“Puede ser una oportunidad o provocar costos sociales”
Miguel Acevedo. Presidente de la Unión Industrial.
-¿Cuáles son los sectores más sensibles de la industria que podrían verse afectados?
-Por escala, problemas de financiamiento, falta de información, dificultades burocráticas, etc. el mayor desafío lo enfrentaran los sectores con más incidencia de empresas micro, pequeñas y medianas. Las asimetrías existentes entre nuestro país y los de la Unión Europea afectarán más intensamente a los sectores PyME, que fueron los más afectados por inestabilidad y el estancamiento de estos últimos 10 años. El desafío que tenemos por delante es triple, competir en el mercado local con una oferta más amplia de productos importados, intentar acceder a los nuevos mercados que se abren gracias al acuerdo y lograr preservar mercados importantes al interior del Mercosur como el brasileño. Existe el riesgo no sólo de incrementar importaciones desde la Unión Europea, sino también de que Brasil reemplace productos argentinos por otros provenientes de Europa.
-¿Los plazos de adaptación alcanzan? -Argentina cuenta con un entramado industrial denso, resiliente y con una altísima capacidad de adaptación. En este contexto, 10 o 15 años constituyen un período más que razonable para que los sectores que lo necesiten lleven adelante las inversiones y los procesos que este nuevo escenario requiere. Para que sea posible el sector público debe implementar un conjunto de medidas y reformas de manera acelerada. Si el acuerdo entrará en vigencia plenamente en 15 años, el tiempo de que disponemos para lograr los consensos necesarios y llevar adelante las reformas pendientes es mucho menor. Estabilizar la economía y el tipo de cambio, potenciar el mercado financiero y reducir el costo del capital, alcanzar un crecimiento sostenido, fortalecer nuestras instituciones son condiciones de base para impulsar las inversiones necesarias.
-¿Los fondos prometidos por Europa serán suficientes?
-Aún sin conocerse su magnitud, mecanismos de implementación y objetivos específicos, la existencia de fondos y programas especiales que permitan a las PyMEs encarar y financiar el catch-up de competitividad es de suma importancia. Sin embargo, dista de ser el elemento central en este proceso. Para acceder a las potenciales ventajas de este acuerdo lo que necesita el sector productivo es contar con un sistema impositivo que fomente la producción y las exportaciones con alto valor agregado, y con un plan de infraestructura que reduzca los costos de transporte y la logística. -¿Dónde están las oportunidades?
-En la posibilidad de acceder a un mercado de 500 millones de consumidores. Aprovecharlo nos permitiría incrementar significativamente la escala de nuestras fábricas, y dar el salto a nuevos mercados. Para esto Argentina cuenta con un entramado productivo e industrial denso, y con recursos humanos calificados. El país tiene el doble de investigadores por habitante que Brasil y cinco veces más que México, y cuenta con un sistema educativo, científico y tecnológico e instituciones de apoyo que, si bien deben ser potenciados, brindan un buen punto de partida para esta nueva etapa. -¿Cuál es la principal asimetría? -Tenemos el desafío de realizar en 5 o 10 años cambios que el país no logró en décadas. De eso dependerá que este acuerdo redunde en oportunidades o en costos productivos y sociales para Argentina. ■