Cadena perpetua para el ex líder serbio Karadzic por el genocidio en Bosnia
Se aumentó la pena que cumplía por la masacre de musulmanes en Srebrenica y el cruento sitio a Sarajevo.
A más de dos décadas de la cruenta guerra de los Balcanes, que fragmentó la región, algunos de sus personajes más siniestros siguen transitando por los tribunales. Es el caso del líder serbobosnio Radovan Karadzic, a quien la justicia internacional elevó ayer a cadena perpetua su condena por el genocidio de Srebrenica y el sitio de Sarajevo, dos de las masacres más horrendas cometidas en Europa después de la II Guerra Mundial.
El ex presidente de la República deSrpska ya cumplía una penade 40 años, pero había apelado aduciendo que ese juicio se había fundado en “rumores y tergiversaciones”. Sin embargo, el Mecanismo para los Tribunales Penales Internacionales (MTPI), que reemplazó al Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) tras su cierre en 2017, decidió aumentar el castigo a perpetua por “la magnitud y crueldad sistemática” de sus crímenes.
El veredicto fue recibido con alegría por familiares de víctimas, que horas antes de la lectura de la sentencia colocaron fotografías de sus seres queridos delante del tribunal, mientras que Karadzic se mostró inmutable en todo momento.
Karadzic, de 73 años, ex presidente de la entidad de los serbios de Bosnia, la Republika Srpska, fue condenado por persecuciones, asesinatos, violaciones, tratos inhumanos y transferencias forzadas durante el asedio de casi cuatro años de Saraje- vo, en el que murieron 12.000 personas. También fue responsable del genocidio de Srebrenica, donde fueron ejecutados casi 8.000 hombres y jóvenes musulmanes.
En total, unas 100.000 personas murieron y 2,2 millones quedaron sin hogar durante los combates que se libraron en Bosnia entre 1992 y 1995, oponiendo a musulmanes, serbios y croatas. Tras la muerte durante su juicio del ex presidente serbio Slobodan Milosevic, en 2006, Karadzic era el más alto responsable en rendir cuentas por la guerra en Bosnia.
En 2017, el TPIY condenó a cadena perpetua por cargos similares al hombre que cumplía las órdenes de Karadzic, el general Ratko Mladic, a quien se conocía como “el carnicero de los Balcanes”.
El fiscal general del MICT, Serge Brammertz, dijo que estaba muy satisfecho con el veredicto porque “no sólo se han confirmado los crímenes cometidos en el sitio de Sarajevo o la campaña de limpieza étnica, sino que también se aceptó nuestra solicitud de aumentar la pena a perpetua”.
El fiscal no eludió la polémica con Serbia. “Imagino que algunos seguirán diciendo que se trata de una condena contra el pueblo serbio, pero el único condenado hoy es Karadzic por su responsabilidad penal”.
Ayer ya hubo una señal en ese sentido. El presidente del Parlamento del ente serbio de Bosnia-Herzegovina, Nedeljko Cubrilovic, criticó la sentencia y afirmó que el tribunal pretende “declarar a los serbios y sus líderes como culpables exclusivos de la guerra civil en Bosnia-Herzegovina”. Es más, indicó que no ha contribuido a la reconciliación en los Balcanes, sino que “ha profundizado la brecha entre los pueblos” al asegurar que no han sido juzgados muchos crímenes cometidos contra serbios.
La herida que dejó la guerra está aún muy fresca y sigue provocando algunas fricciones. “Desde hace mucho tiempo Serbia niega los crímenes de guerra y su visión sobre la guerra en Bosnia no cambió. Por el contrario, la situación incluso se deterioró considerablemente”, explicó Izabela Kisic, directora ejecutiva del Comité de Helsinki para los derechos humanos en Serbia.
Croacia, otro de los países afectados por esa guerra fratricida en la ex Yugoslavia, celebró la condena a Karadzic. “Fue uno de los principales ideólogos y ejecutores de la política de la ‘Gran Serbia’, que recurrió incluso al genocidio y otros graves crímenes internacionales contra los croatas y bosnios”, subrayó la presidenta croata, Kolinda Grabar-Kitarovic. ■