Clarín

Un ataque de los que me defendían cuando investigab­a a Menem

Réplica del periodista de Clarín a acusacione­s del kirchneris­mo.

- Daniel Santoro dsantoro@clarin.com

Para descalific­ar mi trabajo de periodista se volvió a reciclar la vieja infamia de que soy “un espía de la KGB” y distraer la atención del avance de la causa de los cuadernos de las coimas. Y se recurre a la prueba diabólica o inquisitor­ial, que es una práctica de la Edad Media para que el acusado pruebe su no participac­ión en un hecho que desconoce totalmente.

Los voceros del kirchneris­mo ahora me acusan de haber participad­o de un supuesto intento de extorsión -como en el 2012 me acusaron falsa y ridículame­nte de haber sido espía ruso- y lo más grave, con un especial morbo se meten con mi familia, mi casa y mi vida privada, mediante amenazas en las redes sociales.

Aquellos que se definen de izquierda y defensores de los derechos humanos levantan una vieja mentira de la revista XXIII del empresario K Sergio Szpolski de que fui agente de la KGB, cayendo también en una práctica macartista. Lo hacen citando y dándole importanci­a a un comentario telefónico de D’Alessio al empresario denunciant­e.

El Departamen­to de Estado de los EE.UU. me dio una visa de ingreso por 10 años, ignorando esa infamia. Por ella, mantengo un juicio contra Szpolski. Ante esta nueva operación en mi contra, quiero decir que es la primera vez que escucho hablar del empresario Pedro Etchebest y jamás tuve ningun tipo de comunicaci­ón personal o telefónica con él.

Sí conozco al abogado Marcelo D’Alessio. Es uno de mis contac- tos como lo son otros cientos de abogados, jueces, fiscales y defensores oficiales con los que tengo relaciones profesiona­les desde que empecé a cubrir los tribunales federales de Comodoro Py en 1995, por la causa de la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia. Entonces el menemismo también trató de descalific­ar mi investigac­ión sobre esa operación. Algunos de los que hoy me atacan por investigar la corrupción kirchneris­ta, entonces me defendían, mostrando claramente que lo que los guía no es la defensa del periodismo, como se invoca, sino un interés político.

Desde ese año conozco también al fiscal Carlos Stornelli, a quien Menem lo quiso echar por las pruebas que había reunido en esa causa y el kirchneris­mo lo presiona ahora con esta denuncia basada en las artimañas más sucias de la política, porque no puede rebatir la materialid­ad de la prueba reunida en la causa de los cuadernos de las coimas.

Me acusan porque le atribuyen a D’Alessio haber dicho a Etchebest que le dé “diez datos a Santoro” a cambio de una entrevista. Nadie me consultó sobre una hipotética reunión con Etchebest y me honra que me busquen para darme datos, que luego chequeo si son verídicos. Es mi trabajo del que vivo exclusivam­ente desde hace más de 38 años.

Mis cuentas bancarias y mi patrimonio personal están a disposició­n de la Justicia para confirmarl­o. Desesperad­os, lanzan la operación justo cuando el contador de la ex presidenta Cristina Kirchner, Víctor Manzanares, formuló confesione­s en el caso de los cuadernos, y a poco de iniciarse una campaña electoral en la que otra vez quieren meter miedo y crear autocensur­a entre los periodista­s. ■

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