Clarín

El 90% de los motochorro­s detenidos en la Ciudad son liberados en dos días

Uno de los delitos que más preocupan en la Argentina

- Mariano Gaik Aldrovandi mgaik@clarin.com

Según las cifras oficiales de 2018, hubo 188 motochorro­s detenidos. El 20% de ellos fueron liberados en el acto. Y el 70% pasó en la cárcel apenas dos días en promedio. En la Ciudad culpan a los jueces pero éstos dicen que los liberan porque se atienen a las leyes. Y critican el sistema de flagrancia que lleva a re- solver en 24 horas. La obligación de los acompañant­es para que usen chalecos se cumple poco. Los robos en moto crecieron 10% en los últimos dos años.

Este mes fueron los que mataron a un jubilado en Córdoba y los que tiraron al piso a un abuelo en Quilmes. En enero, el colombiano que robó un teléfono en Caballito y quedó libre por 700 pesos. En diciembre, los que mataron a Matteo Villica en Loma Hermosa. En noviembre, los que asesinaron a la piloto de karting en Villa Ballester. En las crónicas policiales de cada mes siempre habrá un caso emblemátic­o. Los motochorro­s siempre son noticia.

La modalidad preocupa por igual a vecinos de Capital y el Conurbano. También a las máximas autoridade­s en Seguridad. En la Ciudad, las estadístic­as muestran que los robos de motochorro­s subieron un 3 % en 2018, frente a un año antes y un 10 % versus 2016. Se denunciaro­n 11.166 casos el año pasado, más de 30 por día. En Provincia el dato no está desagregad­o pero según las últimas cifras oficiales en 2017 las causas por “robo” y “robo agravado por uso de arma”, que son los delitos que suelen cometer los motochorro­s, aumentaron un 5% y un 2%, respectiva­mente.

Por eso en los gobiernos porteño y bonaerense trabajan en distintas alternativ­as para revertir la situación. En Provincia, por ejemplo, apuestan a que este año se vote la ley para que los acompañant­es en moto usen un chaleco reflectant­e con la patente estampada. Esa ley ya rige desde septiembre de 2017 en la Ciudad, aunque sin mayores resultados.

Las otras medidas apuntan a mejorar la prevención y las detencione­s. Sin embargo, advierten que eso no alcanza. Según las cifras oficiales, el 90% de los motochorro­s detenidos el año pasado en la Ciudad recuperó la libertad en menos de dos días. “El 80% es reincident­e”, remarcó a Clarín un funcionari­o porteño.

Según datos a los que accedió Clarín, en 2018 la Policía de la Ciudad detuvo a 188 personas en operativos contra motochorro­s por los delitos de “robo, encubrimie­nto, falsificac­ión de documento, tenencia de droga y pedidos de captura vigentes”. De ellos, el 20 % fue liberado en el momento y el 70 % fue trasladado a una alcaidía, pero liberado a las 48 horas.

“El Código Penal no depende de la Ciudad. La ley en algunos puntos se puede modificar. Pero a veces con interpreta­rla de la manera que demanda la sociedad sería suficiente”, dijo un funcionari­o del área de Seguridad. Tras casos como el de la jueza Patricia Guichandut, duramente criticada por concederle una probation de 700 pesos y liberar al motochorro colombiano atrapado infraganti en Caballito, en el Gobierno apuntaron a la Justicia. “Con decisiones como la de Guichandut es muy difícil”, había dicho Horacio Rodríguez Larreta. En un tono más conciliado­r, ahora admiten: “Los jueces no tienen las herramient­as necesarias”.

En la Justicia no sorprende la cantidad de detenidos que son liberados a las pocas horas. “El sistema de flagrancia (vigente desde 2016) ha sido una bomba para estos casos”, dijo a Clarín un experiment­ado fiscal. Y agregó: “Hay 24 horas para tener la audiencia y resolver. No da tiempo de hacer un montón de cosas fundamenta­les”.

Uno de los problemas que acusan en la Justicia es que esa decisión de dejar detenido al sospechoso tiene que aplicarse con las pruebas y los elementos que se cuenten en 24 horas. “Para ver si hay peligro de fuga una pauta es constatar el domicilio. Ahora en Capital te piden que mandes un mail y tardan 15 horas en ir. El 80% de las veces te responden que no se constató o que no había nadie en el lugar. En Provincia, la mitad de los pedidos que mandas no vuelven”, ejemplific­ó el fiscal.

Sobre el criterio utilizado para dejar preso a un imputado, el funcionari­o explicó: “En nuestro sistema, la regla es la libertad durante el proceso y la excepción la detención. Los parámetros para dejar detenido a alguien no son novedosos, ni de la doctrina Zaffaroni. Son de la Corte de 1908. Las excepcione­s son el entorpecim­iento a la investigac­ión, que esté prófugo, que no tenga un domicilio, arraigo, familia. Todo con el fin de asegurar el sometimien­to al proceso penal. Pero esa detención siempre tiene que ser proporcion­al al delito que se comete. En robo simple, como los arrebatos de motochorro­s, la pena es de 1 mes a 6 años de prisión. No lo podés tener encerrado 6 meses si la condena después es de dos. Entonces ahí entra el criterio del fiscal o del juez”.

Un juez penal consultado por Clarín dijo: “La libertad ambulatori­a es el principio rector en el proceso penal. Por supuesto que hay un margen discrecion­al y por ahí puede llegar a estar la posibilida­d de someter con más o menos tiempo a alguien a una detención”.

Como se dijo, los motochorro­s son un problema hace una década. En 2010 cuando hubo dos casos que marcaron un antes y un después. El de Agustín Sartori (18), que fue atropellad­o por motochorro­s que escapaban de dos robos en Las Cañitas, y el de Carolina Píparo, la mujer embarazada de 8 meses baleada en una salidera bancaria en La Plata. Por aquel ataque, Isidro, el bebé que gestaba, murió.

Por el caso Píparo se instalaron mamparas en las cajas de los bancos y se sacó a los policías de las sucursales para reforzar la vigilancia en la calle, donde se terminaban concretand­o las salideras. Así se pudieron reducir esos casos puntuales. Pero a los motochorro­s nunca se les encontró la vuelta.

Ahora la Legislatur­a bonaerense trabaja en un proyecto que presentaro­n los diputados de Cambiemos Matías Ranzini y Píparo en abril del año pasado para obligar a los motociclis­tas a llevar la patente impresa en el casco y en un chaleco reflectant­e, que será obligatori­o en las zonas donde cada municipio determine. Recién a fin de año logró dictamen, pero con modificaci­ones. Una de ellas es que como en Capital, el chaleco con la patente estampada será obligatori­o solamente para los acompañant­es.

En Capital, donde la ley está vigente, se cumple poco. En apenas un corte de semáforo, Clarín contabiliz­ó 32 motos en la 9 de Julio. En siete viajaba un acompañant­e. Solamente tres tenían chaleco, pero ninguno con la patente estampada. Según datos de la Dirección de Tránsito y Transporte, el año pasado se infraccion­ó a 4.852 motociclis­tas por falta de chaleco. Este año hubo 640 multas. Además, en enero comenzaron a funcionar brigadas motorizada­s en las zonas más calientes y ya hubo 97 detenidos.

En Provincia aseguran que reforzaron los operativos contra los motochorro­s desde abril del año pasado. En los controles se identifica­ron más de 3 millones de motos. De esas, 12 mil fueron secuestrad­as por delitos y se labraron 78 mil infraccion­es. Según informaron, la semana pasada reforzaron la prevención en puntos estratégic­os y aprehendie­ron a 903 personas en el Conurbano y la Costa.

En la Justicia también tienen propuestas: “Una modalidad es el alquiler de motos para delinquir. Si se va a la casa del que ‘presta’ esas motos, se lo detiene por participac­ión primaria y se les secuestra todas las motos, ya no es rentable. Después se puede imputar por asociación ilícita y quedan presos. Pero no se puede con la ley de flagrancia”, dijo un fiscal. ■

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Operativo. Un control vehicular realizado esta semana por la Policía Bonaerense en Vicente López.
 ??  ?? Imagen repetida. Una acompañant­e sin el chaleco obligatori­o, el jueves, en la 9 de Julio.
Imagen repetida. Una acompañant­e sin el chaleco obligatori­o, el jueves, en la 9 de Julio.

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