Detecta promesa engañosa en un spot de campaña
El spot de campaña del Frente de Todos donde se observa una parrilla en desuso desde hace cierto tiempo y a un ciudadano apesadumbrado por no poder invitar a amigos contempla verdades, algunas falsedades e incurre en una promesa engañosa.
Con seguridad que hay parrillas que hace bastante tiempo no se usan, no pocas de los tiempos en que gobernaban quienes hacen la promesa a los votantes que van a volver a utilizarlas (30 por ciento de pobreza en ese entonces). Algunas preguntas... ¿En qué contexto es más probable aumentar el poder adquisitivo en general y usar la parrilla en particular? ¿Cuándo se aumenta la productividad o en el momento en el que se retrae? Productividad que incluye, claro está, también la de la cantidad de cabezas de ganado vacuno. Ambas cosas que sí están ocurriendo ahora: la productividad en crecimiento aunque leve, pero un vigoroso aumento en el número de cabezas de ganado.
Ergo, con la actual política es más factible volver a utilizar la parrilla que cuando se retraía y se perdían cabezas de ganado vacuno a mansalva. En verdad, es mucho mejor utilizar la parrilla de forma constante en el tiempo que hacerlo sólo durante un corto período, empujado ello por políticas de consumo artificiales.
Una falsedad: los verdaderos amigos se encuentran sin importarles lo que haya para compartir.
La promesa engañosa: si no se explica de qué manera se va a aumentar la productividad, entonces es un engaño que se pueda usar de nuevo la parrilla. Que, dicho sea de paso, si fuera de la misma forma que lo han hecho en el tiempo que les tocó gobernar -emitiendo moneda sin respaldo para, entre otros despropósitos, subsidiar tarifas de servicios-, que nadie dude que se van a “reactivar” las parrillas. Pero sólo por el poco tiempo que dura toda ficción, luego de la cual quedarán de nuevo en desuso como consecuencia, entre otras, del inevitable desabastecimiento que devendrá, a su vez, por consumir sin producir.
Una gran enseñanza que trajo esta crisis -heredada, entre otras causantes- es que la ciudadanía aprendió la lección de pagar la fiesta antes de disfrutarla. Ello porque hubo dirigentes que nos hicieron disfrutar primero de lo que nos costó -y nos está costando- muy caro luego.
Alberto Paulino Pintos Morel alberto-50-55@hotmail.com.ar