Clarín

El Gobierno denunció en EE.UU. que fue un fraude la venta del 25% de YPF

Los abogados de la Argentina sostuviero­n que fue ilegal esa operación que impulsó Néstor Kirchner en 2008.

- Daniel Santoro dsantoro@clarin.com

Es en la causa que lleva adelante el fondo buitre Burford, que compró el derecho a litigar y reclama unos US$ 3 mil millones en compensaci­ón por la estatizaci­ón de la compañía en 2008. El escrito dice que la operación fue de “legalidad nula” y complica a Kicillof, entonces ministro de Economía.

El Gobierno argumentó ante la Justicia de EE.UU. que la compra del 25 por ciento de las acciones de YPFRepsol por parte del Grupo Petersen en el 2008 se hizo “bajo un procedimie­nto fraudulent­o” durante el gobierno de Néstor Kirchner.

En un escrito técnicamen­te duro presentado el lunes a la noche a la jueza de Nueva York Loretta Preska y al que accedió Clarín en fuentes gubernamen­tales, el Gobierno sostuvo que la operación fue de “legalidad nula” y describió una serie de supuestos hechos irregulare­s o de corrupción. La nota incluye la versión taquigráfi­ca de un discurso del ex ministro de Economía y actual candidato a gobernador Axel Kicillof en el que dice que no se iba a respetar los estatutos de YPF ante los reclamos de los accionista­s y que es uno de los ejes del debate judicial.

Así los representa­ntes legales de la Argentina sentaron posición ante la audiencia de este jueves en que se verán, por primera vez, con los demandante­s del fondo buitre Burford, quienes compraron el derecho de litigio de las empresas Petersen Energía y Petersen Inversora de España.

Voceros del grupo Petersen -propiedad de la familia Eskenazi- consultado­s por Clarín afirmaron que “el grupo no tiene nada que ver con el juicio en Nueva York. Además, el derecho de litigio lo vendió un síndico español a Burford”. En cuanto a la adquisició­n de las acciones en el 2008, los voceros de la empresa argentina aseguraron que “la compra fue aprobada por la Bolsa de España y varios organismos internacio­nales. Así que investigue­n todo lo que quieran”.

Paralelame­nte, el juez federal Ariel Lijo espera el resultado de un peritaje para decidir si esa compra de acciones del 2008 fue ilegal en una causa iniciada por una denuncia de la diputada de Cambiemos Elisa Carrió.

En la audiencia en Nueva York, se espera que Burford solicite un juicio sumario y pida la cuantifica­ción de la indemnizac­ión a pagar por la Argentina que se estiman en unos 3 mil millones de dólares. En cambio, el gobierno quiere ir ya a juicio para debatir el fondo del conflicto. Incluso, el gobierno plantea pedir el llamado proceso de “discovery”, recurso que le permitirá pedir informació­n sobre quienes son los compradore­s del derecho de litigio.

En la nota del gobierno se sostiene que durante el juicio la Argentina demostrará que "Petersen España, empresa ficticia española formada y controlada por ciudadanos argentinos, hizo muy dudosos acuerdos que también eran evidenteme­nte falsos para adquirir sus acciones de YPF", al amparo de Néstor Kirchner. Las empresas del grupo Petersen de la familia Eskenazi adquiriero­n en 2008 a Repsol 15% de las acciones de la compañía y luego un 10% adicional en 2011, por US$ 3.500 millones, pero "sin desembolsa­r un centavo" ya que se le permitía "hacer uso de los futuros dividendos de YPF para comprar sus propias acciones".

También se argumentó que Petersen “ya no era un accionista de YPF cuando ocurrió la nacionaliz­ación de acciones en 2012” impulsada por Cristina Kirchner a libro cerrado.

En este juicio en Nueva York el fondo buitre Burford le reclama al Estado argentino un monto que podría llegar a US$3.000 millones como indemnizac­ión, tras la polémica estatizaci­ón de la compañía. En 2012 el gobierno de Cristina Kirchner estatizó el 51% de YPF que estaba en manos de Repsol. Entonces, las dos compañías de Petersen de España fueron a la quiebra en 2015 y los derechos de litigio contra el estado argentino fueron adquiridos por el fondo buitre Burford por solo US$ 15 millones.

El mes pasado, la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos había rechazado el pedido argentino de revisar la causa iniciada en 2015 por el fondo Burford por lo que ratificó la decisión de la jueza Preska de desarrolla­r el proceso en aquel país.

En la presentaci­ón, impulsada por el procurador del Tesoro, Bernardo Saravia Frías, se afirma que ese paquete accionario “fue adquirido a través de un acuerdo simulado obtenido a través de auto-acuerdo, soborno, corrupción y / o fraude, por lo tanto invalidand­o el acuerdo ab initio y su adquisició­n de acciones de YPF”. “Petersen no adquirió su participac­ión inicial en YPF en el mercado abierto de acciones. En cambio, Petersen adquirió sus acciones a través de un conjunto de acuerdos dudosos con Repsol”, agregó. En concreto, en 2008, “a través de un conjunto de acuerdos relacionad­os entre Repsol, Petersen y sus afiliados, y la familia Eskenazi (todos los cuales residen en Argentina), Petersen adquirió su participac­ión de control en YPF sin invertir ningún capital propio significat­ivo y mientras estar completame­nte inmunizado contra cualquier riesgo de pérdida a través de una indemnizac­ión altamente inusual de Repsol”.

En resumen, los demandante­s “celebraron un conjunto altamente dudoso de acuerdos falsos para adquirir sus acciones de YPF, basadas en una transacció­n de autosufici­encia que usó de forma inadmisibl­e el capital propio de YPF para permitir que los demandante­s "compren" sus acciones y le "reembolsen" Repsol. Debido a la naturaleza impropia de los Acuerdos Repsol-Petersen (que causaron daños al gobierno argentino y al pueblo argentino), deben anularse ab initio y, por lo tanto, los demandante­s no tienen legitimida­d para” seguir con el juicio en Nueva York. ■

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