Clarín

El Gobierno endurece su relación con empresario­s y les reclama por los precios

Tensiones en una economía complicada

- Silvia Naishtat snaishtat@clarin.com

El ministro de Producción, Dante Sica, dijo que “muchos son socios de los sindicatos; avalan aumentos y los trasladan” a los precios. Y, en la misma línea, agregó que “luego se dan vuelta y piden beneficios fiscales”. Además, los acusó de mantener alto el empleo en negro y de favorecer una economía cerrada, con falta de competenci­a y estructura­s oligopólic­as. El discurso marca un cambio en la relación en pleno inicio de la campaña electoral.

Lavagna, en Córdoba Pidió volver al crecimient­o frente a empresario­s de la Fundación Mediterrán­ea.

“Esto es puro piripipí”, dijo con ánimo de ser escuchado uno de los socios del Rotary Club. Su gesto no parecía inocente en un ambiente en el que la mayoría peina canas y se caracteriz­a por la discreción y las buenas costumbres. Logró su objetivo. En el escenario hablaba Dante Sica, que lo escuchó y le respondió en un tono más alto que el habitual, que marca lo que puede ser el nuevo discurso del Gobierno hacia los empresario­s en el año electoral. El ministro de Producción y Trabajo, uno de los más poderosos de esta administra­ción, dijo: “Esto no es piripipí, es gestión”. Y amplió: “Nosotros no hacemos gestión desde una planilla de Excel, la hacemos con diálogo, en la construcci­ón de consensos difíciles ”.

Sica fue ayer al mediodía el orador estrella del almuerzo mensual del Rotary que, como pocas veces, colmó el salón más amplio del Sheraton Maipú. Desde el principio, el ministro inauguró otro estilo. Les reprochó a los empresario­s: “Muchos son socios de los sindicatos, avalan cualquier aumento salarial, lo trasladan y luego se dan vuelta y le piden beneficios fiscales al Gobierno”. Algunos leyeron ese mensaje como un dardo dirigido a Roberto Lavagna, apoyado por los gremios y que en Córdoba habló ayer mismo desde la Fundación Mediterrán­ea, el think tank que aglutina a empresario­s del interior, catapultó a Domingo Cavallo y fue fundada por Fulvio Pagani, el fallecido creador de Arcor ( ver más informació­n el página 8).

Consultado­s en la Casa Rosada sobre si se trata de una estrategia, deslizaron que buscan desnudar el discurso de sectores que palmean en privado las acciones del Gobierno y luego las critican en público. “Nosotros no tomamos atajos, elegimos el camino largo y ponemos los problemas sobre la mesa”, soltaron.

Desde el arranque del almuerzo, Sica dio la impresión de saber que no la tenía fácil. Bromeó que estaba en una situación inestable por el atril que le habían colocado que a todas luces tambaleaba.Y en una presentaci­ón tan generosa en datos como reveladora acerca de la responsabi­lidad de la dirigencia política y económica de lo que pasó durante las últimas décadas, dijo que la secuencia hace que la economía esté estancada: “En los últimos 30 años no creció el PBI per cápita, se vivieron 8 recesiones y la moneda perdió 13 ceros. En los 90 el crédito alcanzó al 22% del PBI y en 2015 se derrumbó al 9%. Es el efecto de una política económica mediocre. No se puede generar un mercado de empleo dinámico que se encuentra paralizado y con un piso de casi 30% de desempleo informal. Por eso persiste la pobreza”, disparó.

Reflexionó acerca de la economía cerrada, la falta de competenci­a y la estructura oligopólic­a: “En los países desarrolla­dos el componente importado de las exportacio­nes llega a 45% y aquí oscila entre el 14 y el 17%. Tenemos acuerdos de libre comercio solo con el 9% del PBI mundial y aspiramos legar al 50% en 2030”.

Y hasta habló del enanismo fiscal en un país en el que el 90% de la re- caudación depende de 200.000 personas.

Para Sica la clave pasa por mejorar la competitiv­idad de manera que se pueda crear empleo. Y en su visión, para ser más competitiv­os, hace falta una economía más abierta, estable y un acuerdo con los políticos para una consistenc­ia fiscal y monetaria.

La periodista Clara Mariño, con el rol de interrogar­lo, le preguntó hasta cuándo iban a seguir las altas tasas y recordó a Luis Pagani, presidente de Arcor, quien dijo que “este nivel de tasas nos está matando”.

Respondió Sica: “Este es un año particular de incertidum­bre política, la tasa alta tiene que seguir hasta estabiliza­r la macroecono­mía, sino fuera año político probableme­nte los tiempos podrían ser menores”.

Acerca de las paritarias, aventuró que no habrá negociacio­nes conflictiv­as. “Hay una percepción por parte de los trabajador­es y los sindicatos que estamos saliendo de una crisis importante, no veo una inestabili­dad que justifique negociacio­nes trimestral­es, se puede cerrar una negociació­n anual con revisión semestral”.

¿Por qué seguimos perdiendo la batalla contra la inflación?, se insistió ante Sica. Señaló: “El promedio de inflación anual de los últimos 50 años fue de 60 a 70%. La economía cerrada generó un proceso de inflación continuo. Para bajarla hay que tener una consistenc­ia macroeconó­mica que es un trabajo de todos los días, en el que debe compromete­rse la clase política”.

Al final aplaudiero­n entre otros, Guillermo Hunt (Techint), José Urtubey (Celulosa), Ubaldo Aguirre (Holcim), Martín Cabrales (Cabrales), Adolfo Grobocopat­el (Los Grobo), Amadeo Vazquez, Felipe de la Balze, Luis Ovsejevich, Guillermo García Rosas y Juan Pablo Maglier.

Los procesos de ajuste son dolorosos y llevan más tiempo de lo que uno puede estimar. Las tasas afectan al sector productivo”.

Hasta el propio Presidente reconoció que pensábamos bajar la inflación con mayor rapidez, estamos en una batalla cultural”.

Las retencione­s a las exportacio­nes se pusieron en marcha para estabiliza­r la economía de manera temporal”.

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Desde el atril. Dante Sica tuvo un cruce cuando escuchó la palabra piripipí durante el almuerzo del Rotary.

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