Últimas postales del verano
Son retratos todos de personajes conocidos. Algunos que perdieron el tren y quedaron en la vía, como el gardeliano Moreno, claro sin la pinta de Gardel. O los hermanos Rodríguez Saá, que hicieron carrera y plata juntos y se pelean de viejos. También están Bauer, autor de un estropicio del que nadie quiere hacerse cargo y Dujovne, atacado por una repentina fiebre triunfalista. Y por último, los jueces de Comodoro Py que le escaparon en masa al discurso de Rosenkrantz y al lugar en el fondo que les dio el presidente de la Corte.
• “¡ Que no canten! ¡Que los compañeros no canten!”, implora casi gritando Moreno a la esposa de Julio De Vido en un diálogo captado por una escucha judicial. Cantar es confesar. Cantar es decir la verdad. Y el que canta es un traidor, dice tácitamente Moreno. ¿Traidor a quién? A sus cómplices. Omertá, ley del silencio.
El problema es que muchos compañeros ex funcionarios ya han cantado. También, empresarios arrepentidos y en busca de serlo para aliviar su situación. El más esperado es Víctor Manzanares, el contador de los Kirchner que Bonadio demora inexplicablemente.
Manzanares confesó que arregló con peritos de la Corte la declaración jurada del matrimonio. Con ese dibujo, el ex juez Oyarbide los absolvió en tiempo récord por enriquecimiento ilícito. Fue en 2008, cuando lograron atravesar la crisis financiera haciendo negocios a lo grande. Hay un sumario en la Corte por ese peritaje trucho y una posibilidad grande de que la causa contra Cristina se reabra y sus bienes puedan ser confiscados.
• Los que siempre actuaron con omertá fraternal fueron los hermanos Rodríguez Saá, que controlan San Luis desde el 83. Se han sucedido el uno al otro en la gobernación y siempre fueron ejemplarmente unidos para silenciar el modo en que se enriquecieron.
Hasta ahora eran uno. Los separó una pelea por plata, por poder y por una mujer. El Adolfo, como le gusta hacerse llamar, presidente por unos días y gobernador desde el 83 al 2001, fue expulsado del PJ por Alberto, gobernador del 2003 al 2011 y de nuevo desde el 2015, acusándolo de robarse $14 millones.
Moreno y el ¡no canten! El video de Cristina. Los jueces. Dujovne. Los Saá, hermanos desunidos.
• Todo el mundo le escapó como en la mancha venenosa al video lacrimógeno que Cristina mandó a hacer para anunciar el viaje a Cuba para visitar a su hija enferma. Ahora se sabe quién es el culpable: Tristán Bauer, ex funcionario y cineasta militante preferido de Cristina. Lo que no se sabe o no se sabe del todo es si se le ocurrió a él o fue por pedido de Cristina. Viendo el resultado, convendría a Bauer que el engendro hubiese sido a pedido.
Tampoco se sabe si es pura inspiración propia o un encargo de Peña y Durán Barba el último descubrimiento de Dujovne. “Estamos muy tranquilos con el esquema que tenemos”, dijo sobre el dólar. Y “estamos en una situación claramente mejor”, dijo sobre la economía. Sólo le faltó la música de Bauer.
• Apenas 2 de los 12 jueces federales escucharon a Carlos Rosenkrantz: Casanello y Rafecas, de los más K de Comodoro Py. Y tuvieron que escucharlo desde el fondo de la sala. Otro, Torres, quiso sentarse adelante como hacían con Lorenzetti y como no pudo, se fue. Casi todos tienen una historia común con Lorenzetti. Sorprendió sobre todo el faltazo de Ercolini. También faltaron jueces del Contencioso Administrativo ligados al ex operador K Javier Fernández. A Rosenkrantz lo quisieron dejar solo y al final lo ayudaron. ¿Y qué pudo haberlos espantado además del nuevo lugar que les dieron? La admisión de Rosenkrantz de que la Justicia perdió prestigio y necesita renovarse.