Leer es un lujo
"Leer es un lujo, un lujo que no es fácil darse", me dice una profesional del libro, uno de esos especímenes que no se sabe cómo leyeron todo pero además vieron todas las series, pueden hablar de todas las películas, tienen dos hijos, pasean al perro y hasta separan la basura. ¿Hablamos de plata? No: en la práctica cualquiera que tenga acceso a Internet o una biblioteca pública a mano puede leer muchísimo gratis. Habla de tiempo, de horas. Los estudios dicen que la mayor parte de la humanidad lee 200 palabras por minutos. Por apurados que estemos, no hay manera de apurarse en esto, simplemente no funciona. "No han podido todavía inventar un chip para que los lectores puedan leer más rápido todo eso que llega ahí", decía el escritor Ricardo Piglia. El tema es que tenemos cada vez menos tiempo para todo, y si el tiempo es más escaso, cada minuto es más caro. Las 200 palabras cotizan en alza, para nuestra desgracia.
El tema también tiene otro costado: "La vida es corta, no hay tiempo para libros malos", me decía la misma profesional. Un lector promedio -calculó el sitio especializado Literary Hub- leerá unos 20 libros por año. Mejor que elija bien: ¿cuántos te quedan? La cruel realidad. Sin embargo, estas preocupaciones de lectores van en contra de las estadísticas. La Encuesta Nacional de Consumos Culturales revela que, en la Argentina, la lectura promedio por año es de 1,6 libros. Pero el 28,6 de los consultados dijo que directamente no leía libros. Y el 47,1 explicó que no lee porque no le interesa. Si la lectura quedaba bien, engalanaba lo suficiente como para mentir un poquito en una encuesta, ahora parece que no da pudor rechazarla de plano. La semana pasada se hizo en el país un Coloquio de Editores, donde se habló de tecnología, de plataformas en los que una cantidad abrumadora de libros están a un click de distancia y por pocos pesos. ¿Será esta una nueva oportunidad para seducir a los indiferentes?