Trump celebró el Día de la Independencia con tanques y un discurso nacionalista
El presidente fue protagonista, alterando todos los precedentes. Críticas por darle al acto un perfil político.
El presidente Donald Trump se dio el gusto y tuvo su fiesta especial para celebrar el Día de la Independencia de Estados Unidos y pronunciar un discurso de fuerte sesgo nacionalista, decorado con marchas militares y blindados en las calles.
El mandatario se convirtió en protagonista de un desmesurado espectáculo en el corazón de Washington, montado a pesar de las críticas que recibió por apropiarse de un evento que hasta ahora se mantuvo apolítico, algo que todos los anteriores mandatarios habían respetado.
Trump, que ya lanzó su campaña para la reelección en 2020, utilizó el acto para dar un fuerte discurso nacionalista donde calificó a Estados Unidos como “la Nación más excepcional en la historia del mundo”. “Para los norteamericanos nada es imposible. Como en la Luna, pondremos la bandera en Marte”, apuntó.
En otro tramo, afirmó que los estadounidenses “compartimos un patrimonio extraordinario. Juntos, somos parte de una de las mejores historias jamás contadas: la historia de EE.UU.”. Cada tanto, el discurso se interrumpía para pasar marchas militares y observar a helicópteros pasando en formación sobre los presentes.
El mandatario organizó un 4 de Julio muy diferente a los habituales, con exhibición de tanques militares, sobrevuelo de aviones de combate y un discurso en horario central desde el Lincoln Memorial, un lugar reverenciado por los estadounidenses y erigido en símbolo de unidad.
La Casa Blanca esperaba una gran concentración, pero según la CNN el número asistentes fue mucho menor al esperado. Como siempre, el aniversario de la independencia de EE.UU. incluyó un desfile en la Constitution Avenue, así como el concierto “A Capitol Fourth” en los jardines del Capitolio, con Carole King entre varios artistas, incluidos los Muppets de Plaza Sésamo. Y, obviamente, la velada veraniega se cerró con los tradicionales fuegos artificiales al anochecer.
Pero la fiesta, en la que los presidentes tuvieron hasta ahora un bajo perfil, contó este año con el “Saludo a Estados Unidos” de Trump. El mandatario se dirigió a la Nación desde las escalinatas del monumento a Abraham Lincoln, el mismo lugar desde el cual Martin Luther King pronunció en 1963 su célebre discurso “Yo tengo un sueño”.
Han pasado casi siete décadas desde que un presidente habló en este particular feriado. EE.UU. estaba en guerra en Corea cuando Harry Truman dirigió un mensaje por el 175 aniversario de la firma de la Declaración de Independencia. Fue un hito histórico, que Trump se encargó de barrer. Durante los últimos dos años el magnate ha buscado un momento para organizar una demostración del poderío militar estadounidense.
La decisión de Trump de convertir la celebración en una especie de mitin político generó la reacción de la oposición demócrata, de oficiales militares que sintieron que el presidente estaba utilizando las tropas, e inclusive de sectores republicanos moderados. También cayó mal que, aunque el show fue abierto al público, la sección enfrente de Trump haya estado reservada para invitados VIP, importantes donantes republicanos y también altos jefes militares.
“Ponga tropas allí para que podamos agradecerles, pero deje los tanques para la Plaza Roja”, dijo el general Anthony C. Zinni, un oficial de cuatro estrellas retirado y ex jefe del Comando Central de los Estados Unidos, quien hasta este año sirvió en el equipo de Trump como enviado especial para ayudar a resolver las disputas en el Golfo Pérsico.
Que una festividad históricamente más cívica que militar incluya un discurso presidencial de alto perfil y un despliegue de las fuerzas armadas ha disgustado a muchos. “Necesitamos una defensa nacional fuerte, pero un presidente no debería necesitarla junto a él en un desfile para mostrar su patriotismo”, tuiteó la ex candidata demócrata Hillary Clinton.
También los militares se molestaron por el perfil que tomó el evento. De acuerdo a medios estadounidenses, los uniformados, que por ley no pueden participar en actos políticos, se mostraron preocupados por la politización de la fecha patria. ■