“Yo actúo de manera un poco cíclica”
Su nueva etapa solista, la conexión del presente con el pasado y su segundo nombre, Xavier, como título del nuevo CD.
Cuestiones familiares y personales. All Things Must Pass y Rolling Thunder Revue, de Martin Scorsese (“La de Harrison la vi tres veces. Y la de Dylan me pareció buenísima”). Brasil, con escalas en Caetano Veloso, Djavan, las playas de Río y Trancoso y el fútbol. Y el frío, que lo hace apurar un té antes de la charla en las oficinas de su sello discográfico.
Emmanuel Horvilleur está de vuelta con Xavier, su quinto disco como solista, que lo confirma como un gran hacedor de canciones por fuera de Illya Kuryaki & The Valderrramas, y tiene ganas de charlar más allá de los asuntos puntuales relacionados a su nueva obra, que ya fue adelantada en Córdoba y Rosario y Córdoba, y que presentará en la ciudad de Buenos Aires el 30 de agosto en Niceto.
Y, como siempre, su amabilidad y su simpatía son las que comandan
un diálogo donde la reflexión se impone a la verborragia, producto de las casi tres décadas en las que, con su grupo o solo, lleva enfrentando a toda clase de periodistas. A continuación, la transcripción de un fragento de este placentero encuentro. -En el momento de esta nueva separación de Illya Kuryaki, Dante ya tenía grabado su disco “El puñal”, y vos dijiste que ibas a ir despacio. Luego apareció como de improviso “El hit” que, valga la redundancia, fue un hit. ¿Cómo siguió el proceso creativo que desembocó en “Xavier”?
-Yo actúo de una manera un poco cíclica. Y en su momento, en los ‘90, cuando dejamos de tocar con Kuryaki, tuve un tiempo bastante largo hasta que salió Música y delirio. Eso ocurrió porque era mi primer disco solista, y porque venía de esos años en donde, con IKV, aprendí todo. Y no sabía si yo solo podía ser bueno, más allá de que tenía mis fantasías. Entonces fueron unos años en donde me armé mi estudio, Ave Sexua. Y me metí ahí empecé a tirar cosas, a experimentar, a juntarme con músicos, a hacer rock, a hacer una cumbia como Hermano plateado, a hacer un disco que fue, por todo eso, Música y delirio. Y después de estos siete años de Kuryaki no te digo que fue lo mismo, porque estoy más grande, pero sí estaba seguro de no tener que meterme en un estudio y hacer un disco obligado, apurado. Lo primero que apareció fue El hit, y sentí que estaba bueno arrancar con eso. -”El hit” también funcionó como el single adelanto previo al LP, a la vieja usanza…
-Es que ahora las cosas funcionan de esa manera, ¿no? Fui sacando cuatro canciones y cuando apareció la quinta edité todo el disco. Pero fue como un año y un poco más de ir sacando canciones al mismo tiempo en que armaba la banda y empezaba a tocar. Y todo ese tiempo me junté con un montón de músicos y tuve diferentes etapas de grabación. Algunas, en la cocina de mi casa con una computadora junto a Rafa (Arcaute) y Didi (Gutman), otras con toda la banda en mi estudio. Más allá de esas maneras diferentes de trabajar, terminó siendo un disco homogéneo. Y también, el disfrutar hacer música de nuevo solo, pero acompañado por los músicos
que siempre participan conmigo. -¿Por qué el título “Xavier”?
-Me gustaba la idea que el título tuviera un nombre propio, como el disco de Amy Winehouse, Frank.
Xavier suena fino y grasa a la vez (risas), es una palabra que tiene algo medio dual que me gusta. Y es como un alter ego, porque es mi segundo nombre. Yo me llamo Emmanuel Javier Horvilleur. Y hace unos años, cuando fui a hacer el pasaporte francés, me preguntaron si mi nombre figurara en español o en francés. Pregunté cual era la diferencia y me dijeron que era la x en lugar de la j. Y les dije “Pongamosló con la x” (risas). Me pareció divertido. Siempre tuve esa palabra como un título posible. Y estaba ese color amarillo, y no aparecer en la tapa poniendo la jeta. -En “1.000 días” cantás “aguanten las historias nuevas”, y parece una constante en tu obra solista como en la de los Kuryaki el renegar de la nostalgia, querer ir para adelante. ¿Cuál es la diferencia en lo sonoro de esa búsqueda hacia adelante? -Hay cierta cosa más moderna. Siento que es un disco que incluye más a Illya Kuryaki, con algo más urbano. Cuando apareció 1.000 días me gustó que hubiera un tema que obedeciera a cierta tradición mía. Tengo canciones como Llamame y
Amor loco que comparten casi el mismo ritmo de batería con 1.000
días. En los shows junté las tres canciones, y son quince minutos donde veo a la gente con un bailecito que no es arriba, pero sí es cadencioso. -Marcabas un hilo conductor entre tus canciones, y otro hilo que se puede dar es entre el protagonista de “Radios”, “Fan” y “El hit”. Alguien que fue creciendo y fue retratado en distintos momentos de su vida, con vos describiendo cierto estado de las cosas. -Ese análisis está bueno, más allá de que no lo hago tanto a nivel de las líricas y de las historias. Hay una idea de plasmar una descripción de lo que me rodea como músico. De ser fan, de que el hit me golpee, de la música que suena en las radios. Fan es de 2005, y en estos últimos dos años cambió todo. Mi música tiene edad. Pensá en Llamame cuando llegues: hoy la gente no se llama, se manda un Whatsapp. Pero es atemporal, sobre todo cuando suena en vivo. -¿Y cómo se dio la colaboración con Usted Señálemelo?
-Cuando fuimos a Mendoza con Kuryaki tocaron como soporte y nos gustaron. Volvimos a tocar con ellos y ya era “¡Guau!”. Y me gustó mucho el video de Agüetas. Mi idea era un disco con más colaboraciones, pero se tradujo sólo en Como un
pez. Y nos llevó bastante laburo, fuimos primero a Mendoza, pelamos la canción, estuvimos dos días, ellos vinieron a Capital… Fue una canción que vino tres o cuatro veces. Es una de las mejores canciones del disco y me gusta que también se ven representados ellos, ya que escribieron lírica e hicieron arreglos. -¿Para cuándo el disco con tu hermano Lucas?
-No sé si un disco, pero tenemos pendiente el hecho de juntarnos y hacer algunas canciones. Ahora Lucas está armando una banda de heavy metal y va a hacer un show poniéndole punto final a su carrera solista.