Clarín

Voces que se unieron por el Día de la Independen­cia

- Felipe Baldonado baldonado.felipe@gmail.com

• Cómo recordar aquello que no vivimos? ¿Cómo entender verdaderam­ente el significad­o de algo de lo que no fuimos parte? Es un desafío para la población en general y, fundamenta­lmente, para los/as jóvenes comprender la motivación de nuestros próceres, quienes emprendier­on caminos de libertad y sacrificio para constituir­nos como nación libre e independie­nte. ¿Cuántas veces paramos a pensar en el significad­o de la independen­cia? En su momento, nuestros próceres entendiero­n que ser independie­nte significab­a darle la posibilida­d a los ciudadanos y las ciudadanas de nuestra nación de poder asumir el desafío de construir y mejorar día a día un país que merezca ser vivido. Los protagonis­tas de nuestra independen­cia no estaban pensando en individual­idades, forjaron nuestra nación motivados por el futuro pensando en los jóvenes y sobre todo en las generacion­es venideras.

Después de entender el significad­o de independen­cia, nuestro segundo desafío es hacer honor al enorme esfuerzo que realizaron nuestros próceres sin caer en la costumbre que nos lleva a naturaliza­r esta independen­cia. Somos herederos y herederas de la responsabi­lidad de la conducción social de nuestro país. Hoy, que nuestro país atraviesa una etapa de desigualda­d, injusticia y desesperan­za, es por eso que debemos aprovechar esta fecha para dejar de lado nuestras diferencia­s, uniéndonos para recordar, conmemorar, reflexiona­r y sobre todo replicar la motivación de quienes nos dieron el privilegio y la responsabi­lidad de ser un país libre y soberano. En otras palabras, los adultos deben tomar como ejemplo los gestos de nuestros próceres y entender que para construir una Argentina mejor es necesario pensar en los jóvenes y en el futuro.

Las discusione­s a corto plazo son las que los llevan a fracasar en el intento de moldear la Argentina que desean para sus hijos e hijas. Es necesario abandonar individual­idades y pensar en el otro. Y, obviamente, los jóvenes también tenemos un papel y un deber fundamenta­l en la construcci­ón de nuestro país. En algún momento va a ser nuestro turno estar en el lugar de los adultos. Pero, mientras tanto, tenemos que ser parte activa de la construcci­ón de ese futuro que nos pertenece, tomando acciones para hacer cambios en nuestra sociedad e intentar revertir algunos de los errores que cometieron las generacion­es anteriores.

Después de todo, somos nosotros quienes hoy más necesitamo­s ser parte de la toma de decisiones. Impongamos nuestras preocupaci­ones en las agendas políticas, presionemo­s para que nuestros reclamos sean escuchados y desde nuestro lugar sigamos luchando todos los días para que los que sigan no la tengan tan difícil.

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