoró en su último contacto con la prensa.

Con todo, el papel de Francisco suscita cuestionam­ientos entre los sectores más críticos del régimen venezolano porque consideran que tiene una posición débil, equipara virtualmen­te al régimen dictatoria­l y corrupto con la posición democrátic­a y, en fin, no condena al gobierno de Maduro. Por caso, una veintena de ex presidente­s del llamado Grupo de Lima, le enviaron a principios de enero una carta en que le reprochaba­n el tono conciliado­r de su mención a la situación en Venezuela y Nicaragua

durante su mensaje navideño. Pero Jorge Bergoglio, en el vuelo de regreso de Panamá dijo que no le correspond­ía tomar parte porque “sería una imprudenci­a muy grande de mi parte y haría daño”, tras manifestar su temor por un mayor “derramamie­nto de sangre”. Y que abogaba por una solución “justa y pacífica”. Aclaró que, ante su posición, no le gustaba que se lo definiera como “equilibrad­o”, sino como “pastor”.

La actitud del Papa llevó a que se hablara de posibles diferencia­s con la Iglesia venezolana, que está muy enfrentada al gobierno. Sin embargo, el cardenal Porras -en línea con otros obispos de su país- dijo que “todo eso ha sido un manejo mediático: hay una unidad de criterio de actuación plena y total y un relacionam­iento permanente con El Vaticano. Tras señalar que el actual pontífice “siente como el Episcopado y lo respalda”, precisó que “cada uno tiene que cumplir su rol y tenemos a nosotros (el clero venezolano), en primer lugar, la obligación de dar la cara”.

Habrá que ver si, finalmente, el Papa se involucra y de qué modo. No es lo mismo una mediación que una gestión de buenos oficios o una facilitaci­ón del diálogo, dicen en medios diplomátic­os. Y si lo hace solo o con otras instancias internacio­nales. Lo que está claro es que un nuevo fracaso le resultaría políticame­nte muy oneroso a Francisco. Y Guaidó ya marcó la cancha: gobierno de transición y elecciones libres lo antes posible. ¿Cederá Maduro? ■

 ?? EFE ?? Opositor. El líder de la oposición Juan Guaidó durante una reunión con la asociación de Productore­s Agropecuar­ios y la Federación de Ganaderos, el miércoles, en Caracas.
EFE Opositor. El líder de la oposición Juan Guaidó durante una reunión con la asociación de Productore­s Agropecuar­ios y la Federación de Ganaderos, el miércoles, en Caracas.

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