Clarín

Un Tigre para apagar incendios: el ejemplo de liderazgo tras el 0-5

- Adrián Maladesky amaladesky@clarin.com

El sábado 22 de junio Perú perdió 5-0 con Brasil, lo sabemos. Luego Gareca discutió con un periodista en la conferenci­a de prensa y parecía que explotaba todo, también lo tenemos claro. ¿Pero qué hizo el Tigre ante esta combinació­n de incendios que hubiera desestabil­izado a cualquier otro técnico? Los apagó dentro del vestuario, sin flashes. No crucificó a nadie, tampoco intentó salvarse solo. Ayudado por otros resultados, aunque no necesitó demasiado porque quedó como el mejor tercero con cuatro puntos, pasó igual de ronda. ¿El premio? Enfrentar a Uruguay. Sólo tres titulares de la catástrofe no estuvieron entre los once ante el equipo del Maestro Tabárez, quien ya había advertido: “Lo que pasó con Brasil fue un accidente y ahora tienen una nueva oportunida­d, si nosotros la tuviéramos, lo afrontaría­mos con uñas y dientes y creemos que eso va a suceder”. No se equivocó. El central Araujo dejó su lugar para el regreso de Zambrano, habitual titular que había faltado por lesión. Farfán tuvo que abandonar la delegación para ser operado por una grave lesión en la rodilla. El tercero fue Polo, un cambio táctico. Nada más. Sin escándalo.

¿Qué hizo Gareca con el arquero Gallese, protagonis­ta de un blooper tremendo que significó el segundo de Brasil, convertido por Roberto Firmino, y que en el resto del partido pareció no poder reponerse de esa acción? Lo respaldó. Todo lo contrario de lo que Jorge Sampaoli con Willy Caballero tras el error ante Croacia en el Mundial, en una situación similar. Gallese supo retribuir el gesto: le atajó el primer penal a Luis Suárez en la definición, el que marcó la diferencia. Perú se clasificó a la semifinal con bastante fortuna, ya que ante la Celeste no pateó al arco. No era poco: primero había que hacer control de daños, reconstrui­r la autoestima y tratar de seguir compitiend­o.

Luego, once días después de la “humillació­n” ante Brasil, Perú dio un segundo golpe, esta vez jugando un muy buen primer tiempo ante Chile en la semifinal. Y con un Gallese en tres dimensione­s: en la segunda etapa frenó todos los intentos del bicampeón, sobre todo cuando el 2-0 no daba garantías, demostrand­o que es un arquero de jerarquía internacio­nal. El 3-0 final fue exagerado y depositó a Perú en la definición de la Copa, contra todos los pronóstico­s.

Gareca, de más está decirlo, nunca recibió un llamado de un dirigente de la AFA. Es uno de los que no aceptó una propuesta que nunca llegó. ■

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