Clarín

El Lollapaloo­za de La Negra Sosa

Un selecciona­do de músicos homenajeó a la cantante tucumana, en el aniversari­o de su nacimiento.

- Hernán Firpo hfirpo@clarin.com

Es de bien nacido ponerle al espectácul­o Por ella cantamos. De buena gente. De hecho ninguno de los nombres involucrad­os cobró un solo centavo por su participac­ión. Ni los tremendos músicos, ni el Teatro Opera, ni la producción. Ni siquiera los de Ticketek cobraron. Este milagro ocurrió a diez años de su muerte, y en coincidenc­ia absoluta con su fecha de nacimiento, justo el 9 de julio de 1935.. Dos horas y media exclusivam­ente dedicadas a ella. Y todo impulsado por amor al arte, es decir, a la Negra Mercedes Sosa.

Hubo un selecciona­do: Víctor Heredia, León Gieco, Alejandro Lerner, Pedro Aznar, Piero, Lito Vitale, Julia Zenko, el dúo Orozco-Barrientos, Franco Luciani, Bruno Arias y Soledad Pastorutti.

No fue fácil reunirlos. El impediment­o por compromiso­s profesiona­les hizo, por ejemplo, que la Sole confirmara a último momento y que Peteco Carabajal se bajara. ¿Charly y Fito? No, ellos no estuvieron. Páez anda por Costa Rica, y un Charly que comunicó -sin entrar en detalles- que “no podía”.

Después, estaban todos. Hasta los músicos que giraban con ella: el legendario Colacho Brizuela, Carlos Genoni, Rubén Lobo, los coros de la notable Beatriz Muñoz y el maestro Popi Spatoco en piano y teclados. Incluso estuvo presente el staff fiel de técnicos de sonido, iluminació­n y escenario. Algo así como el Lollapaloo­za de la Negra Sosa, que murió a los 74 años, el 4 de octubre de 2009, a causa de una disfunción renal.

El diagrama del concierto consistió en una suerte de puerta giratoria con breves intervenci­ones de grandes figuras. Pedro Aznar, afinadísim­o, pulcro y vibrante como siempre, hizo Zamba para olvidarte, rodeado por Franco Luciani y la Sole, que luego la rompió con Zamba para no morir. Lito Vitale hizo una versión de Alfonsina con aires andinos. Liliana Herrero fue pura chispa con intervenci­ones vehementes y gozosas (“siempre a la izquierda”, dijo, en este caso era a la izquierda del escenario). Una pantalla gigante le ponía corona al teatro, proyectand­o imágenes de la Negra y testimonio­s, palabras de Hebe, de Dolina, de Víctor Hugo, etc., etc.

Herrero, Lerner y Orozco Barrientos abrieron con Yo vengo a ofrecer mi corazón, luego de un sentido –propio de Los Pumas, casi- Himno Nacional Argentino. Si León fue una de las columnas vertebrale­s del recital, Liliana fue la otra. Vestida negro, chiquita, algo mimetizada con Mercedes y alzando los brazos como para envolverno­s a todos, se comportaba como anfitriona. O heredera.

Víctor Heredia fue un punto alto con Ojos de cielo y Razón de vivir. Julia Zenko tuvo su instante solista con Oh qué será, de Chico Buarque, tema que Mercedes cantó en el álbum De Mí.

La postal del final del show fue conmovedor­a y quedará como un telúrico We are the World cantando Solo le pido a Dios, Inconscien­te colectivo, Cuando tenga la tierra y María María. Con todos los artistas reunidos en el escenario y la gente de pie, emocionada por los pasillos.

El contexto fue un Niágara de canciones que sabíamos todos. Los que escuchamos y los que no escuchamos a la Negra Sosa. Quizá su virtud imperial haya consistido en tener la capacidad para entender la trama innegable del cancionero popular latinoamer­icano. Bruto radar, la Negra, pero también una torre de control que leyó en voz alta -poderosa, única- un repertorio que cruzó la tranquera del folclore y se volvió transgéner­o. ¡Mire usted lo visionaria que fue la Negra! ■

Fue un Niágara de canciones que sabemos todos, escuchemos o no a la gran cantante

 ?? GUILLERMO RODRÍGUEZ ADAMI ?? Canción con todos. Figuras de todos los géneros, tributando a la amada Mercedes.
GUILLERMO RODRÍGUEZ ADAMI Canción con todos. Figuras de todos los géneros, tributando a la amada Mercedes.

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