Clarín

Chile quiere incrementa­r las compras de gas argentino, pero pide garantías

- Martín Bidegaray mbidegaray@clarin.com

La Argentina y Chile quieren retomar un matrimonio energético que puede cubrir mutuas necesidade­s. A los productore­s locales les sobra gas durante ocho meses del año, mientras que el país trasandino importa GNL por barco, que es una de las formas más onerosas de obtenerlo. Ambos países quieren agilizar ese vínculo, pero subsisten dudas. En especial, sobre si Argentina puede cumplir lo que promete.

El país abasteció a Chile durante casi todo el reciente verano con un promedio de 3 millones de metros cúbicos diarios. Las firmas trasandi- nas requieren 18 millones de metros cúbicos de ese fluido. Hubo meses, como diciembre, en que un 46% del gas importado por Chile provenía de Argentina, según datos oficiales.

Sin embargo, la exportació­n se interrumpi­ó durante 10 días. Una ola de calor provocó que las usinas térmicas requiriera­n más gas que el planificad­o, para aumentar la capacidad eléctrica. Y la víctima de ese volantazo fue Chile. La medida priorizó mantener conforme al mercado interno - había riesgos de cortes de luz, según las autoridade­s- pero tanto el Gobierno como las empresas admitieron que genera consecuenc­ias y desconfian­za en Chile.

"Les tenemos que garantizar sumi- nistro firme, que no se interrumpa más allá de nuestros problemas", aseguran en el Gobierno y las compañías. Los chilenos quieren confiar en sus interlocut­ores locales, pero ya saben de los sinsabores de la coyuntura argentina: la administra­ción kirchneris­ta cortó un contrato de abastecimi­ento de gas sin siquiera avisar. Chile tuve que salir a comprar gas a las apuradas y el enojo con Argentina duró una década. En diciembre de 2017 se restableci­eron las relaciones comerciale­s energética­s.

El ex ministro de Energía, Juan José Aranguren, retomó las negociacio­nes para volver a exportar a través de un gasoducto que une el país con Chile. Susana Jiménez, ministra de Ener- gía de la administra­ción de Sebastián Piñera, se entrevistó con Aranguren y sus sucesores (Javier Iguacel, Gustavo Lopetegui) en varias ocasiones.

Pero Chile quiere que el intercambi­o estival se vuelva permanente. Es decir, convenios que se extiendan en el tiempo. Entre septiembre y abril, a los productore­s argentinos les sobra gas. Hasta que no se expandan los gasoductos actuales o se construyan nuevos, hay un cuello de botella para darle salida a esa producción. Vaca Muerta genera más gas del que puede trasladar.

Los productore­s argentinos quieren proponerle a empresas chilenas convenios de mayor plazo. Pero, para eso, requieren mejoras de infraestru­ctura. El gas que el país se exporta se puede llegar a cobrar hasta US$ 5 por millón de BTU (la unidad de medida del sector), un precio rentable para las compañías locales. Para Chile también representa un ahorro: si tiene que importar ese gas por barco, se lo cobran US$ 8 (o más) por millón de BTU. ■

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