Clarín

Se casó y a los 20 días intentó asesinar a su marido para quedarse con sus bienes

Dijo que lo encontró colgado de un cable y que se trataba de un suicidio fallido. Pero la víctima despertó del coma y reveló que había sido atacado a golpes por su esposa y una ex pareja de ella. Investigan si la acusada estafó a jubilados a los que cuida

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Cuando en el Registro Civil de Quilmes el Juez de Paz dijo “los declaro marido y mujer” todos pensaron que la novia lloraba de emoción. Se equivocaba­n. La boda de “Edu y Eli” fue el 15 de febrero, un día después del comercial Día de San Valentín. No hubo ceremonia religiosa pero sí souvenirs de vidrio con la foto de la pareja y una fiesta sencilla en su casa con amigos y familiares sólo del lado de la flamante esposa. Es que su marido estaba alejado de sus parientes, ni siquiera tenía teléfono y toda su vida la centraliza­ba su mujer.

Lo que no sabía Eduardo Ramírez (44) por entonces era que la felicidad junto a Leonor Elizabeth Báez (50) no le duraría ni un mes. Es más, a 19 días de casados, él terminó internado por un supuesto intento de suicidio. Para ese momento apenas hablaba con su esposa durante la cena.

Pasó una semana en coma en el hospital de Quilmes y, cuando despertó, contó la cruda y dolorosa verdad. Denunció que lo había querido matar su esposa con ayuda de su amante, un ciudadano paraguayo que, al igual que “Eli”, ahora está preso y acusado de intento de homicidio. La sospecha es que la mujer quiso heredar los bienes de Eduardo. Además, se investiga si la detenida realizó otras maniobras siniestras con jubilados a los que cuidaba.

El intento de homicidio ocurrió el 6 marzo, cerca de las 20. Eduardo estaba cerrando la persiana de su gomería de calle 853 y Avenida Mosconi, en Villa La Florida, Quilmes, para irse a su casa a cenar. En ese momento vio venir a Leonor, su esposa, con quien habían discutido por la mañana. “Enseguida voy”, le dijo. Serían sus últimas palabras en una semana.

“Ella lo aisló de la familia y él siempre fue tan bueno que nos enteramos que se había casado el día que nos avisaron que estaba internado porque había querido suicidarse. Pero para nosotros era imposible que se hubiera querido matar y se lo dijimos a los investigad­ores. Tuvo un Dios aparte”, le dice a Clarín Celeste, una de las cinco hermanas que tiene Eduardo y que ahora no se le despega de su lado.

Fue la familia de Eduardo, esa que no lo veía desde que se había juntado con Leonor y que en ese tiempo sólo se podía comunicar con él por el celular de su mujer, la que comenzó a sospechar de todo mientras el hombre seguía inconscien­te e internado. Esas dudas llegaron hasta los investigad­ores.

Mientras tanto, la abnegada esposa, la que lo había encontrado colgado en la gomería ese 6 de marzo, la que lo había bajado de la soga mortal, la que había llamado al 911 porque su marido se había suicidado y la que se desa-

La víctima se había aislado de sus familiares, a quienes no les había contado sobre la boda.

yunó que el hombre no estaba muerto cuando llegaron los médicos al local, daba indicacion­es precisas a las enfermeras para que no dejaran in

gresar a nadie a la habitación del hospital donde su marido seguía en coma.

Luego, cuando los familiares de Eduardo comenzaron a sospechar, dejó de ir al hospital e hizo un llamado que puso la lupa sobre ella: se comunicó con una de las hijas de Eduardo, le aclaró que ella nada había tenido que ver con lo que le había pasado a su papá. A la chica eso le sonó extraño, y así se lo hizo saber al fiscal Ariel Rivas de Quilmes, encargada de la investigac­ión del caso.

La causa daría un giro cuando Eduardo se despertó del coma y contó lo que había pasado ese 6 de marzo en el que todos, menos sus familiares, creyeron que se había querido suicidar. “Dijo que su mujer lo tomó del cuello y le dio un golpe en la cabeza. Luego, recordó que se despertó en el interior de la gomería y otro hombre lo volvió a golpear. Después de eso, no se acuerda de nada más”, confiaron fuentes del caso a Clarín.

La hipótesis de los investigad­ores es que mientras Eduardo cerraba el local, su esposa lo desmayó de un golpe y en compañía de su cómplice, Higinio Ocampo Morales -un indigente que había sido pareja de “Eli”- lo entraron a la gomería, lo volvieron a golpear cuando se despertó y armaron las escena del suicidio.

“El hombre no tenía surco de ahorcamien­to y ni siquiera lo colgaron. Creemos que lo intentaron ahorcar con las manos y, cuando pensaron que estaba muerto, llamaron a la Policía para contar su versión de la historia”, explicaron las fuentes consultada­s.

La hipótesis principal de los investigad­ores es que el móvil del intento de homicidio fue quedarse con dos propiedade­s de Ramírez, la explotació­n de la gomería y una camioneta Ford Ranger que habían comprado hacía muy poco.

Celeste, la hermana de Eduardo, sospecha que “Eli” se habría quedado con propiedade­s de las personas mayores que cuidaba: “Tiene tres casas y nunca trabajó en su vida”.

Por lo pronto, la Justicia investiga si los detenidos estuvieron vinculados a la muerte de un jubilado al que la sospechosa cuidó durante 2018 en La Plata, a quien incluso le cobraba la jubilación. También si una propiedad que tiene a su nombre en Berazategu­i la obtuvo con alguna maniobra delictiva similar.

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Cómplice. El ex de Báez habría participad­o del intento de homicidio.
 ??  ?? Otros tiempos. Leonor Báez y Eduardo Ramírez, el día de la boda.
Otros tiempos. Leonor Báez y Eduardo Ramírez, el día de la boda.
 ??  ?? Complicada. La acusada por el ataque, durante su detención.
Complicada. La acusada por el ataque, durante su detención.

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