Italia apoya a los “chalecos amarillos” y desata una crisis con Francia
El vicepremier italiano se reunió con líderes del grupo anti Macron. París llamó a consultas al embajador en Roma.
Una reunión entre el vicepremier de Italia, Luigi Di Maio, y un grupo de “chalecos amarillos” en París desató una nueva crisis diplomática que llevó ayer a Francia a llamar a consultas a su embajador en Italia.
Di Maio, líder del antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5S), se reunió el martes con un portavoz del grupo francés que pide la renuncia del presidente Emmanuel Macron. Las autoridades francesas consideraron un día después que aquello fue una “provocación inaceptable entre países vecinos y socios en el seno de la Unión Europea”. Pero ayer elevaron el tono de su protesta al llamar a consultas a Christian Masset, su embajador en Roma desde septiembre de 2017.
La cancillería francesa destacó que “desde hace meses Francia es objeto de repetidas acusaciones, ataques sin fundamento y declaraciones indig- nantes que todo el mundo conoce y puede recordar” y subrayó que, “desde el final de la guerra, es algo que no tiene precedentes”. Y remarcó: “Esta nueva provocación es inaceptable entre países vecinos y socios dentro de la Unión Europea (UE)”.
Di Maio anunció el martes que se había reunido con miembros del movimiento que presiona a Macron desde diciembre. “El viento del cambio cruzó los Alpes”, señaló el también ministro de Trabajo italiano.
Ayer, tras la protesta de Francia, Di Maio dijo que el encuentro fue “legítimo” y reivindicó su “derecho” a dialogar con otras fuerzas políticas que “representan al pueblo francés”.
El apoyo de Di Maio a los “chalecos amarillos” no es nuevo: el 7 de enero, cuando las protestas en París eran masivas ya los había llamado a “no rendirse” porque una “nueva Europa” estaba “naciendo”.
La secretaria de Estado francesa de Asuntos Europeos, Nathalie Loiseau, pidió que Roma no se entrometiera en asuntos internos, pero el líder del M5S, que gobierna en coalición con la ultraderechista Liga de Matteo Salvini, no se echó atrás.
Francia “quizás se olvida de cuando su presidente, Macron, hablando de nuestro gobierno, nos comparó con la lepra”, escribió Di Maio en Facebook. Su partido, que forma parte del grupo Europa de la Libertad y la Democracia Directa en el Parlamento Europeo, está inmerso en la búsqueda de alianzas ante los comicios europeos del 26 de mayo, y la reunión del martes con los “chalecos amarillos” se enmarcó en esa iniciativa.
Para las autoridades francesas, fue la gota que colmó el vaso: “Todos estos actos crean una situación grave que cuestiona las intenciones del gobierno italiano de cara a su relación con Francia”, indicó el Ministerio de Exteriores en una declaración oficial. “Tener desacuerdos es una cosa e instrumentalizar la relación con fines electorales es otra. ”, agregó.
La guerra de palabras entre Roma y París comenzó poco después de que el M5S y los partidos de extrema derecha de la Liga ganaran las elecciones italianas y formaran un gobierno de coalición en marzo pasado.
Eñ presidente francés esperaba ver emerger un gobierno que apoyara sus proyectos de reforma de la Unión Europea. Pero en su lugar ganaron los euroescepticos, los antisistema y los ultraderechistas.
En junio de 2018 Macron criticó el “cinismo e irresponsabilidad” del nuevo gobierno italiano después de que éste se negara a permitir que los botes de rescate con migrantes a bordo atracaran en puertos italianos y comparara el ascenso del nacionalismo de extrema derecha con la “lepra”.
Salvini, a su vez, dijo recientemente que espera que el pueblo francés se libere muy pronto de Macron, al que tachó de “pésimo presidente”.
Salvini, también vicepremier y ministro del Interior italiano, intenta organizar un frente europeo de extrema derecha contra los proeuropeos, entre los cuales figura Macron.
Por su parte, el canciller italiano, Enzo Moavero Milanesi, pidió al jefe del Ejecutivo, Giuseppe Conte, que “examine con la máxima atención” la decisión de París de llamar a consultas a su embajador. ■
“Esta provocación es inaceptable”, se quejó París, tras la reunión de Di Maio y los chalecos.